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Triunfalismo surrealista y desigualdad realista

Mientras el PP que nos malgobierna (o biengobierna, para la clase privilegiada de siempre), nos intenta hacer tragar ruedas de molino, anunciándonos reiteradamente que la crisis es ya historia. La realidad diaria del país, en gran parte de sus moradores, es de miseria, pobreza y de angustiosas estrecheces económicas para llegar a fin de mes.

Esta es la letanía de iterada faramalla triunfalista, en estos fulleros de la patraña, máxime cuando se aproximan los veredictos de las urnas, en este año 2015, electoral. “El PP o el caos”, dicen. O Dios o el infierno eterno en los brazos del malvado Lucifer.

Este tramposo triunfalismo es ultrajante para todas aquellas personas que sufren el azote de la pobreza ignominiosa que ha generado el gran capital mundial, o sea, las trapisondas económicas de los despiadados del neoliberalismo propagado. Es esta la misma política monetaria que predica el Gobierno central y que impone manu militari, donde puede. Sobre todo con las privatizaciones que ha llevado a cabo y muchas de las que están en proceso actualmente.

En su alucinado país de jauja, están adiestrados para negar la realidad social palpitante, que se apena en su miseria. Los infames desahucios, aumentativos día a día, en las demandas bancarias (que para la defensa de la sacrosanta propiedad financiera, el Gobierno dicta una ley contra los que se manifiestan ante estos inhumanos atropellos). Los enfermos de hepatitis C, suplican, en su tribulada amenaza de muerte, un medicamento vital que no pueden pagar. Y este Gobierno del Sr. Recortajoy, tan proclive a defender el antiabortismo, que sin embargo, deja morir a estos y otros enfermos, con sus políticas de ahorros confiscatorias de los derechos fundamentales. La educación pública va en declive presupuestario. Los contratos de trabajo, en absoluta precariedad, y ascendentes (quienes consigan esa prebenda eventual).

Nuestro Archipiélago ocupa el abominable honor de ser la quinta comunidad autonómica, en la que en sus hogares no existen ingresos económicos de ningún tipo. Muchas de las familias canarias, y de otras regiones españolas (con 200.000 hogares, en los que abundan los menores de 16 años), no tienen salario, ni prestación por paro, ni tampoco pensiones, en las personas mayores en la familia.

Solo en Canarias se contabiliza en 51.900 hogares, según datos del Gobierno central, a una respuesta parlamentaria. Y cuando estas cifras las ofrece el partido gobernante del país, de seguro, que se maquillan los números para edulcorarlos en otras partidas, tristemente negativas para el bienestar social en igualdad de derechos propios de una sociedad.

El verano pasado de 2014, el Gobierno Autonómico canario tuvo la urgente necesidad de abrir los comedores escolares, para ofrecer -caritativamente obligado-, un par de alimentos básicos diarios a tantos niños canarios, ante la escasez alimenticia de muchos hogares, en el todo el Archipiélago. Canarias, hay que mentarlo, se encuentra entre las comunidades españolas susceptibles de mayor riesgo de pobreza infantil, que ni cenan ni desayunan.

Hay que recordarle al Gobierno central en su obstinada desmemoria, en el país de Ítaca que viven, que olvidan por los efectos de los alucinógenos de los cantos de sirena, que producen en estos incrédulos e interesados con corazón pétreo, que uno de cada tres niños está en la pobreza absoluta. Y según Save The Children, España es el segundo país de la CE (después de Grecia), que está incapacitado, por su política económica, para aminorar la dolorida pobreza infantil. Dicha penuria infantil, ronda los 3 millones de niños en riesgo de exclusión social. Hecho colateral de que en España el abandono escolar sea en temprana edad, según la misma ONG.

Pero el presidente del plasma está muy ocupado con sus humos de selectos habanos y leyendo el Marca, y como todos sus ministros, pisan moqueta, se sientan en cómodos sillones de pieles, y usan tarjetas negras. Y ante tanto lujo de vida, prestado con el dinero de las arcas públicas, no perderán un minuto en nimiedades sociales de las clases desfavorecidas. Porque sin el PP, el caos social (¿…?) Muy a pesar, de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Mientras el PP que nos malgobierna (o biengobierna, para la clase privilegiada de siempre), nos intenta hacer tragar ruedas de molino, anunciándonos reiteradamente que la crisis es ya historia. La realidad diaria del país, en gran parte de sus moradores, es de miseria, pobreza y de angustiosas estrecheces económicas para llegar a fin de mes.

Esta es la letanía de iterada faramalla triunfalista, en estos fulleros de la patraña, máxime cuando se aproximan los veredictos de las urnas, en este año 2015, electoral. “El PP o el caos”, dicen. O Dios o el infierno eterno en los brazos del malvado Lucifer.