Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Lugares de memoria: la antigua prisión provincial de Las Palmas

Centro de Internamiento de Extranjeros de Barranco Seco, en Las Palmas de Gran Canaria.

Txema Santana / Pablo Socorro

La que fuera la antigua Prisión Provincial de Las Palmas se ve hoy reconvertida en otro tipo de prisión, el CIE de Barranco Seco, en esta ocasión para personas migradas que, en su mayoría, acaban de llegar a las costas canarias después de recorrer los más de dos mil kilómetros que separan el archipiélago del continente africano. Sin embargo, a su llegada a las islas no son tratados como víctimas sino como números, siendo detenidos a la espera de que un juez dicte o no su internamiento. Ese máximo de 72 horas son encerrados en los calabozos de las comisarías, en varias ocasiones hacinados y en condiciones de insalubridad. Una vez dictado el internamiento, son trasladados al CIE Barranco Seco donde se les da muda de ropa limpia, empezando un periplo en el cual se encuentran incomunicados, sin garantías jurídicas, y donde las barreras lingüísticas y culturales se levantan como verdaderos muros de xenofobia. Las mismas celdas donde hace no mucho se cometían todo tipo de vulneraciones sistemáticas de Derechos Humanos, será durante unas semanas, un máximo de 60 días, el lugar en el que quedarán encarcelados, bajo el constante aullido de los perros de la Unidad de Guías Caninos de la CNP. No se trata de un secreto, sino de una realidad denunciada ampliamente por organizaciones de la sociedad civil e instituciones públicas.

La antigua Prisión Provincial de Las Palmas constituye uno de los espacios paradigmáticos de la represión y las torturas por el franquismo y los primeros años de la Transición sobre miles de presos, tanto políticos como comunes. Tomando como ejemplo la remodelación de antiguos penales y espacios de tortura que en diferentes lugares se han convertidos en Centros de Interpretación de la Memoria – como es el caso del centro O Vello Cárcere, en la ciudad de Lugo, o espacios para la investigación de los Derechos Humanos, como el referente Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de la ciudad de Buenos Aires –; proponemos la creación de un Centro de Interpretación de la Memoria Histórica de Canarias y su puesta en uso social.

En nuestra opinión, el CIE de Barranco Seco comprende unas condiciones óptima para, a través de un proceso participativo que implique  a vecinos y vecinas de la zona, asociaciones de Memoria Histórica de Canarias, instituciones públicas, especialistas del ámbito académico y colectivos de defensa de  los derechos humanos; caminar de esta manera a la implementación de  políticas públicas en esta materia desde un centro referencial que recupere y ponga en valor los Derechos Humanos.

El ahora CIE de Barranco Seco presenta una oportunidad para tal desarrollo. En primer lugar, se encuentra en un espacio patrimonial privilegiado. A las afueras del casco histórico de Vegueta, entre los populares barrios de San Juan y de San Roque, a diez minutos caminando del Mirador de las Baterías Militares de San Juan,  a lo que se suma su riqueza arquitectónica de principios de los años treinta.

Proyectado en 1930 y finalizado en 1934, se trata de una prisión con un importante valor arquitectónico que no cuenta con ningún tipo de protección. Proyectado por José Betancort, figura política y literaria de primer nivel en Canarias, durante su paso como Director General de Prisiones en 1930, ideó esta prisión como un espacio de reinserción social y educativa de los presos, un hito para el recorrido posterior de los sistemas penitenciarios. De este modo, al valor patrimonial inmaterial – entre sus muros fueron confinados miles de actores sociales y políticos de la lucha antifranquista y de los movimiento sociales durante la Transición –  se le suma ese otro valor no sólo arquitectónico sino también social.

La creación del Centro de Interpretación de Memoria Histórica, que viene siendo una demanda de sectores vinculados al movimiento por la recuperación y reparación de las víctimas del franquismo permitiría la puesta en uso científico de ingentes fondos documentales y la aparición de posibles alianzas con espacios de difusión historiográficos como la Fundación Juan Negrín, la cual cuenta con más de 150.000 documentos del que fuera el último Presidente de la II República, el Archivo de Memoria Histórica de Canarias, vinculado a la ULPGC, el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas o el Museo Canario; convirtiéndose en referente para la investigación de la Historia de siglo XX de Canarias, incluso referente para otros procesos similares en otros lugares de represión.

No se trata solo de una oportunidad para Canarias de hacer justicia con su memoria, con la memoria de nuestros antepasados. Hablamos de una oportunidad de hacer justicia con las miles de personas que fueron y son víctimas de la represión, las de ayer y las de hoy. Las miles de personas encerradas en la Prisión provincial y las otras tantas miles encerradas en los CIE.  Una oportunidad para escuchar los gritos de los presos allí encerrados que durante el franquismo lucharon por la libertad. Una oportunidad para escuchar los lamentos de Tony Gallardo o Juan García el Corredera y tantos otros. Una oportunidad para escuchar los gritos de resistencia de Malick o de Seydine. Una oportunidad para abrir ventanas, permitir que la memoria hable y nos explique nuestra historia reciente, la historia por la lucha de la libertad, los años de migración de unos y de otros por un futuro digno y compartido.

Se trata de una responsabilidad política de primer orden que pongamos en cuestión espacios de no derechos donde la vulneración de Derechos Humanos se ha evidenciado como sistemática. Existen las condiciones políticas óptimas a medio plazo para emprender acciones y políticas creativas que transformen el CIE de Barranco Seco en un espacio para la defensa de los Derechos Humanos y de la memoria colectiva de Canarias.

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats