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Emalsa: escepticismo
En estos días han salido en prensa varias noticias que afectan a Emalsa y a su accionariado privado. A poco que el lector no leyera la letra pequeña de dichas noticias, lo que se resaltó en un principio era que el fondo de inversión EQT – propiedad de la familia sueca Wallenber – era el nuevo dueño del 66% de las acciones de Emalsa.
Siendo verdad la noticia, no es menos real que Sacyr Vallehermoso ha vendido sus acciones en Emalsa (un 33%) a Saur, que, teniendo ya otro 33% de las acciones, ha pasado a ser el único accionista privado de Emalsa, con el 66% de sus acciones. La coincidencia el tiempo de esta operación de Saur España con la del fondo de inversión sueco EQT comprando la mayoría de Saur en Francia pudiera dar lugar a confusión.
Los suecos de EQT han pasado a ser dueños del 66% de Emalsa por casualidad, sin saber qué es. Desde luego, por aquí no ha venido ningún sueco. La jugada que nos afecta a los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria es que Saur tiene ahora un 66% de las acciones de Emalsa, y el Ayuntamiento ha quedado en minoría con el 34%.
Según el artículo 11 del “Pliego de Condiciones” que rigió la selección de los adquirientes de acciones de Emalsa en septiembre de 1992, un solo socio privado no podrá ostentar más del 49% de las acciones de la compañía. En caso de que fueran dos los socios privados, podrían llegar al 66% entre ambos.
Ahora se da el caso de que un solo socio privado ostenta el 66%, pero como quien hizo la ley hizo la trampa, seguro que Saur demostrará que las empresas titulares de cada 33% de las acciones son compañías diferentes. Eso sí, bajo el control y dominio de Saur, aunque con diferentes nombres.
A efectos de Emalsa y de los ciudadanos que pagamos por el suministro del agua, Saur es quien nombrará a sus consejeros en Emalsa y quien dirigirá la compañía como hasta ahora, a través de su Comité de Gerencia, que era y es quien impone la política a seguir por la empresa. O sea, más de lo mismo. El anterior socio privado (Sacyr Vallehermoso) no tenía mucha idea de lo que era el negocio del agua, y quien tenía la voz cantante en Emalsa era Saur, por lo que no hay cambios en el horizonte, pero ahora con el 66% de las acciones.
En la prensa ha salido el plan de marketing de lo que algunos llaman la “nueva Emalsa”, anunciando una nueva etapa donde se dará prioridad a la atención al cliente, a la transparencia en su relación con el Ayuntamiento y, entre otras medidas, a un plan urgente de inversiones por 3,5 millones de euros. Me van a permitir que sea muy escéptico con dicho plan de marketing. Que Saur anuncie que va a ser transparente en su relación con el Ayuntamiento, después de lo que hemos sabido en los últimos cinco años de lo que han hecho en Emalsa y con Sercanarias, y que ha quedado por escrito en dos informes de técnicos municipales diferentes (uno en el mandado del alcalde Cardona y otro en del alcalde Hidalgo), es algo difícil de digerir. Y con respecto al plan urgente de inversiones por 3,5 millones de euros, la pregunta es, ¿los 3,5 millones de euros los va a aportar directamente Saur o sus empresas, o van a salir de Emalsa? Porque si van a salir de fondos de Emalsa, los dineros los aportamos los ciudadanos que pagamos religiosamente el recibo del agua. Así también invierto yo, con el dinero de los demás… Lo siento, pero no creo en la conversión de Saur. Milagros los justos.
Con respecto a la actuación del alcalde, es muy difícil creerse que los antiguos socios privados de Emalsa – Valoriza (Sacyr) y la francesa Saur – hayan efectuado la operación de compraventa del 33% de las acciones de Valoriza a Saur sin contar con la aprobación del alcalde y presidente de Emalsa. Ninguna compañía, y menos una multinacional, se arriesga a que le echen para atrás una operación de este calibre.
Con la operación de compraventa ya efectuada, el alcalde nos sale con la petición de un informe jurídico a ver si la operación se ha hecho correctamente, y no ha lesionado los intereses del Ayuntamiento. ¿Y por qué no lo encargó antes de cerrarse la operación?
Por otra parte, el alcalde metió la pata al decir que “ahora no hay dos compañías competidoras como había antes – en relación a Valoriza (Sacyr) y Saur – lo que facilitará elaborar un plan estratégico para Emalsa”. Ya reconoce que solo hay una compañía propietaria del 66%. ¡Vaya manera de defender los intereses de los ciudadanos!
En el informe jurídico que ha encargado el alcalde, también tendrán que explicar por qué no se le ofreció al Ayuntamiento las acciones de Sacyr, ya que según el artículo 9 sobre “Transmisión de acciones” de los Estatutos de Emalsa, “La transmisión total o parcial de las acciones de clase B está sujeta al derecho de tanteo por el accionista público”.
El documento “Acuerdo por la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria” que firmó y presentó el gobierno municipal tripartito al comienzo del mandato, en su apartado “Sobre la prestación del servicio de abastecimiento de aguas”, dice textualmente: “Podremos en marcha la elaboración de un informe técnico, jurídico y económico que plantee las bases y las repercusiones económicas, como paso previo necesario de cara a disponer de toda la información precisa ante un posible escenario orientado a la remunicipalización del servicio de abastecimiento y gestión del agua, en caso que se acredite lesión del interés general o incumplimiento de las condiciones contractuales”.
El informe técnico, presentado por Benito Cabrera, dejó claro la cantidad de irregularidades que estaba cometiendo Emalsa. No le hicieron caso. Ahora, el gobierno tripartito hubiera tenido la oportunidad de comenzar la remunicipalización, haciéndose con el 17% de las acciones de Sacyr, y obteniendo el 51% de las acciones de la empresa. Pero no lo ha hecho. Permítanme ustedes seguir siendo escéptico con las actuaciones de este alcalde y del tripartito.
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