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Subdesarrollo periodístico

Pero a Ricardo, le ha faltado profundizar más, algo habitual en él, se compartan o no sus análisis. Dejando constancia del matiz nacionalista que introduce como novedad en el escrito, a causa seguramente de la coyuntura editorial de su periódico, no delimita qué se lee. Pues mucha gente sólo lee las esquelas, la lotería o los deportes y, de estos, lo que pone del equipo del barrio. No analiza los usos que mucha gente da a un periódico -además del lógico de su lectura-, como el de papel higiénico de emergencia, piso para las palomas de la azotea, relleno para objetos frágiles, cubre-baldosas para después de fregar o toallas de papel para los mecánicos. Tampoco analiza la calidad o no, y la manipulación o no, de lo que se escribe; si los hábitos lectores del canario tienen que ver más con los libros que con la prensa e incluso una mención al auge de los periódicos digitales. Muy buenos y en plena edad de oro estos últimos, hasta el punto de estar nublando el firmamento de la prensa de papel. Al hablar de la tendencia a ver la TV, ha perdido una buena oportunidad para dar un repaso a lo televisivamente subdesarrollado, que también forma parte de lo antiperiodístico, donde las Islas, y a nivel de emisiones cutres, poseen más de un ejemplo.

No hace falta sino echar un vistazo a un determinado sector de los medios de comunicación del archipiélago, para concluir que, en este caso, estamos más bien ante medios de incomunicación, de manipulación de información, fabricación interesada de opinión, cuando no auténticos boletines electorales, empresariales, clericales (no voy a llamar religiosos, porque no llegan a ese nivel), voceros del cacique de turno o peroratas autocomplacientes en alguno que otro.

No voy a recordar los análisis sobre información, poder y concentración en los medios de comunicación del lingüista Noam Chomsky. La prensa como cuarto poder ha acuñado la frase de que “lo que ocurre no es lo que ocurre, sino lo que los medios dicen que ocurre”. Pero en Canarias, si ocurriera, no lo que ocurre, sino lo que algunos medios dicen que ocurre, estaríamos como mínimo, ante el día del fin del mundo por la tarde.

No se puede negar que ante este subdesarrollo periodístico que coexiste descaradamente con el verdadero periodismo, serio y profesional, al que no nos referimos en este artículo, el alcalde Isaac Valencia, al que el autor pone como ejemplo de lo periodísticamente subdesarrollado, no dé importancia a los diarios en general. Actitud la del primer mandatario de La Orotava que coincide con la versión tropical del Presidente Hugo Chávez, el cual ha dicho que los periódicos son flor de un día y que mañana ya no recuerda nadie lo que fue publicado ayer. Curiosa coincidencia. Los “extremeños se tocan”, que decía jocosamente en una de sus obras teatrales el comediante Muñoz Seca.

Si como dice Ricardo, Canarias está pues intelectualmente subdesarrollada, seguro que se debe a que una parte de los medios no forman ni informan, sino que deforman. Periodismo basura. ¿Papel de poder? En todo caso, están en su papel.

Por tanto, ¿periodísticamente subdesarrollados o subdesarrollo periodístico?

Agapito de Cruz Franco

Pero a Ricardo, le ha faltado profundizar más, algo habitual en él, se compartan o no sus análisis. Dejando constancia del matiz nacionalista que introduce como novedad en el escrito, a causa seguramente de la coyuntura editorial de su periódico, no delimita qué se lee. Pues mucha gente sólo lee las esquelas, la lotería o los deportes y, de estos, lo que pone del equipo del barrio. No analiza los usos que mucha gente da a un periódico -además del lógico de su lectura-, como el de papel higiénico de emergencia, piso para las palomas de la azotea, relleno para objetos frágiles, cubre-baldosas para después de fregar o toallas de papel para los mecánicos. Tampoco analiza la calidad o no, y la manipulación o no, de lo que se escribe; si los hábitos lectores del canario tienen que ver más con los libros que con la prensa e incluso una mención al auge de los periódicos digitales. Muy buenos y en plena edad de oro estos últimos, hasta el punto de estar nublando el firmamento de la prensa de papel. Al hablar de la tendencia a ver la TV, ha perdido una buena oportunidad para dar un repaso a lo televisivamente subdesarrollado, que también forma parte de lo antiperiodístico, donde las Islas, y a nivel de emisiones cutres, poseen más de un ejemplo.

No hace falta sino echar un vistazo a un determinado sector de los medios de comunicación del archipiélago, para concluir que, en este caso, estamos más bien ante medios de incomunicación, de manipulación de información, fabricación interesada de opinión, cuando no auténticos boletines electorales, empresariales, clericales (no voy a llamar religiosos, porque no llegan a ese nivel), voceros del cacique de turno o peroratas autocomplacientes en alguno que otro.