Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Otro bulo del PP en favor de Repsol

Si a la campaña contra el petróleo que se vive cada día con más intensidad en Canarias le dan un par de meses más, Repsol sale por patas. Y no porque los contrarios a las prospecciones hayan variado su táctica o porque hayan descubierto un nicho de ciudadanos más activos, un ministro más receptivo o un cambio revolucionario en el mercado global de la energía. No. Si se retrasan un par de meses más las autorizaciones a Repsol serán los compadres de la petrolera los que acabarán echándolo todo a perder solo por sus propios errores. No hay día, incluidas las fiestas de guardar, en que no metan la pata por exceso o por defecto, o produzcan una declaración altisonante que cabree aún más a los indecisos y haga incrementar de modo notable las 115.000 firmas de todo el mundo que ya atesora Save Canarias. Este domingo no ha sido ajeno a la semana negra que llevan Soria y sus mariachis, cada vez más nerviosos a medida que se acerca el final de la legislatura. Un comunicado del Partido Popular, emitido a horas bastante intempestivas para ser domingo, incendiaba las pocas redacciones habitadas en esos momentos: María Australia Navarro acusaba implícitamente a Paulino Rivero de delinquir por la existencia de amenazas y coacciones a las cofradías de pescadores de Las Palmas por no haberse mostrado aún contrarias a las prospecciones. De manera casi meteórica, la presidenta del PP grancanario hacía suya una noticia con la que Canarias7 abría su edición dominical: “Amenazas a los pescadores para que ataquen a Repsol”, se podía leer. En la pieza, firmada por Bárbara Hernández, se relataba el contenido de una carta enviada por el presidente de las cofradías de pescadores de Las Palmas al subdirector general de Caladero Nacional, Aguas Comunitarias y Acuicultura. En la misiva, según el periódico, se decía que “algunos compañeros han sido amenazados con quitarles las subvenciones asignadas a las cofradías que representan si no realizaban declaraciones en contra de dichas prospecciones”.

El autor de la carta, muy cabreado

La carta decía más cosas, pero eso no pareció preocupar en absoluto a la presidenta del PP grancanario. Por ejemplo, que los pescadores están muy preocupados por las consecuencias que pudieran derivarse de un accidente en los trabajos de Repsol. La “misión” del sector, dice en la carta Gabriel Jiménez, presidente de las cofradías de pescadores de Las Palmas, “se centraría en conseguir todas las medidas de seguridad posibles para evitar dichos accidentes”, como si eso se consiguiera encargándolo por catálogo a un ministerio tan sandunguero como el de Cañete. Pero opiniones de los pescadores aparte, el fondo de la cuestión es que en ningún momento la carta parece señalar al Gobierno de Canarias como autor de las amenazas y coacciones de las que se hace eco Canarias7 y luego amplifica María Australia Navarro en su comunicado en nombre del PP. Bien es cierto que la periodista desliza en el último párrafo de la pieza que el Gobierno de Canarias mantiene previstas para este año unas subvenciones de más de 642.000 euros para las 26 cofradías de Canarias, pero en ningún momento se afirma abiertamente que sea el Ejecutivo el señalado por Jiménez. El cabreo del pescador no tardó en ponerse de manifiesto: en unas declaraciones a la periodista Ángela Navarro, en Radio Nacional de España, Jiménez fue contundente: “El Gobierno de Canarias a día de hoy, a este presidente en ningún momento le ha transmitido nada que nos lleve a pensar que nos estén coaccionando, nos estén amenazando, como dice hoy el Canarias7 a retirarnos las subvenciones que tenemos. Eso es gravísimo, eso es vergonzoso, eso es falso”. Sin embargo, el presidente de las cofradías de Las Palmas confirmó que “hay otras administraciones en Canarias, [...] yo no se las voy a decir para no crear más polémicas, que han presionado porque hay patrones que me lo han dicho, de quitarles las pequeñas subvenciones que tenían si no decían no. Yo creo que eso no es de justicia, no se debe hacer, pero de ahí a que se diga que es el Gobierno de Canarias, eso no lo voy a tolerar, no lo voy a tolerar porque es mentira. Si fuera verdad se lo diría, pero como no es verdad le diré que es mentira total”. La transcripción es literal.

