El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La conexión noruega
Para minimizar el impacto negativo que sus primeras decisiones contra Canarias ha tomado José Manuel Soria, el ministro ha rescatado la idea de extraer petróleo en las costas cercanas a Fuerteventura y Lanzarote. Sus coros mediáticos, políticos y empresariales canarios rápidamente han acudido a prestarle asistencia lanzando discursos sobre unos supuestos e inmensos beneficios para las islas gracias a esas prospecciones, como si de repente Repsol fuera a pagar sus impuestos en Franchy y Roca y a cotizar en la Bolsa de Santa Cruz. Soria se ha entregado al Ibex 35 desde el primer día en que tomó posesión, como ha hecho todo el sector económico del Gobierno de Mariano Rajoy, y será en último término Repsol quien obtenga los lógicos beneficios de una inversión así. A no ser que se pueda materializar la idea que anda lanzando Paquita Luengo. El primer día que lo dijo, la viceconsejera no recordaba las obligadas y perversas connotaciones que tiene Noruega en el contexto político canario, particularmente ahora en el energético. Propone Luengo que para esas posibles explotaciones petrolíferas se acuda al modelo noruego, según el cual es directamente el Estado quien asume la inversión y, consecuentemente, los beneficios. Este domingo lo remarcó en La Provincia: el Gobierno de España debe nacionalizar la esa iniciativa petrolífera. Aplaudimos la iniciativa pero ya les adelantamos que se trata de un intento imposible por los principios ideológicos y empresariales que inspiran a este Gobierno. Otra cosa es que, con ese empeño que él pone siempre en las cosas, Paulino Rivero se lo exija a Rajoy como fórmula no onerosa para el Estado de compensar a Canarias. La fórmula noruega, quién le iba a decir a los Soria que sus idas y venidas iban a ser tan celebradas.
Para minimizar el impacto negativo que sus primeras decisiones contra Canarias ha tomado José Manuel Soria, el ministro ha rescatado la idea de extraer petróleo en las costas cercanas a Fuerteventura y Lanzarote. Sus coros mediáticos, políticos y empresariales canarios rápidamente han acudido a prestarle asistencia lanzando discursos sobre unos supuestos e inmensos beneficios para las islas gracias a esas prospecciones, como si de repente Repsol fuera a pagar sus impuestos en Franchy y Roca y a cotizar en la Bolsa de Santa Cruz. Soria se ha entregado al Ibex 35 desde el primer día en que tomó posesión, como ha hecho todo el sector económico del Gobierno de Mariano Rajoy, y será en último término Repsol quien obtenga los lógicos beneficios de una inversión así. A no ser que se pueda materializar la idea que anda lanzando Paquita Luengo. El primer día que lo dijo, la viceconsejera no recordaba las obligadas y perversas connotaciones que tiene Noruega en el contexto político canario, particularmente ahora en el energético. Propone Luengo que para esas posibles explotaciones petrolíferas se acuda al modelo noruego, según el cual es directamente el Estado quien asume la inversión y, consecuentemente, los beneficios. Este domingo lo remarcó en La Provincia: el Gobierno de España debe nacionalizar la esa iniciativa petrolífera. Aplaudimos la iniciativa pero ya les adelantamos que se trata de un intento imposible por los principios ideológicos y empresariales que inspiran a este Gobierno. Otra cosa es que, con ese empeño que él pone siempre en las cosas, Paulino Rivero se lo exija a Rajoy como fórmula no onerosa para el Estado de compensar a Canarias. La fórmula noruega, quién le iba a decir a los Soria que sus idas y venidas iban a ser tan celebradas.