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¿De qué equipo eres?

En política ocurre algo parecido. Después de más de 30 años de democracia, en este país o se es de un equipo o se es de otro. Se sabe que nada es completamente blanco o completamente negro, pero eso parece pasar a un segundo plano cuando se habla de política.

Aunque hay distintas visiones, claro. Están las personas que no quieren ser de ningún equipo, luego están los que son muy forofos de un equipo y ven a los del contrario como enemigos y los que según el momento van cambiando. A los propios jugadores les ocurre igual y no pasa nada.

Lo que es cierto es que hay algo que hace iguales a los equipos. El dinero. El dinero puede hacer que un equipo deje de ser blanco para hacerse negro. Aunque solo sea durante un tiempo.

A veces parece que no hemos salido del patio del colegio. Pueden surgir conversaciones interesantes sobre las preferencias entre un equipo y otro.

Los hay que dirán que prefieren al equipo que dice una cosa y hace otra. Otro le contestaría: “Ah, pues yo ya me cansé de esos. Ahora soy de los que prometen y no hacen nada”.

Después estarían los más drásticos. Que dirían algo así como: “Pues yo me voy a cambiar de país para hacerme del equipo del líder ese que es más chulo que nadie”.

O los que se irían también, pero a otro sitio, para hacerse del equipo del líder de dudosa reputación pero inmune que tiene contactos en todos los lugares.

También estarán los que prefieren hacerse del equipo de la mujer a la que obedecen todos en Europa. Y los que no quieran formar parte de ningún equipo y se vayan al país que lleva sin pactar un gobierno desde mediados de junio del año pasado.

Aquí, en Canarias, siempre quedará alguien que diga: “Pues yo me quedo aquí. Con los de siempre”.

En política ocurre algo parecido. Después de más de 30 años de democracia, en este país o se es de un equipo o se es de otro. Se sabe que nada es completamente blanco o completamente negro, pero eso parece pasar a un segundo plano cuando se habla de política.

Aunque hay distintas visiones, claro. Están las personas que no quieren ser de ningún equipo, luego están los que son muy forofos de un equipo y ven a los del contrario como enemigos y los que según el momento van cambiando. A los propios jugadores les ocurre igual y no pasa nada.