Blindados en el ITC

Nos escriben trabajadores del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), en un arrebato cercano a la pérdida del miedo, para contarnos cosas realmente sabrosas a propósito del concurso eólico. De entrada nos corrigen el segundo apellido de su director, que no es Reina, sino Ramos, lo que completo le convierte en Jorge Lorenzo Ramos. Nos indican, además, que el ITC es sociedad de I+D y que, en aplicación de las mismas teorías que Luis Soria utilizó para justificar que en el negocio del viento no se metiera Megaturbinas de Arinaga, también debió abstenerse esta empresa, dependiente de la Consejería de Industria. Los mismos trabajadores nos soplaron que Lorenzo Ramos tiene un contrato blindado, lo que hemos confirmado plenamanente: en el caso de que Marisa Tejedor lo quiera despedir a las bravas deberá aflojale la nada despreciable cantidad de 120.000 euros. Una bicoca, tratándose de una empresa cien por cien pública.

Nos escriben trabajadores del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), en un arrebato cercano a la pérdida del miedo, para contarnos cosas realmente sabrosas a propósito del concurso eólico. De entrada nos corrigen el segundo apellido de su director, que no es Reina, sino Ramos, lo que completo le convierte en Jorge Lorenzo Ramos. Nos indican, además, que el ITC es sociedad de I+D y que, en aplicación de las mismas teorías que Luis Soria utilizó para justificar que en el negocio del viento no se metiera Megaturbinas de Arinaga, también debió abstenerse esta empresa, dependiente de la Consejería de Industria. Los mismos trabajadores nos soplaron que Lorenzo Ramos tiene un contrato blindado, lo que hemos confirmado plenamanente: en el caso de que Marisa Tejedor lo quiera despedir a las bravas deberá aflojale la nada despreciable cantidad de 120.000 euros. Una bicoca, tratándose de una empresa cien por cien pública.