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¡Bandera a la vista!

No cabe ninguna duda: se acerca el día del Pino. Y no lo decimos porque hayamos mirado el almanaque, ni porque estemos desempolvando el traje típico de mago. Lo constatamos viendo cómo ya empieza a coger forma la base para la que será la gran insignia, el enorme estandarte, el emblema gigante que ondeará al viento en el entorno de la capitalina Fuente Luminosa. Nos referimos, cómo no, a la bandera de Gran Canaria que el grupo de Gobierno insular se empecinó en izar a manera de homenaje a esta tierra grancanaria. Recordamos: costará 359.499 euros -rozando los 60 millones de las antiguas chuchas- y tendrá una dimensión de 14x21 metros cuadrados sobre un mástil de 50 metros de altura. El “monumento a la isla”, como calificó el presidente del Cabildo al colosal tejido azul y amarillo, fue duramente criticado desde la ninguneada oposición. Mientras Nueva Canarias consideró a la “banderita” como una muestra más de “los delirios de grandeza de un presidente que ha perdido el norte”, los socialistas insistieron en que “el metro cuadrado de una vivienda en Las Palmas es más barato que un metro cuadrado de esa bandera”. En cualquier caso, si la bandera no gusta resta la opción aportada por Soria: podrá ser eliminada cuando gobiernen otros. Hasta entonces, siempre nos quedará Teror.

No cabe ninguna duda: se acerca el día del Pino. Y no lo decimos porque hayamos mirado el almanaque, ni porque estemos desempolvando el traje típico de mago. Lo constatamos viendo cómo ya empieza a coger forma la base para la que será la gran insignia, el enorme estandarte, el emblema gigante que ondeará al viento en el entorno de la capitalina Fuente Luminosa. Nos referimos, cómo no, a la bandera de Gran Canaria que el grupo de Gobierno insular se empecinó en izar a manera de homenaje a esta tierra grancanaria. Recordamos: costará 359.499 euros -rozando los 60 millones de las antiguas chuchas- y tendrá una dimensión de 14x21 metros cuadrados sobre un mástil de 50 metros de altura. El “monumento a la isla”, como calificó el presidente del Cabildo al colosal tejido azul y amarillo, fue duramente criticado desde la ninguneada oposición. Mientras Nueva Canarias consideró a la “banderita” como una muestra más de “los delirios de grandeza de un presidente que ha perdido el norte”, los socialistas insistieron en que “el metro cuadrado de una vivienda en Las Palmas es más barato que un metro cuadrado de esa bandera”. En cualquier caso, si la bandera no gusta resta la opción aportada por Soria: podrá ser eliminada cuando gobiernen otros. Hasta entonces, siempre nos quedará Teror.