Espacio de opinión de Canarias Ahora
Con la luz larga
Ocurre a menudo que, sumergidos en el curso precipitado de los acontecimientos, ya sea porque estamos comprometidos con ellos hasta el pescuezo o porque los propios acontecimientos nos arrastran jalándonos por la orejas, lo cierto es que perdemos la visión de la realidad en su movimiento. Apenas nos detenemos para efectuar la necesaria generalización. El numero, por así decirlo, importa, pero es estéril si no va unido al conocimiento de las contradicciones, de los antagonismos y de su recorrido previsible
Si no se toma la medida de las cosas en sus debidas dimensiones y tendencias, la practica se queda presa de políticas, consignas y estrategias, que van rezagadas de la corriente histórica y su ritmo.
Hasta hace poco más de dos años, incluso menos, un suspiro en términos históricos, predominaba en la atmósfera social la idea de que “el capitalismo no tiene alternativa”, ahora, por el contrario, lo que se adueña de la conciencia social, en expansión rápida, es que el sistema capitalista no nos sirve, no tiene soluciones y hay que ir “más allá del capital”.
Igualmente, hasta tiempos muy recientes teníamos que tratar, con mucho tiento, las luchas reivindicativas parciales, por poco que se nos fuera la mano en revelar su filo político o en vincularlas al conjunto del movimiento, nos llovían las “acusaciones” de “manipulación política”. Ahora se politizan, se unifican, se elevan ellas solas con sorprendente ?para los veteranos- naturalidad.
En dos años, poco mas o poco menos, se han condensado acontecimientos y vivencias que, en situaciones “normales” necesitarían bastante más de dos decenios de experiencias. Cuarenta y ocho horas después del debate sobre el estado de la nación las “mayorías” deslegitimadas y la sociedad mixtificada tropezó de bruces con la sociedad real en movimiento por mucho que apelara a un veredicto de las urnas ya remoto en patrones de historia vivida.
La política con mayúsculas está conquistando su primacía. Se trata de un colosal cambio en el tono de la época y en la conciencia social. Un cambio sustancial que encierra una formidable potencialidad transformadora.
O este cambio propicia la correspondiente conclusión estratégica que evite su orfandad política -y ese remate no puede ser otro que emprender la construcción de un amplio frente político social de orientación democrática y anticapitalista- o, por el contrario, se adormece y desmaya en “estrategias” como aquella de “pactos electorales” para el 2015, o la otra, aún peor, como es la de acomodarse eternamente en el ilusorio papel de “ala izquierda” en formaciones que han evidenciado 100 veces, cuanto menos, su voluntad colaboracionista con la clase dominante y sus expresiones políticas.
Aquellas conclusiones son fruto de un análisis que tiene de todo, de todo menos de pensamiento dialéctico. En ellas la realidad se enjuicia quieta, en su pasado, al margen de las transformaciones y de las pulsiones sociales que lo determinan.
Estamos sin duda ante un nuevo bloque histórico en formación, una nueva mayoría social, para culminarlo no hay otra iniciativa posible, desde nuestro punto de vista, que poner en marcha, sin demora, ese amplio frente político-social que no puede tener por criterio ampliar el campo de oposición al sistema, sino que tenga vocación y luche por ella de poder político “más allá del capital”.
Hay que continuar en este empeño, sin demora y sin precipitaciones que dejen fuera a gentes propicias de estar dentro. No sobra nadie, por poco que aparentemente represente, porque ese “poco” se crece y se multiplica en la unidad.
En cualquier caso, no debe ignorarse que cuando una necesidad de transformación se adueña de la atmósfera social, la necesidad no espera necesariamente por la izquierda para descargar la llovida. Siempre aparecen otros, en nuestras antípodas, para disputar la respuesta.
No hay situación crítica sin salida. Los motores del sistema se pueden parar, pero si el mundo de la democracia real y la transformación social no adopta iniciativas decididas en la cuestión del poder, será el propio capital, con esta o aquella forma de dominación política, para esto no hay escrúpulos, quien los vuelva a poner en marcha. .
EL 23F en la Plaza de Neptunio. Madrid.
Ocurre a menudo que, sumergidos en el curso precipitado de los acontecimientos, ya sea porque estamos comprometidos con ellos hasta el pescuezo o porque los propios acontecimientos nos arrastran jalándonos por la orejas, lo cierto es que perdemos la visión de la realidad en su movimiento. Apenas nos detenemos para efectuar la necesaria generalización. El numero, por así decirlo, importa, pero es estéril si no va unido al conocimiento de las contradicciones, de los antagonismos y de su recorrido previsible
Si no se toma la medida de las cosas en sus debidas dimensiones y tendencias, la practica se queda presa de políticas, consignas y estrategias, que van rezagadas de la corriente histórica y su ritmo.