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Pobre pinzón azul de Gran Canaria

Continuando con el escabroso tema de la conservación del pinzón azul de Gran Canaria hoy me complazco en contarles algunos aspectos de la cría en cautividad donde, desde mi modesta opinión, se centra lo principal de las corruptelas detectadas y que ya se han hecho públicas en diversos medios.

El Plan de Recuperación redactado y aprobado por el Gobierno de Canarias obligaba a potenciar la cría en cautividad y, sobre todo, a reponer las parejas reproductoras manteniendo la viabilidad genética y la fertilidad. Tal y como se ha explicado, ese trascendental aspecto se ha incumplido desde el primer momento de la ejecución del Plan pues, en sus cinco años de ejecución, no se aportó un solo pájaro nuevo al plantel reproductor.

Enumeraremos seguidamente las ventajas que se hubieran obtenido en el caso de cumplir lo legalmente establecido reponiendo algunas pocas parejas cada temporada.

1.- Cumplir con la legalidad, lo cual no es tema baladí cuando se trata de la Administración Insular y Regional, en un Plan que debió pasar una Información Pública y se aprobó en el propio Parlamento de Canarias.

2.- Resultar eficaz en la crianza generando diversidad genética en ejemplares sanos con los que, de seguir la línea ascendente mantenida por el Cabildo en los primeros años en que fue responsable de ese proyecto, serían varios centenares los pinzones azules aptos para ser liberados. Con ello ya serían diversos los pinares de nuestra isla como Caldera de los Marteles, Pinos de Gáldar, Montañón Negro y muchos otros, que se hubiesen podido poblar, al igual que consiguió nuestro Cabildo con el pinar de Llanos de La Pez. Conseguir esto estaba al alcance de la mano y la intercomunicación de las diferentes poblaciones sería una garantía de futuro para la especie.

3.- Dar plena efectividad y productividad a la cuantiosa inversión realizada en el centro de Cría en cautividad de Tafira. Los últimos siete años en que se han incumplido las obligaciones respecto a la cría ya nos han costado más de un millón y medio de euros. A tan cuantiosa inversión no se le ha sacado, ni de lejos, el beneficio esperado. Según los defensores de ese desastre prefieren mantenerlo al ralentí, pero las inversiones resultan las mismas que si estuviese en plena producción. Se trata de una clara malversación de fondos públicos pues se ha hecho de manera premeditada.

4.- Los trabajadores del Centro de Cría del Cabildo de Gran Canaria tendrían la sensación de ser eficaces y honrados en el enorme esfuerzo realizado y no se sentirían como hasta ahora, partícipes de un paripé sin sentido.

5.- No se hubiese tenido que modificar la estructura principal de todo un Proyecto LIFE concedido por la Unión Europea. La cría en cautividad de nuestro pinzón azul, especialmente la reposición de las parejas en Tafira, era una de las cuatro razones por las que se solicitó este LIFE. Y al par de años de iniciado, el Gobierno de Canarias, secundado por nuestro propio Cabildo, solicitan oficialmente, de manera harto vergonzosa, que la trascendental cría en cautividad fuera sacada de los objetivos a cumplir y sus dineros fueran a parar a repoblaciones forestales que, hasta ahora, en mi opinión, poco o nada han ayudado al pinzón azul. Las repoblaciones en sí no han logrado, ni de lejos, cumplir con sus objetivos iniciales. Gran decepción que la institución europea se prestara a cambalaches de esa índole cuando se les advirtió expresamente por nuestra parte del disparate que iban a cometer.

6.- El cumplimiento de lo estipulado en el Plan con la incorporación de nuevos pinares a la lista de la distribución del pinzón azul hubiese causado en nuestros conciudadanos una gran satisfacción. Se trata de nuestra más emblemática especie, exclusiva de esta isla y, quizás, el paseriforme más amenazado del Paleártico Occidental. En su lugar las incomprensibles actuaciones generadas desde el Gobierno de Canarias y permitidas por nuestro propio Cabildo, han generado en nuestra sociedad la sensación de que algo muy turbio debe haber en el fondo de tanta irregularidad incomprensible y, desde luego, no se explican cómo nuestros representantes electos dan la callada por respuesta a tantas denuncias realizadas. Y al que se queja le amenazan y expedientan. Pero eso lo dejaremos para el próximo artículo. No se lo pierdan.

Continuando con el escabroso tema de la conservación del pinzón azul de Gran Canaria hoy me complazco en contarles algunos aspectos de la cría en cautividad donde, desde mi modesta opinión, se centra lo principal de las corruptelas detectadas y que ya se han hecho públicas en diversos medios.

El Plan de Recuperación redactado y aprobado por el Gobierno de Canarias obligaba a potenciar la cría en cautividad y, sobre todo, a reponer las parejas reproductoras manteniendo la viabilidad genética y la fertilidad. Tal y como se ha explicado, ese trascendental aspecto se ha incumplido desde el primer momento de la ejecución del Plan pues, en sus cinco años de ejecución, no se aportó un solo pájaro nuevo al plantel reproductor.