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Mariposas inolvidables

Cuando se vio cuestionado por la Organización de Estados Americanos el dictador dominicano decidió liberar a casi todos los presos de la cárcel de la Cuarenta, un centro de tortura donde se aplicaban las técnicas aprendidas en los cuarteles de la CIA. Primero dejó libre a las mujeres, entre ellas Minerba, Patria y María, las hermanas Mirabal. Después liberó a todos los hombres. Sólo quedaron tres presos, que el régimen consideraba que eran los líderes de la oposición: Manuel Tavarez (Manolo, esposo de Minerba), Leandro Guzmán (marido de María Teresa) y Pedro (esposo de Patria). Dentro del Movimiento 14 de junio a las hermanas Mirabal se las conocía como las mariposas inolvidables. Eran mujeres que se comprometieron políticamente contra el régimen, a pesar de sufrir la cárcel y de ser torturadas, a pesar de proceder de familias adineradas, siempre lucharon por la libertad, por la derrota del tirano, por eso eran mariposas inolvidables.

Hace 48 años, el 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal salieron por la noche en dirección a la cárcel de la Cuarenta para visitar a sus maridos. En la carretera entre Puerto Plata y Santiago, los hombres mandados por Trujillo pararon el coche, y sacaron al chófer y a las tres hermanas. Las separaron, y las llevaron a una plantación de cañas junto a la carretera, allí las apalearon, las apuñalaron y las estrangularon. Pisotearon las alas de las mariposas, pero el país entero decidió que no se frenara la dirección de su vuelo, y el movimiento opositor a Trujillo creció con más fuerza que nunca.

En la excelente novela 'La fiesta del Chivo' Mario Vargas Llosa describe el asesinato de Trujillo en mayo de 1961. Una de las protagonistas, Urania Cabral, regresa a su país después de varias décadas de exilio en Estados Unidos, lugar en el que se refugió después de haber sido violada por Trujillo con el consentimiento de su padre, un militar que usó a su hija para ganar los favores del dictador. Cuenta Vargas Llosa que Urania nunca había amado a nadie, la causa la confiesa en la novela ella misma “A mí, papá y Su Excelencia me volvieron un desierto.” Entre el grupo de gente que participan en el asesinato de Trujillo en la novela de Vargas Llosa, uno de ellos se apunta a la conspiración motivado por el deseo de vengar la muerte de las tres hermanas Mirabal.

Desde los años ochenta el 25 de noviembre es considerado en Latinoamérica como una fecha que simboliza la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres, aunque no fue hasta 1999 cuando la asamblea general de la ONU eligió el día del asesinato de las hermanas Mirabal como fecha internacional para conmemorar esa lucha. Hemos avanzado, sin duda, si estuviéramos en la República Dominicana años sesenta del siglo pasado mujeres luchadoras como Herminia Fajardo o Isabel Suárez serían apaleadas en la plaza mayor por alguna banda gubernamental, pero no, afortunadamente no. Tenemos mariposas que vuelan, pero también hay mariposas que les han cortado las alas. Sólo en España en lo que va de año han asesinado a 68 mujeres. En las comisarías de Canarias se han presentado este año 3479 denuncias contra maltratadotes. Para los que consideran que estamos ante un problema importado debe saberse que el 71% de los denunciados son españoles. Aunque hoy no es un día para hablar de nacionalidades, sino de terrorismo machista, de violencia de hombres sobre mujeres, de crímenes que no pueden reducirse a la patología mental de un asesino, sino a una mentalidad social que desde los primeros meses de nuestras vidas reparte los papeles: para el hombre el poder y la fuerza, para mujer la obediencia y la sensibilidad. Quizá se trate de cambiar el sistema patriarcal, donde no quepa la violencia de unos sobre otras. La revolución feminista ha sido la más pacífica de las revoluciones, sin guillotinas, sin armas, las mariposas inolvidables de todo el mundo nos han propuesto un mundo mejor, pero muchos hombres han reaccionado aplastando a las mariposas. Quizá el machismo sólo sea una muestra criminal de la estupidez humana.

Juan García Luján

Cuando se vio cuestionado por la Organización de Estados Americanos el dictador dominicano decidió liberar a casi todos los presos de la cárcel de la Cuarenta, un centro de tortura donde se aplicaban las técnicas aprendidas en los cuarteles de la CIA. Primero dejó libre a las mujeres, entre ellas Minerba, Patria y María, las hermanas Mirabal. Después liberó a todos los hombres. Sólo quedaron tres presos, que el régimen consideraba que eran los líderes de la oposición: Manuel Tavarez (Manolo, esposo de Minerba), Leandro Guzmán (marido de María Teresa) y Pedro (esposo de Patria). Dentro del Movimiento 14 de junio a las hermanas Mirabal se las conocía como las mariposas inolvidables. Eran mujeres que se comprometieron políticamente contra el régimen, a pesar de sufrir la cárcel y de ser torturadas, a pesar de proceder de familias adineradas, siempre lucharon por la libertad, por la derrota del tirano, por eso eran mariposas inolvidables.

Hace 48 años, el 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal salieron por la noche en dirección a la cárcel de la Cuarenta para visitar a sus maridos. En la carretera entre Puerto Plata y Santiago, los hombres mandados por Trujillo pararon el coche, y sacaron al chófer y a las tres hermanas. Las separaron, y las llevaron a una plantación de cañas junto a la carretera, allí las apalearon, las apuñalaron y las estrangularon. Pisotearon las alas de las mariposas, pero el país entero decidió que no se frenara la dirección de su vuelo, y el movimiento opositor a Trujillo creció con más fuerza que nunca.