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Saavedra y los pobres

Regresé los versos combativos de Neruda, a la oda que golpea en el rostro de la pobreza hasta desterrarla, hasta enviarla a la luna. Y disfruté de cada verso. Pero esta vez me sorprendió la Oda a la pobreza, porque me di cuenta de que los pobres de Neruda no viajaban en guagua, como los pobres de la ciudad de Jerónimo Saavedra. Los pobres chilenos tampoco van en ómnibus, ni en otras palabras que por allá se usan. Bueno, en chileno guagua es un bebé, los bebés lloran. Y aquí lloran las guaguas llenas de pobres y jóvenes porque las cuentas no salen bien y porque quitan algunas líneas de los barrios, y las que quedan vienen con menos frecuencia. En Chile usan la expresión “ser mano de guagua”, que significa ser tacaño, porque los bebés tienen siempre la mano cerrada y no sueltan lo que agarran. Aquí hay unas guaguas rodeadas de “manos de guaguas”, de instituciones públicas tacañas que no quieren arreglar las cuentas de una empresa quizá porque piensan que sólo la usan “los pobres que no tienen coche”. (Saavedra dixit).

Los trabajadores convocan una huelga indefinida a partir del próximo 23 de marzo. El alcalde podía haber dicho muchas cosas. Por ejemplo que una huelga no arregla los problemas actuales de la empresa. Estoy de acuerdo. También podía haber contado que ya está prácticamente concluido el plan de viabilidad de la compañía, y nos podía haber aclarado si es posible o no mantenerla como empresa pública, también podía haber declarado si el gobierno municipal tiene un plan para aumentar los viajeros, equilibrar las cuentas, mejorar el tráfico en la ciudad, convencer a los que no son pobres para que se suban a la guagua, aunque tengan coche, porque mejorará la velocidad comercial de la empresa, porque en guagua siempre se llegará antes. El alcalde podía haberse limitado a recuperar su discurso sobre transporte público durante la campaña electoral, el discurso que conquistó el voto de los pobres y los guagueros, y podía haber anunciado las medidas para cumplirlo. Lo que significaría hacer exactamente lo contrario de lo que hizo el pasado fin de semana cuando el ayuntamiento suprimió tres líneas de guaguas y recortó otros servicios.

Pero Jerónimo Saavedra prefirió “hablar claro” para no aclarar nada. Para el alcalde hablar claro es culpar a los guagueros de hacer huelga contra los pobres. Una hora antes de que Saavedra se pusiera a hablar claro ante los periodistas le pregunté en El Correíllo al concejal González Dumpierrez: ¿que dice el plan de viabilidad?¿Ustedes van a privatizar Guaguas o a mantenerla como empresa pública? El concejal de movilidad me respondio que eso lo tendrá que decir el alcalde, que él no podía adelantar nada. Pero Saavedra entiende que hablar claro es otra cosa... Me alegra que Saavedra se acuerde de los pobres que no pueden coger la guagua los días de huelga.Pero me alegraría más que para el ayuntamiento fuese una prioridad frenar la situación de las familias que viven en emergencia social, las solicitudes de ayudas por estos casos han aumentado un 60%. Una ciudad donde varios colectivos que trabajan con personas sin techo llevan esperando un año para que la burocracia municipal permita la apertura de dos nuevas residencias para que los pobres puedan dormir sin pasar tanto frío. Los pobres más pobres, los que no sólo no tienen techo ni coche, sino que no tienen perras para pagar las tarifas de guagua que ha subido este gobierno municipal. Más que la huelga de guagueros, quizá a muchos pobres de esta ciudad les afecte más la no renovación del contrato de 25 trabajadores sociales desde enero pasado, lo que provoca listas de espera para poder ser atentidos por los Servicios Sociales municipales. Me hubiera gustado ver al alcalde reunido con la consejera de Bienestar Social del gobierno canario para arreglar este problema, en lugar de verlo pasear tranquilamente con el presidente del gobierno que le promete arreglar una parque en la Isleta.

En fin, que prefiero volver a Neruda, que combatió con sus versos la pobreza, que nunca disparó contra los pobres. El poeta que se solidarizó con las luchas de los trabajadores. Vuelvo a la oda a la pobreza de Neruda, donde el poeta ofrece sus manos a los mineros y a las panaderas. Neruda que quiso mandar la pobreza a la luna, para que no castigara más a la gente de su pueblo.

Juan García Luján

Regresé los versos combativos de Neruda, a la oda que golpea en el rostro de la pobreza hasta desterrarla, hasta enviarla a la luna. Y disfruté de cada verso. Pero esta vez me sorprendió la Oda a la pobreza, porque me di cuenta de que los pobres de Neruda no viajaban en guagua, como los pobres de la ciudad de Jerónimo Saavedra. Los pobres chilenos tampoco van en ómnibus, ni en otras palabras que por allá se usan. Bueno, en chileno guagua es un bebé, los bebés lloran. Y aquí lloran las guaguas llenas de pobres y jóvenes porque las cuentas no salen bien y porque quitan algunas líneas de los barrios, y las que quedan vienen con menos frecuencia. En Chile usan la expresión “ser mano de guagua”, que significa ser tacaño, porque los bebés tienen siempre la mano cerrada y no sueltan lo que agarran. Aquí hay unas guaguas rodeadas de “manos de guaguas”, de instituciones públicas tacañas que no quieren arreglar las cuentas de una empresa quizá porque piensan que sólo la usan “los pobres que no tienen coche”. (Saavedra dixit).

Los trabajadores convocan una huelga indefinida a partir del próximo 23 de marzo. El alcalde podía haber dicho muchas cosas. Por ejemplo que una huelga no arregla los problemas actuales de la empresa. Estoy de acuerdo. También podía haber contado que ya está prácticamente concluido el plan de viabilidad de la compañía, y nos podía haber aclarado si es posible o no mantenerla como empresa pública, también podía haber declarado si el gobierno municipal tiene un plan para aumentar los viajeros, equilibrar las cuentas, mejorar el tráfico en la ciudad, convencer a los que no son pobres para que se suban a la guagua, aunque tengan coche, porque mejorará la velocidad comercial de la empresa, porque en guagua siempre se llegará antes. El alcalde podía haberse limitado a recuperar su discurso sobre transporte público durante la campaña electoral, el discurso que conquistó el voto de los pobres y los guagueros, y podía haber anunciado las medidas para cumplirlo. Lo que significaría hacer exactamente lo contrario de lo que hizo el pasado fin de semana cuando el ayuntamiento suprimió tres líneas de guaguas y recortó otros servicios.