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Ante la sentencia del caso “Yrichen”

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La Fundación Canaria Yrichen ha seguido día a día, con preocupación e inquietud, el proceso judicial conocido como Caso Yrichen. Cuando ha transcurrido un tiempo desde que se hiciera pública la sentencia en la que se condena al entonces alcalde de Telde D. Francisco Santiago Castellano, y con el ambiente más sereno, ofrece este comunicado a modo de reflexión, donde manifiesta el propio posicionamiento.

No es propósito de La Fundación Canaria Yrichen valorar, mucho menos cuestionar, la sentencia, por más que pueda contener elementos que exceden nuestra capacidad de ponderación y por cuanto conlleva de reflexión jurídica y proyección de la legalidad. Se da por supuesto que, técnicamente, no hay mucho que objetar, siempre a expensas del ejercicio de cuantas garantías procesales reconoce la ley a los ciudadanos.

Independientemente de ello, y con el debido respeto que merecen tanto las instituciones como el ordenamiento jurídico en sí mismo, La Fundación Canaria Yrichen, desde la perspectiva de los principios y valores que la justifican, no puede menos que reconocer las actuaciones de las personas cuando, por encima del lucro personal tan frecuente en muchos ámbitos de la sociedad; por encima de intereses o consignas de partidos o ideologías que tanto condicionan a nuestros representantes públicos; por encima del afán por el poder y la gloria inmediatos; por encima de confrontaciones entre instituciones o individuos; cuando, sobre todo eso, prima la preocupación sincera por los ciudadanos reales y más particularmente si se trata de los marginados de la sociedad, de quienes más sufren, de cuantos ansían un poco de luz para orientar su vida o la vida de los suyos, de aquellos que desean liberarse de la esclavitud de las drogodependencias y retomar el camino de la vida, entonces las personas, políticos o no, merecen toda nuestra consideración y nuestro respeto, aun a pesar de posibles errores.

La Fundación Canaria Yrichen, nacida para ser referencia de vida, lamenta que haya podido percibirse como ocasión de confrontación. Pero, dentro de los límites a que nos hemos referido, pretende también distinguir entre la luz y la sombra, y siempre estará incondicionalmente al lado de quienes se esfuerzan por entregarse generosamente pretendiendo el bien de los demás, aun cuando circunstancialmente implique el dolor de sí mismos.“

Yrichen es una organización sin ánimo de lucro que nace desde una opción solidaria en el barrio de La Pardilla, municipio de Telde (Gran Canaria), en el año 1989, para dar respuesta a las personas con problemas de drogodependencias, siendo el único recurso para tal fin en el municipio. Todas sus actuaciones han estado enmarcadas dentro de las directrices promovidas por el Plan Nacional y Plan Canario sobre Drogas. Como reconocimiento a su labor en 1996 se le concede el Primer Premio Reina Sofía de la C.R.E.F.A.T a la Labor Social y en el 2004 el Premio Canarias a las Acciones Altruistas y Solidarias. En 2008 recibe el Premio Teldense Rotary Club de Telde y en 2009 recibió el Sexto Premio Solidaridad por la Asociación de Vecinos el Quintogal además de varios reconocimientos especiales a sus diferentes programas. En 2013 su presidente, Jorge Hernández, recibió el Premio Ser Canario.

La Fundación Canaria Yrichen ha seguido día a día, con preocupación e inquietud, el proceso judicial conocido como Caso Yrichen. Cuando ha transcurrido un tiempo desde que se hiciera pública la sentencia en la que se condena al entonces alcalde de Telde D. Francisco Santiago Castellano, y con el ambiente más sereno, ofrece este comunicado a modo de reflexión, donde manifiesta el propio posicionamiento.

No es propósito de La Fundación Canaria Yrichen valorar, mucho menos cuestionar, la sentencia, por más que pueda contener elementos que exceden nuestra capacidad de ponderación y por cuanto conlleva de reflexión jurídica y proyección de la legalidad. Se da por supuesto que, técnicamente, no hay mucho que objetar, siempre a expensas del ejercicio de cuantas garantías procesales reconoce la ley a los ciudadanos.