Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Desahucio en la comisaría

¿Dónde está el jefe superior cuando se le necesita? En la Península, dicen los sindicatos, buscando ya un nuevo destino antes de la hecatombe de noviembre. Pues sí, el jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, no asistió esta semana al solemne acto de arriado de la bandera nacional en la Comisaría Centro de Las Palmas de Gran Canaria, que tras décadas de servicio a los ciudadanos cerraba sus puertas para ser destinada por la dueña del local, la Comunidad Autónoma de Canarias, a oficina tributaria de atención al público. Quizás porque Solano no estaba, a ese acto formal sólo acudió un agente de Policía, el que se llevó la bandera a la Supercomisaría como el último de los enseres que hubo que trasladar deprisa y corriendo para evitar el bochorno de ver a la Policía Nacional desahuciando al Ministerio del Interior de una comisaría de la Policía Nacional. El caos es mayúsculo en la Jefatura Superior de Canarias, y a las cosas que habitualmente ocurren dentro de la casa, de las que en parte nos hacemos eco aquí, se ha sumado esta de extramuros que se ha saldado con una mudanza desastrosa y con un nuevo contratiempo para los sufridos ciudadanos. Los de la zona centro tendrán que irse ahora a San Cristóbal o a La Isleta a presentar una denuncia. Precioso. Sin contar, claro, el trastorno y las apreturas para los agentes que allí prestaban sus servicios. O la pérdida de operatividad que ya se está generando. El caos acabó incluso obligando a la primera empresa de mudanzas que se contrató, Esmenso, a salir por patas harta de la pollá, práctica consistente en aprovechar su presencia en la Supercomisaría haciendo el acarreo para pedirle que trasladara mesas, sillas, armarios y archivadores de planta en planta: “Oiga, pollá que está aquí, hágame el favor de llevarme esto a la sexta”. Esmenso fue sustituida por Gil & Staufer, que a duras penas acabó con el encargo, pero no con el caos. ¿Cuál será el siguiente capítulo? Tengan paciencia, que no tardará.

Soria pide “no adelantar acontecimientos”

Menos mal que en medio de tanta perturbación política, en medio de tanto ladrón de cuello blanco y en medio de tantas tribulaciones humanas, de vez en cuando emerge la figura férrea y solvente de un líder carismático con las ideas claras. “No adelantemos acontecimientos” ha sido la frase tranquilizadora y balsámica que ha pronunciado sabiamente José Manuel Soria en su visita de fin de semana a Canarias. No se refería a la composición futura del nuevo Gobierno de España, en el que es muy probable que ya no esté el PP, su partido; ni se refería al calendario previsto para una nueva subida del barril de petróleo, en lo que se ha especializado estos últimos años gracias a su cercanía, casi hermanamiento, a Repsol. El carismático líder, el Gran Timonel, pedía prudencia en torno al hundimiento del pesquero Oleg Naydenov y las consecuencias ambientales que pudieran derivarse del vertido de las 1.409 toneladas de fuel que llevaba en sus tanques. Efectivamente, todavía es pronto para evaluar el impacto sobre la naturaleza de esta negligencia humana porque, como bien se han ocupado de recordar los expertos, los efectos pueden durar años. Y cuanto más tarde el Ministerio de Fomento, cuyos especialistas son los responsables directos y únicos de este hundimiento/vertido, en controlar la mancha y extraer el fuel del mar, más graves serán las consecuencias. Pero mientras pedía el señor ministro que no adelantáramos acontecimientos, él ya adelantaba los suyos: esto no va a repercutir sobre el turismo gracias a que él está allí y Canarias está dentro de España.

