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Maspalomas City/ciudad

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50 años después de iniciarse la urbanización de Maspalomas Costa Canaria, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha consagrado la primera gran ciudad turística moderna de Europa. Un reconocimiento que tiene mucho que ver con su capacidad para inventarse y para convertirse en el principal destino europeo para el turismo, pero que hasta ahora no era consciente de su realidad.

Sin embargo, ha sido la casualidad, la necesidad o la oportunidad lo que ha consolidado la ciudad turística de Maspalomas. Los problemas estructurales del edificio que albergaba las Oficinas Municipales de Maspalomas, obligaron a dispersar las dependencias por diversos lugares, lo que supuso un desparrame de los servicios municipales por San Fernando, Campo Internacional y otros, lo que hacía de cualquier gestión un viacrucis para los ciudadanos y, políticamente, un complicado organigrama urbano en el que era difícil realizar un control adecuado de la maquinaria administrativa.

Hace tan sólo un año, el actual grupo de Gobierno adoptó la decisión de 'tomar' el edificio que se había construido para albergar la biblioteca, para convertirlo en el 'Ayuntamiento' operativo y centralizado que atienda al ciudadano. Un edificio cristalino, una zoco recubierto de cristlaes que es una plaza y a la vez Ayuntamiento. Una enorme biblioteca de ciudadanos, no de libros, que se ha convertido en un continuo trasiego de gentes que son atentidos por el personal municipal, y que se sienten parte del municipio porque -por la casualidad antes comentada- encuentran todo en un lugar que, además, es próximo y abierto, transparente.

Con estos cambios, lo primero que uno se plantea es que los arquitectos y urbanistas habían equivocado el planeamiento. Por un lado, el anterior edificio de las Oficinas Municipales era una construcción que alejaba a los gobernantes locales de la ciudadanía, tanto por su ubicación como por su propia forma arquitectónica. Probablemente, la decisión de su proyecto (y de sus materiales, porque mira que duró poco...) y de la parcela donde se ubicó fuera política, aunque los arquitectos podrían haber insistido en la necesidad de 'crear ciudad'.

Y es que, posiblemente, contra el planeamiento que se había previsto, ahora ya está consolidada (y preparada para su desarrollo) la ciudad de Maspalomas que, por su importancia turística, denominaremos Maspalomas City.

Una ciudad que puede servir de modelo para todas las zonas turísticas surgidas tras el boom del turismo de masas. Como por ejemplo la Costa del Sol que, si lo miramos desde el aire, se ha formado en un continuo inacabable de urbanizaciones que no han conseguido crear ciudad.

Pero en Maspalomas ya encontramos una urbe con definición, en la que el turismo ocupa la mayor parte de una estructura con forma casi cuadrada, con un vértice que acoge a la población residente y otros dos la zona turística para finalizar en la esquina sur con la playa, las dunas, la charca y el palmeral.

La zona residencial cuenta -además de las Oficinas Municipales- con un campo de fútbol donde se juegan partidos internacionales. El Centro Cultural, la Casa Condal, zonas infantiles, piscina y zonas deportivas, mercado de abastos, zonas de viviendas en adosados, en pisos (de baja altura), zona industrial, zonas comerciales con una amplia oferta gastronómica, equipamientos sociales, educativos, sanitarios, parques como el Parque del Sur, donde se encuentra el Auditorio de la Organización Mundial del Turismo y, en definitiva. una intensa actividad alimentada por una industria, la turística, que permite que todo el año se perciba la vitalidad de este núcleo joven de población. Una sociedad que cuenta con una oferta educativa pública y privada de primer orden, al igual que la oferta sanitaria, con hospitales que tienen claro cuál es su objeto y el beneficio que mutuamente se aportan a diferentes perfiles de turistas a la vez que garantizan la atención médica de calidad a los residentes.

Dentro de esa zona turística encontramos una población mayoritariamente estacional (la media es casi una semana de estancia, aunque los hay de temporadas de invierno) para los que se dispone de una completísima y variada oferta de alojamientos de calidad, tanto hoteleros como extrahoteleros. Una población a veces efímera, pero también un turismo que es el más fidelizado del mundo (según las estadísticas es el destino que más repiten todos los años y varias veces cada año); si bien también podemos localizar como vecinos permanentes una gran comunidad sueca y nórdica en general, con su iglesia, su escuela, su centro social, su centro de rehabilitación... Incluso un árabe, Ahmed Izzat, casado con una sueca construyó la mezquita que se encuentra en el muy liberal Centro Comercial Jumbo. Un espacio que en el corazón de la zona turística es el escenario de los grandes eventos: el carnaval, el Gay Pride o las fiestas navideñas...

Muchísimos extranjeros de numerosas nacionalidades, 117 en el último censo, que ya son vecinos arraigados en Gran Canaria, así como establecimientos comerciales que ya han dejado de ser la novedad para convertirse en tradición. Y eso sin olvidar que el primer templo ecuménico de Europa (si no el único) y otros centros de culto de diferentes religiones, incluida una mezquita realizada por un musulmán de procedencia sueca. Y es que en esta Babel del sur conviven en armonía razas, nacionalidades, creencias y formas de pensamiento que en otros lugares se ignoran o enfrentan.

Destacable es la presencia y actividad de las personas que agrupa la bandera del arco iris, los colectivos LGTB, que han consolidado más de tres décadas de presencia activa gracias al ambiente de tolerancia y respeto que caracteriza esta City turística. Una urbe de más de 90000 camas para el turismo en la que más de dos millones de personas comparten con los residentes los días de descanso, desconexión o felicidad. Un turismo que comenzó siendo el obrero de la reconstrucción europea y que ahora son clase media europea con estudios medios o superiores.

Para no cansarles. Ya hay ciudad. Y es una ciudad turística de éxito. ¿Qué le falta para garantizar el futuro de este destino?: El faro se convertirá en un centro de atractivo turístico, aunque quizás fuera necesario otro proyecto más en sintonía con lo que demanda el turista, ya que la etnografía de Gran Canaria puede que no sea el revulsivo que necesita la zona. Parques temáticos hay pocos y de calidad, pero ninguno exclusivo de Maspalomas en cuanto a su oferta temática. Y, por supuesto, el oasis. El conjunto de dunas, charca y palmeral que es una asignatura pendiente, donde todavía es posible el sueño de Néstor para este lugar, al dejar escrito: “no concibamos las cosas en pequeño, sino en grande, con la vista en el porvenir”.

50 años después de iniciarse la urbanización de Maspalomas Costa Canaria, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha consagrado la primera gran ciudad turística moderna de Europa. Un reconocimiento que tiene mucho que ver con su capacidad para inventarse y para convertirse en el principal destino europeo para el turismo, pero que hasta ahora no era consciente de su realidad.

Sin embargo, ha sido la casualidad, la necesidad o la oportunidad lo que ha consolidado la ciudad turística de Maspalomas. Los problemas estructurales del edificio que albergaba las Oficinas Municipales de Maspalomas, obligaron a dispersar las dependencias por diversos lugares, lo que supuso un desparrame de los servicios municipales por San Fernando, Campo Internacional y otros, lo que hacía de cualquier gestión un viacrucis para los ciudadanos y, políticamente, un complicado organigrama urbano en el que era difícil realizar un control adecuado de la maquinaria administrativa.