El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
¡Ese brindis, que se les ve el plumero!
Lo dicho. Soria aparece saludando a los vecinos de Tunte como si él fuera el alcalde, y lo hace, como en el pregón del viernes, con unos cuantos lugares comunes que lo mismo le valen para territorio incomparable que para cuando lo llamen de Firgas, donde también deben haber expulsado a estas alturas del expediente a todos los militantes del PP. El saluda de Soria viene acompañado de su biografía, que comienza con su vida privada (casado y padre de dos hijos), lo cuál debe tratar de poner de nuevo de moda el PP a la vez que el patriotismo. Luego volvemos al saluda, que tiene miga, porque preferimos quedarnos con lo del patriotismo. Después del pregón, la familia popular casi al completo (no invitaron al concejal tránsfuga Juan Francisco Ramírez) acudió gozosa a celebrar el comienzo de las fiestas de Tunte y la pieza oratoria que acaban de meterse entre pecho y espalda con una cena en el restaurante Las Tirajanas. No sabemos si fue un repentino ataque de mal de altura o un subidón de patriotismo constitucional, o facherío puro y duro del que queda en el subsconciente. Pero el caso es que uno de los asistentes se puso muy marcial y levantó su copa para brindar por el 18 de julio, es decir, por el golpe de Estado de 1936.
Lo dicho. Soria aparece saludando a los vecinos de Tunte como si él fuera el alcalde, y lo hace, como en el pregón del viernes, con unos cuantos lugares comunes que lo mismo le valen para territorio incomparable que para cuando lo llamen de Firgas, donde también deben haber expulsado a estas alturas del expediente a todos los militantes del PP. El saluda de Soria viene acompañado de su biografía, que comienza con su vida privada (casado y padre de dos hijos), lo cuál debe tratar de poner de nuevo de moda el PP a la vez que el patriotismo. Luego volvemos al saluda, que tiene miga, porque preferimos quedarnos con lo del patriotismo. Después del pregón, la familia popular casi al completo (no invitaron al concejal tránsfuga Juan Francisco Ramírez) acudió gozosa a celebrar el comienzo de las fiestas de Tunte y la pieza oratoria que acaban de meterse entre pecho y espalda con una cena en el restaurante Las Tirajanas. No sabemos si fue un repentino ataque de mal de altura o un subidón de patriotismo constitucional, o facherío puro y duro del que queda en el subsconciente. Pero el caso es que uno de los asistentes se puso muy marcial y levantó su copa para brindar por el 18 de julio, es decir, por el golpe de Estado de 1936.