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Corrales y Viciana, irradiados por IU

En Izquierda Unida Canaria reina la contenida euforia. Las proyecciones que empiezan a arrojar las encuestas animan a sus dirigentes a pensar que conseguirán unos estupendos resultados en las próximas elecciones de 2015, y algunos no se cortan en las redes sociales al manifestarlo. Creen que van a quedarse con una gran parte del electorado de izquierdas descontento con el PSOE y que el electorado les elegirá como una alternativa de gobierno creíble. De ahí que, al menos en apariencia, empiecen a ejecutar una estrategia destinada a marcar distancias, a separarse de cualquier otra opción que no sea la marca propia, es decir, IU, aunque de momento hablan de un “Bloque Social Alternativo”. En ese contexto podemos inscribir el duro comunicado emitido este martes en el que la coalición de izquierdas anuncia su abrupta ruptura con los concejales José Manuel Corrales, de Santa Cruz de Tenerife, e Ignacio Viciana, de La Laguna, incluidos en el bloque de Coalición por Tenerife, a los que abiertamente ha acusado de oscurantismo en la gestión de los fondos públicos que perciben de sus respectivos ayuntamientos como representantes de los ciudadanos. Es cierto que ni Corrales ni Viciana han rendido cuentas a sus socios de coalición, y que no han transferido ni un euro a las arcas de IU. Lo que no tiene por qué significar que se lo hayan echado encima para gastos personales, porque en el caso de Corrales está invirtiendo en su propio proyecto político, y en el de Viciana, en Socialistas por Tenerife, que también tiene sus gastos. Así las cosas y a la espera de que se confirmen sus espléndidos vaticinios, Izquierda Unida se queda en Tenerife con los tres concejales que obtuvo en Los Realejos, Arafo y Puerto de la Cruz, y renuncia a las representaciones que, por la vía de la coalición, obtuvo en las dos primeras ciudades de la isla. Todo hace pensar que, como es norma, se descomponen los probables acuerdos por la izquierda, salvo el caso de Sí se Puede, la única formación que se ha mantenido más o menos sólida durante el actual mandato municipal. Su asamblea decidió el otro día “no hablar” con Nueva Canarias, que había solicitado una entrevista de tanteo. Sometida la oferta a la consideración general se decidió acudir, pero como los votos afirmativos obtenidos en la asamblea fueron menos que los negativos y las abstenciones, primaron los estatutos y se decidió abortar el intento. Por lo tanto, Sí se Puede no hablará con Nueva Canarias.

En Izquierda Unida Canaria reina la contenida euforia. Las proyecciones que empiezan a arrojar las encuestas animan a sus dirigentes a pensar que conseguirán unos estupendos resultados en las próximas elecciones de 2015, y algunos no se cortan en las redes sociales al manifestarlo. Creen que van a quedarse con una gran parte del electorado de izquierdas descontento con el PSOE y que el electorado les elegirá como una alternativa de gobierno creíble. De ahí que, al menos en apariencia, empiecen a ejecutar una estrategia destinada a marcar distancias, a separarse de cualquier otra opción que no sea la marca propia, es decir, IU, aunque de momento hablan de un “Bloque Social Alternativo”. En ese contexto podemos inscribir el duro comunicado emitido este martes en el que la coalición de izquierdas anuncia su abrupta ruptura con los concejales José Manuel Corrales, de Santa Cruz de Tenerife, e Ignacio Viciana, de La Laguna, incluidos en el bloque de Coalición por Tenerife, a los que abiertamente ha acusado de oscurantismo en la gestión de los fondos públicos que perciben de sus respectivos ayuntamientos como representantes de los ciudadanos. Es cierto que ni Corrales ni Viciana han rendido cuentas a sus socios de coalición, y que no han transferido ni un euro a las arcas de IU. Lo que no tiene por qué significar que se lo hayan echado encima para gastos personales, porque en el caso de Corrales está invirtiendo en su propio proyecto político, y en el de Viciana, en Socialistas por Tenerife, que también tiene sus gastos. Así las cosas y a la espera de que se confirmen sus espléndidos vaticinios, Izquierda Unida se queda en Tenerife con los tres concejales que obtuvo en Los Realejos, Arafo y Puerto de la Cruz, y renuncia a las representaciones que, por la vía de la coalición, obtuvo en las dos primeras ciudades de la isla. Todo hace pensar que, como es norma, se descomponen los probables acuerdos por la izquierda, salvo el caso de Sí se Puede, la única formación que se ha mantenido más o menos sólida durante el actual mandato municipal. Su asamblea decidió el otro día “no hablar” con Nueva Canarias, que había solicitado una entrevista de tanteo. Sometida la oferta a la consideración general se decidió acudir, pero como los votos afirmativos obtenidos en la asamblea fueron menos que los negativos y las abstenciones, primaron los estatutos y se decidió abortar el intento. Por lo tanto, Sí se Puede no hablará con Nueva Canarias.