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Las ''otras'' patrañas sobre el sistema electoral por Fernando Ríos (*)

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Sin embargo, me quise referir a otras patrañas. Como yo también soy de letras, no voy a reiterar cifras, pero sí la conclusión a la que llevan: es rematadamente falsa la afirmación utilizada de manera propagandística por los socialistas y sus satélites de que el actual sistema electoral perjudica al PSOE y que con cualquier otro sistema electoral hubiera obtenido mejores resultados. Todo lo contrario. Creo haber conseguido refutar esas otras patrañas a la vista de los comentarios del señor Alemán, pues no me pronuncié sobre lo que él destaca: las barreras y los déficits representativos del sistema. Quiero aprovechar esta ocasión para hacerlo.Tengo escrito desde hace más de diez años que las barreras electorales originarias (que estaban en el 3% autonómico y el 20% insular) producían un efecto contrario al pluralismo político, proclamado en el artículo 1 de la Constitución, al excluir grandes sectores poblacionales del Parlamento de Canarias; siendo eso así, cuanto más su elevación a las actuales magnitudes del 6% y el 30%. En las últimas elecciones, efectivamente, se excluyó a NC y al PIL, que hubieran obtenido dos escaños cada uno si esas barreras hubieran sido las propuestas en el nuevo Estatuto (3% autonómico y 15% insular) o no existieran. Pero fíjense por dónde, el Tribunal Constitucional las declaró plenamente legales y por eso se han podido aplicar. En todo caso, Coalición Canaria está de acuerdo con su reducción a la mitad.En cuanto a la distribución de escaños entre las islas, es cierto que producen la disfunción de que el 80% de la población, la residente en Gran Canaria y Tenerife, únicamente elige al 50% del Parlamento de Canarias; pero esa disfunción es más aparente que real ya que, insisto, no distorsiona los resultados: tanto con una circunscripción archipielágica única de 60 escaños o complementaria de 15, los resultados no hubieran cambiado y el PSOE estaría más lejos aun de conseguir la mayoría absoluta que con el actual sistema.Podríamos llegar a concluir que no es el mejor sistema, pero sigo manteniendo que las alternativas propuestas por socialistas y populares son peores que lo que tenemos, pues se romperían los equilibrios actuales tan necesarios para este archipiélago atlántico, postergando a las islas menos pobladas de la toma de decisiones. Personalmente mantengo (también lo tengo publicado desde hace años) que esas tensiones representativas entre la población y el territorio en nuestro sistema electoral (que mal disimula pugnas interinsulares) se manifiestan porque se quiso combinarlas en una misma cámara, cuando lo idóneo (y así pasa en casi todos los sistemas comparados) es que se haga en dos: una cámara poblacional (“controlada”, en nuestro caso, por las dos islas más pobladas) y otra territorial (en la que tendrían la mayoría las cinco islas menos pobladas). Esta fórmula es plenamente constitucional y no supondría ni mayor gasto ni alargaría los procedimientos legislativos. Sin embargo, me temo que los canarios todavía no estamos preparados para ello. Seguiremos por algún tiempo poniendo el sistema electoral como excusa de las frustraciones de unos o las incompetencias de otros. Como eso, señor Alemán, es incierto, no creo que sea una pasada calificarlo como patraña.Fernando Ríos es secretario de Autogobierno de Coalición Canaria. Fernando Ríos (*)

Sin embargo, me quise referir a otras patrañas. Como yo también soy de letras, no voy a reiterar cifras, pero sí la conclusión a la que llevan: es rematadamente falsa la afirmación utilizada de manera propagandística por los socialistas y sus satélites de que el actual sistema electoral perjudica al PSOE y que con cualquier otro sistema electoral hubiera obtenido mejores resultados. Todo lo contrario. Creo haber conseguido refutar esas otras patrañas a la vista de los comentarios del señor Alemán, pues no me pronuncié sobre lo que él destaca: las barreras y los déficits representativos del sistema. Quiero aprovechar esta ocasión para hacerlo.Tengo escrito desde hace más de diez años que las barreras electorales originarias (que estaban en el 3% autonómico y el 20% insular) producían un efecto contrario al pluralismo político, proclamado en el artículo 1 de la Constitución, al excluir grandes sectores poblacionales del Parlamento de Canarias; siendo eso así, cuanto más su elevación a las actuales magnitudes del 6% y el 30%. En las últimas elecciones, efectivamente, se excluyó a NC y al PIL, que hubieran obtenido dos escaños cada uno si esas barreras hubieran sido las propuestas en el nuevo Estatuto (3% autonómico y 15% insular) o no existieran. Pero fíjense por dónde, el Tribunal Constitucional las declaró plenamente legales y por eso se han podido aplicar. En todo caso, Coalición Canaria está de acuerdo con su reducción a la mitad.En cuanto a la distribución de escaños entre las islas, es cierto que producen la disfunción de que el 80% de la población, la residente en Gran Canaria y Tenerife, únicamente elige al 50% del Parlamento de Canarias; pero esa disfunción es más aparente que real ya que, insisto, no distorsiona los resultados: tanto con una circunscripción archipielágica única de 60 escaños o complementaria de 15, los resultados no hubieran cambiado y el PSOE estaría más lejos aun de conseguir la mayoría absoluta que con el actual sistema.Podríamos llegar a concluir que no es el mejor sistema, pero sigo manteniendo que las alternativas propuestas por socialistas y populares son peores que lo que tenemos, pues se romperían los equilibrios actuales tan necesarios para este archipiélago atlántico, postergando a las islas menos pobladas de la toma de decisiones. Personalmente mantengo (también lo tengo publicado desde hace años) que esas tensiones representativas entre la población y el territorio en nuestro sistema electoral (que mal disimula pugnas interinsulares) se manifiestan porque se quiso combinarlas en una misma cámara, cuando lo idóneo (y así pasa en casi todos los sistemas comparados) es que se haga en dos: una cámara poblacional (“controlada”, en nuestro caso, por las dos islas más pobladas) y otra territorial (en la que tendrían la mayoría las cinco islas menos pobladas). Esta fórmula es plenamente constitucional y no supondría ni mayor gasto ni alargaría los procedimientos legislativos. Sin embargo, me temo que los canarios todavía no estamos preparados para ello. Seguiremos por algún tiempo poniendo el sistema electoral como excusa de las frustraciones de unos o las incompetencias de otros. Como eso, señor Alemán, es incierto, no creo que sea una pasada calificarlo como patraña.Fernando Ríos es secretario de Autogobierno de Coalición Canaria. Fernando Ríos (*)