Espacio de opinión de Canarias Ahora
Ricos y pobres
Un trabajador con salario mínimo necesitaría deslomarse 71 años de su vida para alcanzar el sueldo anual más alto de España, según un estudio de Oxfam Intermón. Durante los años duros de la crisis los salarios más bajos disminuyeron un 15%, casualmente el mismo porcentaje que aumentaron los sueldos más altos.
El dinero ni se crea ni se destruye; se transforma. Funciona como vasos comunicantes: el que pierde el pobre pasa al rico, y el que gana el rico se lo quita al pobre. El dinero siempre está pero cambia de manos, de bolsillos y de cuentas corrientes.
España es uno de los países desarrollados donde existe más desigualdad y así lo avalan la OCDE y el informe de la ONG que trabaja para erradicar la injusticia y la pobreza en el mundo a través de la acción humanitaria y el comercio justo. Vivimos en la ley de la selva en la que el uno por ciento posee el 40% de la riqueza. El hecho de que unos trabajen más que otros o sean más competentes no les da derecho a ganar diez, cien o mil veces más. Porque nadie trabaja diez, cien o mil veces más que los demás.
Seguimos viviendo en un mundo injusto donde unos cuantos poderosos dominan a la mayoría a través del dinero. Es muy difícil reconducir la situación porque hay muchos intereses creados. Aún así, se agradece la labor de ONGs como Oxfam Intermón, que siguen luchando para conseguir un mundo más justo y mejor a pesar de las zancadillas que cada día les ponen los gobiernos de turno, aliados de especuladores, financieros sin escrúpulos y empresarios incapaces de reconocer, por ejemplo, que los canarios somos los que peores sueldos tenemos de todo el Estado, a pesar de que son ellos los que los fijan.
Ojalá un día se tornen los papeles. Se iban a enterar de lo que vale un peine. En el caso de que puedan pagarlo.
Un trabajador con salario mínimo necesitaría deslomarse 71 años de su vida para alcanzar el sueldo anual más alto de España, según un estudio de Oxfam Intermón. Durante los años duros de la crisis los salarios más bajos disminuyeron un 15%, casualmente el mismo porcentaje que aumentaron los sueldos más altos.
El dinero ni se crea ni se destruye; se transforma. Funciona como vasos comunicantes: el que pierde el pobre pasa al rico, y el que gana el rico se lo quita al pobre. El dinero siempre está pero cambia de manos, de bolsillos y de cuentas corrientes.