El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Por si se apreciara delito
La otra gasolinera con estrella en Telde es la que se sitúa en la calle José San Martín, del barrio de Las Remudas, casualmente también bajo la bandera de Repsol. Su nacimiento ha estado salpicado de cierta polémica por diversos acontecimientos relacionados con quejas vecinales. Pero de la queja se ha pasado ya a la denuncia judicial que inicialmente arranca con presuntas transgresiones a la normativa ambiental pero que añade unas chispas de aceite, vinagre y sal para tratar de llamar la atención del juez sobre el parentesco del propietario de la instalación. Se trata del padre de Carlos Sánchez, que viene a ser consejero de Política Territorial del Cabildo y ex concejal de Urbanismo de Santa Brígida. Los vecinos están que trinan porque al llamativo cambio de uso de la parcela en la que se asienta la gasolinera, se unen sucesivos incumplimientos de decretos de paralización de la actividad, todo ello aderezado por un continuo pasotismo de la Policía Local, que no hay manera de que se constituya por ahí cuando los afectados se quejan de los ruidos y las molestias de las instalaciones.
La otra gasolinera con estrella en Telde es la que se sitúa en la calle José San Martín, del barrio de Las Remudas, casualmente también bajo la bandera de Repsol. Su nacimiento ha estado salpicado de cierta polémica por diversos acontecimientos relacionados con quejas vecinales. Pero de la queja se ha pasado ya a la denuncia judicial que inicialmente arranca con presuntas transgresiones a la normativa ambiental pero que añade unas chispas de aceite, vinagre y sal para tratar de llamar la atención del juez sobre el parentesco del propietario de la instalación. Se trata del padre de Carlos Sánchez, que viene a ser consejero de Política Territorial del Cabildo y ex concejal de Urbanismo de Santa Brígida. Los vecinos están que trinan porque al llamativo cambio de uso de la parcela en la que se asienta la gasolinera, se unen sucesivos incumplimientos de decretos de paralización de la actividad, todo ello aderezado por un continuo pasotismo de la Policía Local, que no hay manera de que se constituya por ahí cuando los afectados se quejan de los ruidos y las molestias de las instalaciones.