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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Solos frente a ATI

Lo hicimos porque rechazábamos la acción de un Ejecutivo que en ningún momento ha estado centrado en la defensa del interés general; que no ha priorizado la atención a las personas y la mejora de los servicios públicos, hoy en situación de significativa crisis; que no ha desarrollado leyes fundamentales como las directrices de ordenación general y del turismo y, por lo tanto, ha sido incapaz de afrontar la imprescindible renovación de la planta turística obsoleta -incumpliendo gravemente los compromisos y plazos establecidos en la ley- y la apuesta por la calidad y la diversificación de la oferta. Con la desfachatez añadida que supuso la aprobación de 5.500 camas in extremis, en medio de razonables dudas jurídicas, de inseguridad para los empresarios y de un clima de absoluta desconfianza ciudadana.Lo hicimos, responsablemente, ante un Gobierno que ha tenido paralizado durante toda la legislatura el plan energético de Canarias, haciendo que nuestra Comunidad pierda cuatro años en el avance en la implantación de las energías renovables, en el desarrollo de un modelo que apueste por la eficiencia y el ahorro, alejándonos de los objetivos marcados por el protocolo de Kyoto. Lo hicimos con un Gobierno que ha realizado una gestión partidista y sectaria de la televisión pública canaria, haciéndole retroceder en audiencia y, también, en credibilidad; que ha manipulado la información en favor de sus siglas y realizado una política audiovisual en beneficio de las productoras afines. Que, en comandita con el PP, ha pervertido de forma vergonzante a las comisiones de investigación parlamentaria, como ocurrió con las estrambóticas conclusiones del caso eólico.Y hemos sido muy críticos con este Gobierno porque, y es también muy relevante, ha actuado de forma completamente desequilibrada en su trato a las distintas islas, y con un ninguneo especial hacia Gran Canaria, de lo que son cómplices len primer grado os consejeros grancanarios que se sentaban en el Consejo de Gobierno y el conjunto de la sucursal de ATI en nuestra isla. Con episodios como el traslado de diferentes estructuras del Gobierno de Canarias a Tenerife: Hecansa, Saturno, Socaem, Dirección General de TransportesÂ… Y todo ello culminado con la financiación de 60 millones de euros (10.000 millones de las antiguas pesetas) del tranvía de Tenerife, rompiendo el equilibrio en materia de transportes a favor de una sola isla.Ahora, a escasas semanas de la celebración de las elecciones locales, insulares y autonómicas, seguimos ejerciendo nuestra dura crítica contra Coalición Canaria-ATI. Y señalamos entre nuestros fundamentales objetivos la voluntad decidida de contribuir a que ATI-CC pase a la oposición, porque entendemos que Canarias en general, y en particular Gran Canaria, no soportan otros cuatro años de insularismo radical, de desequilibrios y de mal gobierno.Estoy convencido de que somos los únicos que podemos mantener ese firme compromiso. Porque el PP de José Manuel Soria va a hacer todo lo posible para gobernar con Coalición Canaria-ATI tras el 27 de mayo, aunque ello suponga, como en esta legislatura, ser callado cómplice de sus decisiones perjudiciales para Gran Canaria. Ya lo han venido mostrando con sus apaños parlamentarios de los últimos meses y con sus declaraciones de mutua comprensión y apoyo, que tratan de allanar el camino a esa posible alianza conservadora.Y, también, somos los únicos que podemos mantener ese firme compromiso, porque no hay ningún dato para avalar que el PSC-PSOE no esté realizando los mismos cálculos que la derecha estatalista. Tras catorce años en los bancos de la oposición las tentaciones de regresar al gobierno pueden inducir a hacerlo a cualquier precio, tragando con CC-ATI y aparcando sine die los discursos renovadores y alentadores de la regeneración política con los que inicialmente se abrió camino mediático el candidato socialista, y que desde Nueva Canarias compartimos. Una decisión, la del abrazo socialista a ATI, que de confirmarse tras el 27-M, va a generar una nueva frustración entre los miles de ciudadanos y ciudadanas que acudirán a las urnas movilizados por el anhelo de visibles cambios, por la exigencia de nuevos comportamientos y de nuevas formas de estar en la política.Coalición Canaria-ATI no va a ganar, por primera vez en muchos años, unas elecciones autonómicas. Ya no será la formación con más escaños en el Parlamento de Canarias. Y va a ser así, los estudios sociológicos lo confirman, no por el crecimiento del PSOE ni por el desgaste de los actuales gobernantes, sino por la existencia de Nueva Canarias y la salida de aquel proyecto agotado del nacionalismo progresista y respetuoso con las dinámicas insulares.Pero Coalición Canaria-ATI puede convertirse en bisagra a la que acudan tan encantadas como acríticas las dos formaciones políticas estatales, PP y PSOE, dispuestas a todo para formar parte del Gobierno de Canarias y para intercambiar estampas en cabildos y ayuntamientos. En ese juego no entraremos. Toda la fuerza que nos den las urnas, que nos otorguen los ciudadanos y ciudadanas, las pondremos al servicio de una modificación profunda en los objetivos y en la forma de gobernar Canarias. Ese es nuestro compromiso. Esa es nuestra garantía de cambio.(*)Román Rodríguez es candidato de NC a la Presidencia del Gobierno de Canarias. Román Rodríguez (*)