Australia Navarro aún no ha rectificado

Hemos esperado a las diez de la noche del domingo mirando constantemente las cuentas de correo electrónico y no ha llegado ni un solo envío del Partido Popular de Canarias o de la diputada María Australia Navarro desdiciéndose de sus duras afirmaciones contra el Gobierno canario, contra los dos partidos que lo sustentan (CC y PSOE, a los que señala expresamente) y contra el presidente Rivero, al que acusa sin mucho disimulo de estar detrás de esas amenazas. Porque es a él al que reclama que abra una investigación a ver de dónde han partido esas presiones, dejándole muy pocas opciones si no lo hace: “Es preciso que se investigue y se depuren responsabilidades o de lo contrario habremos de entender que Paulino Rivero ampara conductas propias de camorristas en su afán absurdo porque los canarios no sepamos si en aguas españolas, próximas a la Comunidad autónoma, existen o no nuevas fuentes de riqueza de las que nos podemos beneficiar”. Es conveniente reseñar que las competencias en pesca las tiene el Gobierno de Canarias y que es este el único que otorga una línea de subvenciones, fijadas en sus presupuestos generales cada año. Que lo haga algún cabildo o algún ayuntamiento jamás podrá ser responsabilidad del Gobierno, ni por lo tanto que alguna de esas instituciones (de ser cierto el contenido de la carta) haya extorsionado a ningún patrón pesquero. A quien debe exigir el PP aclaraciones sobre qué instituciones han actuado de ese modo “camorrista” (la palabra preferida del PP para la temporada primavera-verano) es al autor de las acusaciones, que parece que en ningún momento ha identificado a nadie, para enojo indisimulado del PP. Más bien parece que la filtración de la carta pudiera acarrear algún contratiempo al partido de Repsol porque el patrón mayor se mostró este domingo muy molesto hasta el punto de anunciar en RNE que piensa ejercer acciones judiciales por la publicidad de una misiva sin su autorización. Estaría bien que se hiciera pública en toda su extensión para que todos sepamos las cabras que guarda cada cual.

22 cofradías de 26

No vamos a ser nosotros los que nos anticipemos al presidente de las cofradías de Las Palmas y señalemos a las instituciones que pudieran haber apretado las clavijas a algunos patrones. Lo debe hacer él, que para eso es el que se ha atrevido a ponerlo negro sobre blanco. Y si ahora no se atreve porque no lo tiene bien confirmado, pues a rectificar, que es de sabios. El caso es que, efectivamente, de las 26 cofradías que hay en Canarias, 22 ya se han mostrado contrarias a que Repsol, o cualquier petrolera, se ponga a hacer experimentos peligrosos en las aguas donde han de comer. Las cuatro restantes son muy libres de creer lo que dice Soria (“no hay peligro de ningún tipo”) o lo que dice Repsol (“claro que hay peligro, pero no tanto como dicen”), incluso sus miembros pueden defender la muerte de su actividad a cambio de los miles de empleos que Soria (no Repsol) promete en caso de que haya petróleo. Como son muy libres de mantenerse en sus trece las asociaciones de empresarios turísticos que todavía no se han adherido al movimiento contrario a las actividades extractivas en un espacio natural que podría correr serios peligros de producirse algún accidente, incluso en la primera fase de catas. Esa ausencia de unanimidad, que sin embargo es total en Baleares contra el petróleo, se apreció de manera clara este pasado viernes en Arrecife, donde el movimiento Save Canarias presentó sus 115.000 firmas, recabadas por todo el mundo, y el testimonio de diversas personas de la cultura, el deporte, la economía, la etnografía, la ciencia, los movimientos sociales y la política, en contra de los permisos a Repsol. Entre ellos, intervino el presidente de la Cofradía de Pescadores de La Restinga, Fernando Gutiérrez, que se mostró absolutamente radical en la lucha contra las prospecciones, aun siendo su área de faena la más alejada de la zona caliente situada junto a Lanzarote y Fuerteventura. Pero su solidaridad y su conocimiento de la realidad ambiental de las islas le llevó a reclamar de todos sus colegas un pronunciamiento unánime en contra por considerar que corre serio peligro la actividad.

El papelón de Asolan

Hubo algunas ausencias muy significativas en el acto de Save Canarias del pasado viernes. Entre ellas, por supuesto, la de los dos presidentes de los cabildos afectados, Mario Cabrera por Fuerteventura, y Pedro Sanginés por Lanzarote. Quizás no querían politizar en exceso el acto, dejar todo el protagonismo a Paulino Rivero, que acudió y habló para acusar al Gobierno de España de haber adoptado una decisión “colonialista” en el caso de las prospecciones. Rivero volvió a defender el derecho de los canarios a pronunciarse en referéndum y la apuesta que asegura está haciendo su Gobierno por las energías renovables. Pero cubierta de sobra la representación política con Rivero, se echó mucho de menos la empresarial. Cierto es que estuvo el presidente de la patronal hotelera de Fuerteventura, Antonio Hormiga, que se mostró rotundamente contrario a las prospecciones por considerarlas un peligro absoluto del turismo. Pero no acudió formalmente ninguna representación de la patronal turística lanzaroteña, Asolan. Llama poderosamente la atención que una asociación tan influyente como esa, que en 2001 encabezó la lucha contra las autorizaciones que otorgó Aznar en primera instancia, se mantenga ahora favorable a las actividades de Repsol. Nada ha cambiado desde entonces en el ámbito de la seguridad en las explotaciones petrolíferas off shore, ni se han alejado las cuadrículas que tiene autorizada la compañía de Antonio Brufau. Ni siquiera podemos justificar este cambio de actitud en un relevo en la dirección de la patronal, o en la influencia de sus más poderosos inspiradores. En el movimiento empresarial conejero siguen mandando Juan Francisco Rosa y Rafael Lasso, antaño más unidos que ahora, es cierto, pero son los mismos que en 2001 encabezaron la oposición conduciendo al Cabildo a recursos judiciales exitosos ante el Supremo. Lo único que ha cambiado respecto a aquellos tiempos es que ahora hay un ministro canario al que no quieren desairar, lo que confirma la tesis de que si Soria fuera de otra región española aquí habría la misma unanimidad contra las prospecciones que hay en Baleares. Asolan debería hacérselo mirar, igual que los pescadores: Soria no va a ser ministro toda la vida y el petróleo puede acabar con todo en cualquier momento.

