El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Ciclo combinado frente a renovables
Y ustedes se preguntarán a qué demonios viene Gran Canaria y su capital a forzar de una manera tan abrupta la instalación de una central regasificadora cuando a ella se han opuesto tres de sus municipios que han avalado su postura en decenas de conferencias, jornadas, ciclos... que han patrocinado prestigiosos estudios sobre la materia y que han convencido a propios y extraños para hacer otra apuesta energética más sostenible e innovadora. Pues la respuesta es muy sencilla. Pese a que Gran Canaria reune unas excepcionales condiciones para las energías renovables, como la eólica, la solar o la hidroeléctrica, el empeño de los poderes invisibles ha ido siempre dirigido a frenar esas innovaciones con todo tipo de tretas, desde los constantes fracasos de los concursos de asignación de potencia eólica (ver pufo eólico I, II y III), hasta las pegas puestas por Aena para instalar nuevos molinos en la zona del aeropuerto, pasando por aquel proyecto de saltos de agua en las presas que Soria guardó cuatro años en un cajón del Cabildo porque, sencillamente, no convenía sacarlo entonces. Compañías como Endesa, que en lugares como Lugano (Italia) han hecho fuertes e interesantes apuestas por las centrales de gas offshore, sobre el mar, menos peligrosas e impactantes, las prefieren más baratas en Canarias para poder hacer más rentables sus inversiones recientes en centrales térmicas de ciclo combinado, como la de Juan Grande. Ya lo dijo el ministro Sebastián: hubieran sido preferible las renovables, pero qué se le va a hacer. Permanezcan atentos, porque tras el suministro de gas a las centrales vendrá una inmensa inversión en conducciones a los hoteles y luego en gas ciudad, lo que llevará aparejada más lentitud al proceso de implantación de las renovables. Cosas del surrealismo mágico que adorna a esta tierra.
Y ustedes se preguntarán a qué demonios viene Gran Canaria y su capital a forzar de una manera tan abrupta la instalación de una central regasificadora cuando a ella se han opuesto tres de sus municipios que han avalado su postura en decenas de conferencias, jornadas, ciclos... que han patrocinado prestigiosos estudios sobre la materia y que han convencido a propios y extraños para hacer otra apuesta energética más sostenible e innovadora. Pues la respuesta es muy sencilla. Pese a que Gran Canaria reune unas excepcionales condiciones para las energías renovables, como la eólica, la solar o la hidroeléctrica, el empeño de los poderes invisibles ha ido siempre dirigido a frenar esas innovaciones con todo tipo de tretas, desde los constantes fracasos de los concursos de asignación de potencia eólica (ver pufo eólico I, II y III), hasta las pegas puestas por Aena para instalar nuevos molinos en la zona del aeropuerto, pasando por aquel proyecto de saltos de agua en las presas que Soria guardó cuatro años en un cajón del Cabildo porque, sencillamente, no convenía sacarlo entonces. Compañías como Endesa, que en lugares como Lugano (Italia) han hecho fuertes e interesantes apuestas por las centrales de gas offshore, sobre el mar, menos peligrosas e impactantes, las prefieren más baratas en Canarias para poder hacer más rentables sus inversiones recientes en centrales térmicas de ciclo combinado, como la de Juan Grande. Ya lo dijo el ministro Sebastián: hubieran sido preferible las renovables, pero qué se le va a hacer. Permanezcan atentos, porque tras el suministro de gas a las centrales vendrá una inmensa inversión en conducciones a los hoteles y luego en gas ciudad, lo que llevará aparejada más lentitud al proceso de implantación de las renovables. Cosas del surrealismo mágico que adorna a esta tierra.