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Los mensajes de Don Vito

Qué quieren que les diga, yo ando preocupado. No me gusta nada el andar de la perrita. El juez César Romero Pamparacuatro debió quedarse en Lanzarote y los golfos de la Unión son los que tenían que haberse marchado de las instituciones. Pero ocurrió lo contrario, el juez se mandó a mudar después de sufrir amenazas, de lograr el amparo del CGPJ y de sacar del ordenador oficial de la comunidad autónoma todos los datos de la investigación de la trama corrupta. Me imagino que antes de todo eso la mafia le investigó la vida al juez, se interesó por su familia, indagó si tenía pareja, si la pareja también ejercía una profesión peligrosa y molesta, si frecuentaba locales nocturnos. Como no le vieron nada acudieron al Consejo General del Poder Judicial.

Hasta el CGPJ llegó una queja de la oficina de atención al ciudadano. Se quejaban de la lentitud en la tramitación de un caso en un juzgado de La Palma, donde había ejercido el juez del caso La Unión. La queja se presentó meses después de las detenciones a políticos y empresarios por orden de Pamparacuatro. Curiosamente esa queja llegó al CGPJ a pesar de que la inspección del órgano que rige los jueces había pedido el archivo. El magistrado demostró que la lentitud era atribuible al exceso de trabajo en los juzgados palmeros y el CGPJ cerró el expediente que había abierto. Pero los poderosos que promovieron la queja lograron por lo menos la mancha del expediente.

La portavoz del PP en el Parlamento canario volvió a recordar en la cámara autonómica la queja que el gobierno canario presentó contra la jueza Victoria Rosell. Recuerden que la magistrada había declarado en una radio, en su calidad como portavoz de Jueces para la Democracia, que en el caso Tebeto había que fijarse en la actuación de la administración autonómica. Rosell respondía a unas declaraciones del portavoz del PSC Santiago Pérez que había levantado sospechas sobre la actuación del juez de Tebeto. Pero el vicepresidente José Manuel Soria pensó que le estaban nombrando a su hermanito Luis y metió a todo el gobierno canaria en la ridícula queja ante el CGPJ.

El órgano de gobierno de los jueces españoles archivó la queja del Gobierno canaria, la magistrada Rosell salió reforzada y el ejecutivo no ha pedido disculpas. Pero esta mujer parece que no aprende y decidió actuar de oficio ante la declaraciones de la doctora Palop en el programa 59 segundos. La exjefa de Nefrología del Doctor Negrín reconoció que hace un año la intentaron sobornar en un concurso de la consejería de Sanidad. La mayoría de los medios reaccionaron escandalizados y los lectores de periódicos digitales acusaban a jueces y fiscales de gandules y dormidos. La jueza decidió investigar.

Ahora Soria no está en el gobierno y Paulino Rivero no se siente obligado a seguirle el juego a sus caprichitos judiciales. Por eso debe recurrir al periódico de su amigo Pedro Jota. Sólo durante su presidencia en el cabildo de Gran Canaria José Manuel Soria regaló al diario de su amigo 300.000 euros cada año por los premios Canarios en El Mundo. Los galardonados se llevaban una escultura y la pasta se iba al diario de Pedro Jota. Ya en el ayuntamiento capitalino el Soria alcalde patrocinó una exposición de la esposa de Pedro Jota en el Centro Atlántico de Arte Moderno.

“Ya me lo pagarás”, vino a decirle Soria a su amigo Pedro Jota después de entregarle los cheques de dinero público de las instituciones que presidía. Y, aunque un poco moroso, Pedro Jota siempre paga las facturas. Eso es lo que está ocurriendo estos días cuando vemos que cada mañana la jueza Victoria Rosell tiene una página reservada en el diario madrileño. El Mesías Ramírez grita a su redactor “Lázaro, levántate y miente”. Y Fernando Lázaro redacta unas crónicas dignas de ser firmadas por Isaac Asimov por la parte de ficción, porque de ciencia no tiene nada. La Sala de gobierno del TSJC acuerda respaldar la queja de la jueza Rosell sobre el asalto a su ordenador y decide enviarla al CGPJ, pues El Mundo nos cuenta que el CGPJ investigará si Rosell cometió una falta leve o grave por dejar su ordenador a compañero sentimental. Que hace 5 días la jueza declaró lo que ya había dicho en la carta de rectificación a El Mundo, que en su casa tiene varios ordenadores y los deja a quien le de la gana, pues el diario de Pedro Jota convierte eso en una gran información ¡seis días después de publicarlo CANARIAS AHORA! Y le da más espacio e importancia que a las noticias sobre el caso Gurtell y el caso Malaya.

Así es el periodismo nauseamundo de Pedro Jota. Pero ya lo sabíamos. También sabíamos que cuando su amigo Soria coge una perreta usa todas las instituciones que controla para perseguir sus obsesiones. El montaje de la revista Época que fue archivado en los tribunales nos indignó simplemente por el derroche de dinero público, no por las ridiculeces de las grabaciones clandestinas y el pose de los parlamentarios peperos. Pero cuando vemos la cabeza del caballo cortada en la cama (en el nuevo formato de mensaje virtual enviado desde un servidor de la consejería de Agricultura del Gobierno canario), cuando vemos ese mensaje de don Vito debemos de preocuparnos, porque los que quieren convertir Bananaria en Sicilia deberían de tener en cuenta que se empieza por la cabeza del caballo pero termina ardiendo Roma.

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Juan García Luján

Qué quieren que les diga, yo ando preocupado. No me gusta nada el andar de la perrita. El juez César Romero Pamparacuatro debió quedarse en Lanzarote y los golfos de la Unión son los que tenían que haberse marchado de las instituciones. Pero ocurrió lo contrario, el juez se mandó a mudar después de sufrir amenazas, de lograr el amparo del CGPJ y de sacar del ordenador oficial de la comunidad autónoma todos los datos de la investigación de la trama corrupta. Me imagino que antes de todo eso la mafia le investigó la vida al juez, se interesó por su familia, indagó si tenía pareja, si la pareja también ejercía una profesión peligrosa y molesta, si frecuentaba locales nocturnos. Como no le vieron nada acudieron al Consejo General del Poder Judicial.

Hasta el CGPJ llegó una queja de la oficina de atención al ciudadano. Se quejaban de la lentitud en la tramitación de un caso en un juzgado de La Palma, donde había ejercido el juez del caso La Unión. La queja se presentó meses después de las detenciones a políticos y empresarios por orden de Pamparacuatro. Curiosamente esa queja llegó al CGPJ a pesar de que la inspección del órgano que rige los jueces había pedido el archivo. El magistrado demostró que la lentitud era atribuible al exceso de trabajo en los juzgados palmeros y el CGPJ cerró el expediente que había abierto. Pero los poderosos que promovieron la queja lograron por lo menos la mancha del expediente.