Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Es ignorancia o estupidez?
Hace unos días, la concejala portavoz de Ciudadanos, Beatriz Correas, me facilitó el dossier sobre la MetroGuagua que le entregó el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas G.C., José Eduardo Ramírez. La constancia del grupo municipal de Ciudadanos, y la desidia de la concejalía de Movilidad, hizo que los primeros tuvieran que reclamar al Comisionado de Transparencia de la Comunidad Autónoma la entrega de la documentación completa sobre la MetroGuagua.
La guerra sobre la documentación de la MetroGuagua se basaba en que, la que entregaba el Ayuntamiento era siempre sobre el “Anteproyecto”, y nunca sobre un proyecto completo.
La cuestión quedó completamente aclarada con la entrega reciente de la documentación, que incluía una carta, dirigida a Beatriz Correas, sin fecha, y firmada por José Eduardo Ramírez. Éste, en dicha carta reconoce que la documentación existente sobre la MetroGuagua corresponde al anteproyecto, el que generó en 2014 el Grupo Popular, y que no hay proyecto final sobre el trazado y obras que se realizaran para la implantación de la MetroGuagua en nuestra ciudad.
El pedazo de concejal dice, sin cortarse un pelo, que “… hasta que no finalice la ejecución de cada una de sus secciones (se refiere a cada uno de los tramos en que hay que realizar obras), no se constituye el mismo como proyecto…”, y por si teníamos alguna duda, continua “… el proyecto oficialmente se denomina ”anteproyecto“, nombre que cambiará una vez terminen las obras de cada uno de los ocho tramos en los que se divide”.
Imagino que a los arquitectos, ingenieros, empresas de construcción, etc., se les habrán quedado la cara a cuadros. El Ayuntamiento, para una obra que recorre 12 kilómetros de la ciudad, no tiene un proyecto de obra completo. Solo un anteproyecto, que, cuando terminen las ocho obras, pasará a ser un proyecto. ¿Pero esto lo puede decir un concejal sin que nadie le diga el disparate que está cometiendo? ¿Cómo se puede poner en marcha, sin proyecto completo, una obra de la envergadura de la que necesita la MetroGuagua? ¡Y que cuesta un montón de millones!
Imaginemos que hay serias dificultades para llevar a cabo uno de los tramos de la obra, y que no se puede terminar el recorrido completo de la MetroGuagua porque no se hizo el proyecto correspondiente antes de comenzar. Me refiero al cruce de Bravo Murillo con Rafael Cabrera. ¿Quién es el responsable del desaguisado? ¿Quién apechugará con las consecuencias? Es incomprensible que por las prisas que el gobierno tripartito ha impuesto con este proyecto, la ciudad sea llevada al caos circulatorio y al caos económico. ¡Y encima la obra completa no se va a acabar en este mandato municipal!
Además del nuevo concepto de “proyecto cuando se termine la obra”— y no antes de empezarla — José Eduardo Ramírez hace filosofía política en el citado escrito a la concejala Correas, cuando dice “…quiero señalar que la MetroGuagua es un proyecto político, sustentado en base a un modelo concreto de movilidad (y relaciona una serie de pactos, planes, acuerdos, protocolos, subvenciones, etc.) y que, como tal, no está sometido a exposición pública…”.
¡Ahora resulta que la MetroGuagua es un proyecto político y por eso no está sometido a exposición pública! Siempre había creído que un proyecto político era un conjunto de medidas y proposiciones que hacían los partidos políticos, los candidatos, etc., para comprometerse a cumplirlos cuando gobiernen. Pero si un partido dice, en su programa o proyecto político, que si llega al gobierno municipal va a construir un mercado, un centro cívico y una fuente, no se le ocurre, si llega al poder municipal, hacer estas obras sin un proyecto de obra, como es obligatorio para cualquier ciudadano o entidad, pública o privada, y ejecutarlas sin llevarlas previamente a exposición pública, como manda la Ley.
Pero no crean que la cosa termina aquí, no. La concejala Beatriz Correas es muy persistente y le pidió por escrito al concejal de Movilidad copia de la encomienda que el Ayuntamiento hizo a Guaguas Municipales, para dirigir y efectuar las obras en la ciudad. Siempre que el Ayuntamiento lleva a cabo alguna acción, para la que no tiene servicios preparados o estos no tienen suficiente capacidad y tiene que ser realizada por una empresa pública municipal, le da una encomienda para que ésta la lleve a cabo. Como ejemplo, todo el operativo de las bicicletas municipales la llevó a cabo Sagulpa mediante una encomienda municipal.
El pedazo de concejal contesta que “En relación a su solicitud de copia de la encomienda a Guaguas Municipales para la realización de las obras necesarias para la BRT-MetroGuagua […] comentarle que no se ha hecho encomienda por no resultar procedente”. La concejala Correas pensó que el “no resultar procedente” hacer una encomienda, debía ser porque la empresa municipal Guaguas Municipales tendría en sus estatutos sociales la capacidad para efectuar obras municipales, adjudicando contratos de obra, etc., y se fue a buscar los citados estatutos.
Pues resulta que tampoco figura en sus estatutos la capacidad para hacer obras, a menos que el Ayuntamiento le confiera directamente la encomienda de gestión o le adjudique los contratos que sean precisos, cosa que no es lo que está sucediendo con las obras de la MetroGuagua.
En definitiva, estamos ante la obra municipal más cara de la historia de la ciudad en los últimos 40 o 50 años, que afecta a 12 kilómetros a lo largo de la ciudad y no tiene declaración de impacto ambiental, no tiene proyecto de obra (ni siquiera un proyecto básico), no se ha expuesto a información pública, y está siendo ejecutada por una empresa municipal sin encomienda del Ayuntamiento. ¿Alguien es capaz de tantas irregularidades juntas? Sí, nuestro Ayuntamiento. ¿Será por ignorancia o por estupidez? Las prisas nunca fueron buena compañera.
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