Espacio de opinión de Canarias Ahora
No hay tiempo para los muertos
Acaba la semana de los veinte años del 11M. Ha sido una semana cargada de tanto ruido, de tantos titulares, que han privado una vez más a las víctimas de la atención que por justicia merecen.
Las penúltimas revelaciones del caso Koldo, el estallido del escándalo Ayuso, el rechazo a los presupuestos de ERC y la convocatoria de elecciones en Catalunya se han conjurado con la amnistía y la renuncia del Gobierno de Sánchez a tramitar los presupuestos de este año, para dejar casi sin espacio ya no en los medios, sino en la conversación pública, al recuerdo a las víctimas del 11M.
Lamentablemente, la historia se repite porque si hay algo que ha sido constante ha sido la manera en la que se les ha ignorado casi desde el primer momento.
Los muertos del 11M fueron muertos incómodos, llegaron por sorpresa, cuando no tocaban y a las pocas horas de que explotaran las bombas quedaron en segundo plano. Lo importante no eran los muertos. Lo importante era cómo utilizar la tragedia para conseguir que no supusieran la pérdida del poder para el Partido Popular.
Habría que preguntarse cuánto tiempo dedicaron Aznar, Acebes o Zaplana a pensar en los muertos antes de volcarse en cuerpo y sin alma en urdir una mentira que los exculpara.
Habría que preguntarse cuándo dejaron de contar muertos para empezar a calcular los votos que podrían perder si se relacionaban los atentados con la foto de las Azores.
Y no acabó ahí el desprecio a las víctimas. Las miles de portadas, las miles de horas de radio que se le dedicaron al 11M a lo largo de los años siguientes ignoraron a las víctimas, el interés informativo era otro, sembrar la confusión, perpetuar la mentira.
Para mayor ignominia, las pocas veces que el Partido Popular y sus aliados mediáticos pusieron el foco sobre las víctimas fue para humillarlas, para desprestigiarlas, para acusarlas de connivencia con la izquierda.
La imagen de Zaplana y Martínez Pujalte con risas y aspavientos mientras intervenía Pilar Manjón en la comisión de investigación del 11M son execrables, pero no son más que la parte más visible de toda una estrategia de represalia, de ninguneo, de invisibilización de esas víctimas inconvenientes, que no tuvieron la decencia de morir a manos de ETA y a mayor gloria del Partido Popular.
Veinte años después, Aznar se justifica parapetado tras las indecentes justificaciones de FAES y nadie en el Partido Popular ha tenido la decencia de pedir perdón a las víctimas.
No es de extrañar. El Partido Popular ha demostrado históricamente que siempre ha considerado a todas las víctimas del terrorismo, sean de Al Qaeda o sean de ETA, como un mero recurso electoral.
Lo verdaderamente preocupante es que con el paso de los años esta espuria utilización de los muertos va a más, ahora hiperventilados por su competición con VOX.
Veinte años después, algunos siguen sin tener tiempo para los muertos.
Acaba la semana de los veinte años del 11M. Ha sido una semana cargada de tanto ruido, de tantos titulares, que han privado una vez más a las víctimas de la atención que por justicia merecen.
Las penúltimas revelaciones del caso Koldo, el estallido del escándalo Ayuso, el rechazo a los presupuestos de ERC y la convocatoria de elecciones en Catalunya se han conjurado con la amnistía y la renuncia del Gobierno de Sánchez a tramitar los presupuestos de este año, para dejar casi sin espacio ya no en los medios, sino en la conversación pública, al recuerdo a las víctimas del 11M.