Lo hicimos porque rechazábamos la acción de un Ejecutivo que en ningún momento ha estado centrado en la defensa del interés general; que no ha priorizado la atención a las personas y la mejora de los servicios públicos, hoy en situación de significativa crisis; que no ha desarrollado leyes fundamentales como las directrices de ordenación general y del turismo y, por lo tanto, ha sido incapaz de afrontar la imprescindible renovación de la planta turística obsoleta -incumpliendo gravemente los compromisos y plazos establecidos en la ley- y la apuesta por la calidad y la diversificación de la oferta. Con la desfachatez añadida que supuso la aprobación de 5.500 camas in extremis, en medio de razonables dudas jurídicas, de inseguridad para los empresarios y de un clima de absoluta desconfianza ciudadana.Lo hicimos, responsablemente, ante un Gobierno que ha tenido paralizado durante toda la legislatura el plan energético de Canarias, haciendo que nuestra Comunidad pierda cuatro años en el avance en la implantación de las energías renovables, en el desarrollo de un modelo que apueste por la eficiencia y el ahorro, alejándonos de los objetivos marcados por el protocolo de Kyoto. Lo hicimos con un Gobierno que ha realizado una gestión partidista y sectaria de la televisión pública canaria, haciéndole retroceder en audiencia y, también, en credibilidad; que ha manipulado la información en favor de sus siglas y realizado una política audiovisual en beneficio de las productoras afines. Que, en comandita con el PP, ha pervertido de forma vergonzante a las comisiones de investigación parlamentaria, como ocurrió con las estrambóticas conclusiones del caso eólico.Y hemos sido muy críticos con este Gobierno porque, y es también muy relevante, ha actuado de forma completamente desequilibrada en su trato a las distintas islas, y con un ninguneo especial hacia Gran Canaria, de lo que son cómplices len primer grado os consejeros grancanarios que se sentaban en el Consejo de Gobierno y el conjunto de la sucursal de ATI en nuestra isla. Con episodios como el traslado de diferentes estructuras del Gobierno de Canarias a Tenerife: Hecansa, Saturno, Socaem, Dirección General de TransportesÂ… Y todo ello culminado con la financiación de 60 millones de euros (10.000 millones de las antiguas pesetas) del tranvía de Tenerife, rompiendo el equilibrio en materia de transportes a favor de una sola isla.Ahora, a escasas semanas de la celebración de las elecciones locales, insulares y autonómicas, seguimos ejerciendo nuestra dura crítica contra Coalición Canaria-ATI. Y señalamos entre nuestros fundamentales objetivos la voluntad decidida de contribuir a que ATI-CC pase a la oposición, porque entendemos que Canarias en general, y en particular Gran Canaria, no soportan otros cuatro años de insularismo radical, de desequilibrios y de mal gobierno.Estoy convencido de que somos los únicos que podemos mantener ese firme compromiso. Porque el PP de José Manuel Soria va a hacer todo lo posible para gobernar con Coalición Canaria-ATI tras el 27 de mayo, aunque ello suponga, como en esta legislatura, ser callado cómplice de sus decisiones perjudiciales para Gran Canaria. Ya lo han venido mostrando con sus apaños parlamentarios de los últimos meses y con sus declaraciones de mutua comprensión y apoyo, que tratan de allanar el camino a esa posible alianza conservadora.Y, también, somos los únicos que podemos mantener ese firme compromiso, porque no hay ningún dato para avalar que el PSC-PSOE no esté realizando los mismos cálculos que la derecha estatalista. Tras catorce años en los bancos de la oposición las tentaciones de regresar al gobierno pueden inducir a hacerlo a cualquier precio, tragando con CC-ATI y aparcando sine die los discursos renovadores y alentadores de la regeneración política con los que inicialmente se abrió camino mediático el candidato socialista, y que desde Nueva Canarias compartimos. Una decisión, la del abrazo socialista a ATI, que de confirmarse tras el 27-M, va a generar una nueva frustración entre los miles de ciudadanos y ciudadanas que acudirán a las urnas movilizados por el anhelo de visibles cambios, por la exigencia de nuevos comportamientos y de nuevas formas de estar en la política.Coalición Canaria-ATI no va a ganar, por primera vez en muchos años, unas elecciones autonómicas. Ya no será la formación con más escaños en el Parlamento de Canarias. Y va a ser así, los estudios sociológicos lo confirman, no por el crecimiento del PSOE ni por el desgaste de los actuales gobernantes, sino por la existencia de Nueva Canarias y la salida de aquel proyecto agotado del nacionalismo progresista y respetuoso con las dinámicas insulares.Pero Coalición Canaria-ATI puede convertirse en bisagra a la que acudan tan encantadas como acríticas las dos formaciones políticas estatales, PP y PSOE, dispuestas a todo para formar parte del Gobierno de Canarias y para intercambiar estampas en cabildos y ayuntamientos. En ese juego no entraremos. Toda la fuerza que nos den las urnas, que nos otorguen los ciudadanos y ciudadanas, las pondremos al servicio de una modificación profunda en los objetivos y en la forma de gobernar Canarias. Ese es nuestro compromiso. Esa es nuestra garantía de cambio.(*)Román Rodríguez es candidato de NC a la Presidencia del Gobierno de Canarias. Román Rodríguez (*)