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CC amaga; el PSOE encaja

El PSOE se despezará de lo lindo en Tenerife una vez más con la impagable ayuda de los que mirarán para otro lado ante las indisciplinas de los suyos. En La Palma, desde donde ya se anuncian renuncias colectivas (anoche se dieron de baja los 70 militantes de Breña Alta, con perdón), podría haber todavía algún margen para la negociación, salvo que el negociador sea tan torpe que se limite exclusivamente a hablar de más expulsiones sin tratar de salvar la parte del bosque que aún no se ha quemado. Muchos de los heridos pueden ser recuperables para la causa; otros ya tantean nuevos destinos políticos, particularmente Nueva Canarias, que se hace fuerte en la isla de la mano de los escindidos de CC por la vía de la extinta Ican y del nacionalista Perestelo, que está y se le espera. “A mí no me ha llamado nadie”, resumía a título de desmentido el líder de NC, Román Rodríguez, a preguntas de este periódico. Del otro lado del conflicto, en Coalición Canaria, el golpetazo de la censura en La Palma se ha encajado con más profesionalidad, por decirlo de alguna manera. José Miguel Barragán ha ejercido su papel a la perfección anunciando que no se descarta renegociar el pacto y quitar al PSOE áreas de poder en el Gobierno, un anuncio con el que trata de calmar a sus fieras, particularmente las palmeras y tinerfeñas, pasando de puntillas por la ineludible consideración de que los socialistas censuraron a la presidenta González Taño después de que ésta los expulsara del poder en julio pasado sin que la dirección regional socialista dijera esta boca es mía. Muchos dirigentes nacionalistas volvían este martes sus ojos a Antonio Castro Cordobez, autor intelectual de este incendio, que traerá como consecuencia el pase a las colas del paro de un buen número de asesores y agregados que deberán abandonar sus despachos en el Cabildo si triunfa finalmente la moción de censura. Desde el PSOE no se respondía oficialmente a ese envite de Barragán sobre recorte de consejerías. Nadie tiene noticias de que Paulino Rivero ni siquiera se lo haya planteado. Pero un veterano pontificaba así desde su influyente retiro: “Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”.

El PSOE se despezará de lo lindo en Tenerife una vez más con la impagable ayuda de los que mirarán para otro lado ante las indisciplinas de los suyos. En La Palma, desde donde ya se anuncian renuncias colectivas (anoche se dieron de baja los 70 militantes de Breña Alta, con perdón), podría haber todavía algún margen para la negociación, salvo que el negociador sea tan torpe que se limite exclusivamente a hablar de más expulsiones sin tratar de salvar la parte del bosque que aún no se ha quemado. Muchos de los heridos pueden ser recuperables para la causa; otros ya tantean nuevos destinos políticos, particularmente Nueva Canarias, que se hace fuerte en la isla de la mano de los escindidos de CC por la vía de la extinta Ican y del nacionalista Perestelo, que está y se le espera. “A mí no me ha llamado nadie”, resumía a título de desmentido el líder de NC, Román Rodríguez, a preguntas de este periódico. Del otro lado del conflicto, en Coalición Canaria, el golpetazo de la censura en La Palma se ha encajado con más profesionalidad, por decirlo de alguna manera. José Miguel Barragán ha ejercido su papel a la perfección anunciando que no se descarta renegociar el pacto y quitar al PSOE áreas de poder en el Gobierno, un anuncio con el que trata de calmar a sus fieras, particularmente las palmeras y tinerfeñas, pasando de puntillas por la ineludible consideración de que los socialistas censuraron a la presidenta González Taño después de que ésta los expulsara del poder en julio pasado sin que la dirección regional socialista dijera esta boca es mía. Muchos dirigentes nacionalistas volvían este martes sus ojos a Antonio Castro Cordobez, autor intelectual de este incendio, que traerá como consecuencia el pase a las colas del paro de un buen número de asesores y agregados que deberán abandonar sus despachos en el Cabildo si triunfa finalmente la moción de censura. Desde el PSOE no se respondía oficialmente a ese envite de Barragán sobre recorte de consejerías. Nadie tiene noticias de que Paulino Rivero ni siquiera se lo haya planteado. Pero un veterano pontificaba así desde su influyente retiro: “Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”.