Posibles acciones penales

Pero volvamos al principio. El disparate de Australia Navarro, siempre metida en berenjenales innecesarios con el único fin de agradar a su jefe y engordar la caja de Repsol, puso este domingo la guinda a una semana verdaderamente dramática para el Repsol Team, del que ella es destacada ariete. Los acontecimientos del jueves, en la sede central de la compañía en Madrid, donde también está el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, amenazan con traer muchas secuelas. Poco a poco se van conociendo más detalles de aquel sainete en el que unos meritorios del ministro, un chico y una chica con más ambición política que luces, trataron de ejercer de noqueados comisarios políticos ante la autoridad (jurídica y moral) de un magistrado emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, destacado allí en representación del Gabinete Científico de la Reserva de la Biosfera, del que es miembro notable. Al magistrado le acompañaban Fernando Ríos, en nombre del Gobierno canario, y Pedro Hernández, en representación del Cabildo de Lanzarote. Todos ellos salieron de allí escandalizados ante el descaro con el que se está tramitando el expediente en favor de Repsol. Sin que ninguno haya confirmado aún nada, en los ambientes técnicos y políticos vinculados a esas instituciones canarias no se descarta en absoluto acudir a la vía penal para que respondan personalmente ante los juzgados los responsables de una tramitación tan caótica: documentos que desaparecen, documentos que aparecen, documentos que se solicitan, documentos que no se terminan de solicitar, falta de foliación, etcétera. A eso unan la negligente tramitación del expediente de Lugar de Interés Común (LIC) de la zona afectada en un 80% por las explotaciones futuras de Repsol y la vinculación directa del ministro responsable, Arias Cañete, con compañías petrolíferas (Ducar y Petrologic Canarias) y ya tienen un bonito potaje al fuego.

Si a la campaña contra el petróleo que se vive cada día con más intensidad en Canarias le dan un par de meses más, Repsol sale por patas. Y no porque los contrarios a las prospecciones hayan variado su táctica o porque hayan descubierto un nicho de ciudadanos más activos, un ministro más receptivo o un cambio revolucionario en el mercado global de la energía. No. Si se retrasan un par de meses más las autorizaciones a Repsol serán los compadres de la petrolera los que acabarán echándolo todo a perder solo por sus propios errores. No hay día, incluidas las fiestas de guardar, en que no metan la pata por exceso o por defecto, o produzcan una declaración altisonante que cabree aún más a los indecisos y haga incrementar de modo notable las 115.000 firmas de todo el mundo que ya atesora Save Canarias. Este domingo no ha sido ajeno a la semana negra que llevan Soria y sus mariachis, cada vez más nerviosos a medida que se acerca el final de la legislatura. Un comunicado del Partido Popular, emitido a horas bastante intempestivas para ser domingo, incendiaba las pocas redacciones habitadas en esos momentos: María Australia Navarro acusaba implícitamente a Paulino Rivero de delinquir por la existencia de amenazas y coacciones a las cofradías de pescadores de Las Palmas por no haberse mostrado aún contrarias a las prospecciones. De manera casi meteórica, la presidenta del PP grancanario hacía suya una noticia con la que Canarias7 abría su edición dominical: “Amenazas a los pescadores para que ataquen a Repsol”, se podía leer. En la pieza, firmada por Bárbara Hernández, se relataba el contenido de una carta enviada por el presidente de las cofradías de pescadores de Las Palmas al subdirector general de Caladero Nacional, Aguas Comunitarias y Acuicultura. En la misiva, según el periódico, se decía que “algunos compañeros han sido amenazados con quitarles las subvenciones asignadas a las cofradías que representan si no realizaban declaraciones en contra de dichas prospecciones”.

El autor de la carta, muy cabreado