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Los deportes, prioridad de los Bravo

En el catálogo de excesivos de esta semana no puede faltar ese quiero pero no puedo de nombre Lucas Bravo de Laguna. Consejero de Deportes en el Cabildo de Gran Canaria, a las órdenes directas de su señor padre, y alcalde de Santa Brígida, a las órdenes directas de su incompetencia, no ocupa este lugar de honor por las gestas que este martes relató en CANARIAS AHORA RADIO el abogado Ignacio Cáceres, experto en excesos urbanísticos satauteños. No, el Niño Bravo viene a colación por su insistencia (y la de su señor padre) en reclamar para el Cabildo de Gran Canaria las competencias en materia de deportes. Pensábamos que era una ocurrencia suya, de esas que lanza cuando se le calienta específicamente la lengua (y lo de específicamente no es reiterativo), pero según sus palabras, es petición formal lanzada por su señor presidente nada menos que en un pleno de la Federación de Islas, en el pleno de los cabildos insulares. Tal memez conduce automáticamente a concluir que en estos tiempos tan difíciles que corre la sociedad grancanaria, con unos índices de desempleo, de marginalidad, de pobreza y de exclusión social, a la familia Bravo de Laguna solo le preocupa la rentabilidad electoralista del deporte. Verdaderamente lamentable.

En el catálogo de excesivos de esta semana no puede faltar ese quiero pero no puedo de nombre Lucas Bravo de Laguna. Consejero de Deportes en el Cabildo de Gran Canaria, a las órdenes directas de su señor padre, y alcalde de Santa Brígida, a las órdenes directas de su incompetencia, no ocupa este lugar de honor por las gestas que este martes relató en CANARIAS AHORA RADIO el abogado Ignacio Cáceres, experto en excesos urbanísticos satauteños. No, el Niño Bravo viene a colación por su insistencia (y la de su señor padre) en reclamar para el Cabildo de Gran Canaria las competencias en materia de deportes. Pensábamos que era una ocurrencia suya, de esas que lanza cuando se le calienta específicamente la lengua (y lo de específicamente no es reiterativo), pero según sus palabras, es petición formal lanzada por su señor presidente nada menos que en un pleno de la Federación de Islas, en el pleno de los cabildos insulares. Tal memez conduce automáticamente a concluir que en estos tiempos tan difíciles que corre la sociedad grancanaria, con unos índices de desempleo, de marginalidad, de pobreza y de exclusión social, a la familia Bravo de Laguna solo le preocupa la rentabilidad electoralista del deporte. Verdaderamente lamentable.