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Álvaro Pérez se sacude la primera

El director general de Deportes del Gobierno de Canarias, Álvaro Pérez, acaba de salir indemne de la primera andanada judicial que le trató de colar por la escuadra el que fuera eterno asesor de sus antecesores, Antonio Benítez. Encolerizado porque Pérez le ha querido devolver a su anterior empleo de maestro, Benítez inició hace algunos meses una campaña de descalificación, acoso, derribo y tentetieso contra Álvaro Pérez valiéndose de todas las artimañas imaginables en un funcionario ocioso y con teléfono móvil corporativo. Entre otras cosas, interpuso una querella por violación presunta del secreto de las comunicaciones contra el director general y su secretaria, que le grabó una conversación telefónica, harta, la pobre, del coñazo que el tal Benítez le daba. El juez Alberto Puebla, de Instrucción 1 de Las Palmas de Gran Canaria, ha dictado el sobreseimiento libre de la causa por considerar que ni la doña ni Álvaro vulneraron secreto ni perjudicaron a la intimidad del denunciante. Ahora toca la bajadita, es decir, la querella por denuncia falsa.

El director general de Deportes del Gobierno de Canarias, Álvaro Pérez, acaba de salir indemne de la primera andanada judicial que le trató de colar por la escuadra el que fuera eterno asesor de sus antecesores, Antonio Benítez. Encolerizado porque Pérez le ha querido devolver a su anterior empleo de maestro, Benítez inició hace algunos meses una campaña de descalificación, acoso, derribo y tentetieso contra Álvaro Pérez valiéndose de todas las artimañas imaginables en un funcionario ocioso y con teléfono móvil corporativo. Entre otras cosas, interpuso una querella por violación presunta del secreto de las comunicaciones contra el director general y su secretaria, que le grabó una conversación telefónica, harta, la pobre, del coñazo que el tal Benítez le daba. El juez Alberto Puebla, de Instrucción 1 de Las Palmas de Gran Canaria, ha dictado el sobreseimiento libre de la causa por considerar que ni la doña ni Álvaro vulneraron secreto ni perjudicaron a la intimidad del denunciante. Ahora toca la bajadita, es decir, la querella por denuncia falsa.