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Un aspecto que suele llamar mucho la atención cuando realizamos charlas sobre el Diagnóstico Energético de Gran Canaria es el peso impresionante que tiene el bunkering en el consumo energético de la isla. Sólo el 31% de la energía que utilizamos está destinada al consumo interno de la isla, mientras que el 62% se destina al suministro de fuel a buques. Es verdad que el combustible no se quema en Gran Canaria, solamente se “trasiega” a otros buques que continúan su ruta. En otras palabras, Gran Canaria es la gran gasolinera del Atlántico medio. Normalmente nos centramos en el consumo interno a la hora de considerar la reducción de emisiones y no solemos incluir el bunkering entre nuestros objetivos de descarbonización, puesto que van más allá de las competencias del Cabildo. No obstante, creo que merece la pena realizar algunas reflexiones al respecto y plantearnos qué tipo de estrategias debemos seguir para descarbonizar este sector y reconvertirnos en la plataforma de suministro energético verde del Atlántico medio.

La Organización Marítima Internacional (OMI) ha establecido una reducción de las emisiones GEI del transporte marítimo en un 50 por ciento en comparación con los niveles de 2008 para 2050 así como una descarbonización del mismo en al menos un 40 por ciento para 2030. Ya existen proyectos para poner embarcaciones de cero emisiones comercialmente viables en el 2030. Parece claro que el camino hacia la descarbonización de la navegación requerirá cambios significativos en la forma en que se genera a bordo la potencia y la propulsión. Lo que tampoco se pone en duda es que las embarcaciones con bajas emisiones bajas o cero usarán distintos tipos de combustible o fuentes de energía, y es probable que convivan diferentes soluciones al desafío de la descarbonización. El gas natural licuado, el hidrógeno verde, el amoníaco, el metanol o las baterías son algunos de los sistemas que se están barajando en estos momentos.

Para facilitar la innovación en este ámbito se ha creado el concepto de “corredor verde”, esto es, una ruta de navegación en la que la viabilidad tecnológica, económica y regulatoria de la operación de buques de cero emisiones se impulsa a través de acciones públicas y privadas. Creo que Gran Canaria debe trabajar por estar dentro de algunos de esos corredores verdes para atraer financiación e I+D+i destinada a la navegación cero emisiones. Esto ya se está produciendo en la navegación marítima entre EE.UU. y China así como en Europa con el apoyo tanto de las instituciones públicas como de los operadores portuarios y logísticos. Así que debemos transitar hacia un concepto de “bunkering verde” y para ello es crucial estar posicionados y proponer a Gran Canaria como una isla capaz de asumir el reto de participar en un corredor verde marítimo.

Por otro lado, también es necesario descarbonizar el sector de la aviación, que representa el 7% del consumo energético de la isla de Gran Canaria. La reducción de la huella de carbono del transporte aéreo es clave no sólo para reducir nuestra huella de carbono, sino también para mejorar la reputación verde de nuestro destino turístico.

El desarrollo de aviones propulsados por hidrógeno y electricidad para vuelos de larga distancia todavía es una quimera y actualmente no se atisban soluciones de este tipo a corto plazo. De momento, la industria aeronáutica está apostando por el SAF, es decir, el combustible sostenible para la aviación. El SAF está fabricado a partir de residuos y materias primas 100 % renovables, como el aceite de cocina usado. Este combustible reduce las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 80 % en comparación con el combustible fósil para aviones. Además, es totalmente compatible con los motores a reacción existentes y la infraestructura de abastecimiento de combustible, por lo que no requiere ninguna inversión adicional. La Coalición de Cielos Limpios para el Mañana del Foro Económico Mundial, que incluye a numerosas aerolíneas, ha establecido un objetivo de adopción de SAF del 10% para 2030.

Recientemente directivos de IBERIA trasladaban a Ángel Víctor Torres la propuesta de construir una planta de SAF en Canarias. Y hace un año Binter y CEPSA presentaban una alianza para el desarrollo de este tipo de combustibles. Sin lugar a dudas, Gran Canaria debe ser proactiva y trabajar para acoger este tipo de instalaciones en su territorio atrayendo inversión, I+D+i y empleo verde en la isla. Mientras se van desarrollando otras soluciones cero emisiones, debemos posicionarnos durante el período de transición hacia combustibles 100% sostenibles.

En definitiva, la transición energética en los sectores de la navegación aérea y marítima es una oportunidad que debemos aprovechar. No sólo por la significativa reducción de emisiones que se va a producir, sino también por la oportunidad de generar economía, empleos y reputación verdes en nuestra isla. El camino de la ecoísla pasa, sin lugar a dudas, por la innovación en el suministro de combustibles a buques y aviones.