El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Nos alegramos por Marco Aurelio
El ruido de Las Teresitas y las burradas de Soria no nos deben hacer olvidar otras noticias de este martes, como el archivo de la pieza separada contra Marco Aurelio Pérez emanada de la Operación Eolo. Nos alegramos de verdad por que el ex alcalde de San Bartolomé de Tirajana haya salido de ese asunto eólico, versión colateral. Y nos alegramos porque es pepero civilizado y por el municipio de San Bartolomé de Tirajana, que vive un desgobierno tal que acaso la presencia de este hombre sea necesaria en la oposición y, quién sabe, a lo mejor en mayo en el Gobierno local. Por cierto, tampoco hemos escuchado en este caso al presidente del PP cuestionar la independencia de jueces y fiscales. Nosotros sabemos por qué, porque el que es inocente nada tiene que temer. Por eso siempre llamará la atención que políticos como este se sumerjan en la psicosis paranoica y saquen de su armario asuntos de pérdida de aceite o de asesinatos de Estado. Nos terminará obligando a añadir unos iconos que adviertan al lector que lo que se disponen a leer atenta contra su propia sensibilidad, y allá usted con el susto.
El ruido de Las Teresitas y las burradas de Soria no nos deben hacer olvidar otras noticias de este martes, como el archivo de la pieza separada contra Marco Aurelio Pérez emanada de la Operación Eolo. Nos alegramos de verdad por que el ex alcalde de San Bartolomé de Tirajana haya salido de ese asunto eólico, versión colateral. Y nos alegramos porque es pepero civilizado y por el municipio de San Bartolomé de Tirajana, que vive un desgobierno tal que acaso la presencia de este hombre sea necesaria en la oposición y, quién sabe, a lo mejor en mayo en el Gobierno local. Por cierto, tampoco hemos escuchado en este caso al presidente del PP cuestionar la independencia de jueces y fiscales. Nosotros sabemos por qué, porque el que es inocente nada tiene que temer. Por eso siempre llamará la atención que políticos como este se sumerjan en la psicosis paranoica y saquen de su armario asuntos de pérdida de aceite o de asesinatos de Estado. Nos terminará obligando a añadir unos iconos que adviertan al lector que lo que se disponen a leer atenta contra su propia sensibilidad, y allá usted con el susto.