Espacio de opinión de Canarias Ahora
Inquietudes empresariales
Exceltur, asociación empresarial que integra a veinticinco grandes empresas del ramo turístico, ha hecho sonar el timbre de alarma: pide, así de claro, que gobiernos autonómicos y locales no castiguen al turismo. Tras un informe de valoración del verano, señala la entidad su preocupada sorpresa por las primeras medidas y reflexiones anunciadas por responsables de las instituciones que accedieron a las mismas tras las pasadas elecciones de mes de mayo. En concreto, no gustan a los empresarios ni las moratorias ni el establecimiento de nuevos tributos. Y de fijar posibles restricciones a la llegada de turistas, ni hablar.
Tienen todo el derecho del mundo los empresarios, faltaría más, a expresar sus inquietudes pero tampoco les favorece una estrategia de confrontación. Les guste o no, los actuales gobernantes en ejecutivos autonómicos y ayuntamientos están salidos de las urnas o son fruto de ententes políticas respetables. En defensa de sus intereses y del sector, deberían tratar de persuadirles de lo importante y beneficioso que sería una acción armónica, compatible y sostenible.
Pero los empresarios, de momento, recelan: “De hecho, ciertas lecturas políticas que las sustentan [medidas y reflexiones], traducen una filosofía de fondo y unas líneas de actuación preconcebidas, mucho más punitivas y restrictivas para el sector (moratorias, impuestos/tasas, restricciones cuantitativas), que las derivadas de un análisis más técnico, equilibrado y constructivo, donde, en paralelo a corregir y evitar cualquier posible impacto desfavorable, se reconozca y garantice que sigan generándose los múltiples efectos multiplicadores positivos asociados al sector”, dicen en su informe de valoración estacional, en el que fijan estas posiciones de crítica y advertencia.
Exceltur, presidida por Amancio López, no quiere, en cualquier caso, refugiarse, en la bonanza y por eso advierte que “ante los excelentes resultados de 2015, hoy más que nunca el turismo precisa evitar lecturas autocomplacientes o limitativas de su capacidad de progreso y, por el contrario, requiere de nuevos y apoyos institucionales para potenciar a futuro los múltiples ámbitos de mejora –que aún existen en diversas esferas– ante cualquier cambio del escenario competitivo”.
Es una declaración de intenciones. Interesante. Porque nadie pone en duda el relieve de la aportación del turismo al Producto Interior Bruto del país y de muchas comunidades autónomas. Luego, sería positivo recelar menos y operar más desde el entendimiento entre los sectores público y privado. A ninguna de las partes conviene enfrascarse ahora en una discordia de impredecible final.
Respeto recíproco y compatibilidad de acciones. Eso es lo que debe primar.
Exceltur, asociación empresarial que integra a veinticinco grandes empresas del ramo turístico, ha hecho sonar el timbre de alarma: pide, así de claro, que gobiernos autonómicos y locales no castiguen al turismo. Tras un informe de valoración del verano, señala la entidad su preocupada sorpresa por las primeras medidas y reflexiones anunciadas por responsables de las instituciones que accedieron a las mismas tras las pasadas elecciones de mes de mayo. En concreto, no gustan a los empresarios ni las moratorias ni el establecimiento de nuevos tributos. Y de fijar posibles restricciones a la llegada de turistas, ni hablar.
Tienen todo el derecho del mundo los empresarios, faltaría más, a expresar sus inquietudes pero tampoco les favorece una estrategia de confrontación. Les guste o no, los actuales gobernantes en ejecutivos autonómicos y ayuntamientos están salidos de las urnas o son fruto de ententes políticas respetables. En defensa de sus intereses y del sector, deberían tratar de persuadirles de lo importante y beneficioso que sería una acción armónica, compatible y sostenible.