Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Ángel Víctor, monaguillo de La Candelaria

El consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, acaba de culpar a los pacientes, es decir, a sus clientes, del caos en las urgencias hospitalarias de Canarias. “Es que hacen un mal uso de las urgencias”. Algo calcado a la excusa que encontró hace unas semanas el director general de Tráfico cuando se colapsó la AP-6 en medio de un tremendo temporal: la culpa fue de los usuarios que no llevaban cadenas. Las que le sobran a tamaño fantasma. En fin.

Ángel Víctor Torres, secretario general del PSOE de Canarias, culpó este miércoles a los demás partidos presentes en el Parlamento de Canarias de no tener la sabiduría suficiente para entender la inteligente estrategia que viene aplicando ante el caos que reina en la Radiotelevisión Canaria producto de una desquiciada gestión por parte de su presidente, Santiago Negrín, y del desentendimiento del Gobierno de Fernando Clavijo y de la Cámara regional. Ocho meses después de haberse puesto al frente del Partido Socialista, Torres sigue atrapado en la densa enredadera en la que lo metió desde el primer día Coalición Canaria mediante un acuerdo que nadie ni dentro ni fuera del PSOE logra descifrar con una mínima lógica. “¿Qué ganamos con esto?” fue la pregunta que más veces salió este miércoles de la boca de dirigentes y diputados y diputadas socialistas tras conocerse que Coalición Canaria les había vuelto a tomar el pelo: el presidente de RTVC terminará su mandato como si nada hubiera pasado.

El esperpento se fue levantando desde primera hora de la mañana, cuando el secretario general de CC y consejero de Presidencia, José Miguel Barragán, ya anunciaba en la Cope que Negrín acabaría su mandato tan ricamente, con la quema en la plaza de España de un castillo de fuegos artificiales de agradecimiento por los servicios prestados. La cara de los parlamentarios socialistas cuando leyeron la noticia era un poema: si hemos llegado hasta aquí para remover a Negrín y nuestro socio en esta aventura nos sale con éstas, ¿qué coño estamos haciendo?

Coalición Canaria lo tuvo claro desde el principio: a estos pringados les vamos a decir que lo mejor es completar primero el consejo rector, le damos un vocal más (que se lo quitamos al PP) y les prometemos que el próximo presidente será suyo. Y mientras eligen, mientras examinamos a las candidatas y mientras votamos, que Negrín siga mangoneando el invento para que, cuando lleguen las nuevas, solo tengan que decir que sí a todo lo que haya hecho estos meses. Y luego que se marche a El Día, que lo están esperando para hacerlo director general.

Y por si pudiera quedar alguna duda de que esa era la intención, una providencial mano inocente se encargó durante la votación a las dos nuevas vocales en el Parlamento de meter un voto en blanco que alargue aún más la agonía en la que Clavijo metió a Torres el día que ambos pactaron algo seguramente referido a la renovación de los órganos dependientes del Parlamento que, por el cariz que va tomando la cosa, desembocará en que terminen ofreciéndole a Torres un puesto de monaguillo de la virgen de la Candelaria. Monaguillo en jefe, eso sí, el que carga con el hisopo, que se note el rango.

Una tomadura de pelo en toda regla que no hace otra cosa que hacer bueno aquel viejo refrán que dice que “el con chiquillos se acuesta, meado se levanta”. Pero Torres no puede alegar ignorancia porque fueron muchas las voces que se lo advirtieron reiteradamente: que caiga primero Negrín, que se paralicen todas sus alocadas iniciativas y que un nuevo consejo se encargue de reconducirlo todo, entre otras cosas, la conversión en públicos de los servicios informativos.

De esa manera a estas alturas no estaría media Canarias agarrándose a la barandilla a la espera del tamaño que tendrá la alcaldada que haga con el concurso de informativos y la otra media preguntándose qué chanchullo ha promovido para renovar la señal de la radio y de la tele, mientras las audiencias se van a tomar por saco y la credibilidad del medio se sitúa a la altura del betún.

De todo ello empezó a ser responsable Ángel Víctor Torres desde el día que decidió hacerle caso a CC y mantener a Negrín hasta el final de su mandato. Se lo volveremos a recordar cuando llegue el momento procesal oportuno. Incluido el penal.

El consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, acaba de culpar a los pacientes, es decir, a sus clientes, del caos en las urgencias hospitalarias de Canarias. “Es que hacen un mal uso de las urgencias”. Algo calcado a la excusa que encontró hace unas semanas el director general de Tráfico cuando se colapsó la AP-6 en medio de un tremendo temporal: la culpa fue de los usuarios que no llevaban cadenas. Las que le sobran a tamaño fantasma. En fin.

Ángel Víctor Torres, secretario general del PSOE de Canarias, culpó este miércoles a los demás partidos presentes en el Parlamento de Canarias de no tener la sabiduría suficiente para entender la inteligente estrategia que viene aplicando ante el caos que reina en la Radiotelevisión Canaria producto de una desquiciada gestión por parte de su presidente, Santiago Negrín, y del desentendimiento del Gobierno de Fernando Clavijo y de la Cámara regional. Ocho meses después de haberse puesto al frente del Partido Socialista, Torres sigue atrapado en la densa enredadera en la que lo metió desde el primer día Coalición Canaria mediante un acuerdo que nadie ni dentro ni fuera del PSOE logra descifrar con una mínima lógica. “¿Qué ganamos con esto?” fue la pregunta que más veces salió este miércoles de la boca de dirigentes y diputados y diputadas socialistas tras conocerse que Coalición Canaria les había vuelto a tomar el pelo: el presidente de RTVC terminará su mandato como si nada hubiera pasado.