Cuidado con la lista de Santiago Pérez

Todavía no se ha presentado como mandan los cánones ante la Junta Electoral, pero ya estamos en condiciones de adelantarles a ustedes cómo será la lista con la que el histórico socialista -que no del PSOE- Santiago Pérez intentará un nuevo asalto a la alcaldía de su ciudad, La Laguna. Ya la quisieran para sí algunos de esos new age que presumen de componer sus propuestas de abajo a arriba, y va a resultar difícil que alguien pueda superar tamaño grado de representación social. La lista de Santiago Pérez gira en torno a gran parte del movimiento ciudadano generado como contestación al Plan General de Ordenación Urbana tramitado en este mandato por el equipo del actual alcalde, Fernando Clavijo, candidato a la Presidencia del Gobierno. Un plan apoyado por el PSOE que pretendía generar tanto suelo urbanizable que incrementaría la población del municipio de sus 150.000 habitantes de ahora a 338.000 durante su vigencia. Y mayormente llevándose por delante apreciadas zonas de suelo agrícola que distinguen a buena parte de sus barrios y pagos. Personas integrantes de las plataformas que se movilizaron contra ese plan ocupan seis de los diez primeros puestos de la lista de Pérez, que en esta ocasión concurrirá como independiente dentro de Nueva Canarias, tanto a La Laguna como al Parlamento regional como cabeza de lista por Tenerife. Son activistas de Valle Guerra, de Tejina y de Guamasa, donde se concentra la mayor parte del suelo agrícola de Aguere; son activistas vecinales con compromiso acreditado, como Bárbara Santos, presidenta de la legendaria Asociación de Vecinos La Montaña, en San Matías, Taco, que va de número 8. O Juan Luis Herrera, historiador, portavoz de la plataforma de Tejina ante el pleno de La Laguna, que es presidente de la Asociación de Vecinos Las tres calles. Ocupa el segundo puesto tras Santiago Pérez. Julia Pérez, la número 3, es psicóloga, de San Jerónimo Taco, directora de proyectos de la ONG Ataretaco. En el cuarto puesto está Daniel Ross, funcionario del Parlamento, que llega a esta lista a propuesta de la gente de Valle Guerra. Le sigue Eulogia Acosta, maestra y graduada social, directora del colegio de Valle Guerra, que fue concejala con Santiago Pérez. En el sexto puesto aparece una mujer muy ligada a la plataforma Sí se Puede, Ángeles Felipe, que ha optado por el proyecto del ex dirigente del PSOE. De manera simbólica, la lista la rematan Loli Expósito, también ex concejala del PSOE y actual directora del centro de formación de adultos de La Cuesta, y Francisco González, más conocido como Pancho Alejo, la imagen viva de Tejina de los últimos 30 años. Se presenta por primera vez a unas elecciones, tiene 84 años y le dijo a Santiago Pérez que esto no quería perdérselo.

Un rally con solera y pocos apoyos

Es probable que el Rally Islas Canarias, conocido para siempre por los aficionados como el Rally El Corte Inglés, su primer patrocinador principal, llegue vivo el año que viene a su cuadragésima edición. Será, sin duda, por el ímpetu personal y el empuje profesional de su organizador, el piloto grancanario Luis Monzón. Este fin de semana concluyó la edición número 39, a la que la prueba llega algo renqueante desde que el Gobierno de Canarias decidiera inexplicablemente retirarle todo su apoyo sin una explicación convincente. Casi cuarenta años no es ninguna broma, y menos un capricho de alguien al que se le ocurre hacer una carrera de coches a ver qué sale. Estamos hablando de una actividad que mueve a decenas de miles de personas que sueñan con sus ídolos, que se apostan en las carreteras de Gran Canaria durante el fin de semana para presenciar su prueba favorita. Estamos hablando también de muchos corredores amateur que con mucha entrega se entrenan, preparan sus coches, buscan patrocinio y se lanzan a codearse con lo más granado del automovilismo nacional e internacional. Pero, además, el Rally Islas Canarias, el Rally El Corte Inglés, genera riqueza porque se convierte en promoción turística del archipiélago durante unos cuantos días gracias a los derechos televisivos que se reparten por el planeta. Un despliegue que, por supuesto, se ha visto mermado en estas últimas ediciones precisamente por la falta de todo el respaldo institucional necesario. Por suerte para los aficionados, el Cabildo de Gran Canaria y una amplia lista de patrocinadores privados, han sabido mantenerse, aún con los recortes, respaldando la prueba. Es de esperar que próximos dirigentes políticos con más visión que los actuales le devuelvan el impulso que antaño tuvo para que vuelva a ser la competición señera que siempre fue.

¿Dónde está el jefe superior cuando se le necesita? En la Península, dicen los sindicatos, buscando ya un nuevo destino antes de la hecatombe de noviembre. Pues sí, el jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, no asistió esta semana al solemne acto de arriado de la bandera nacional en la Comisaría Centro de Las Palmas de Gran Canaria, que tras décadas de servicio a los ciudadanos cerraba sus puertas para ser destinada por la dueña del local, la Comunidad Autónoma de Canarias, a oficina tributaria de atención al público. Quizás porque Solano no estaba, a ese acto formal sólo acudió un agente de Policía, el que se llevó la bandera a la Supercomisaría como el último de los enseres que hubo que trasladar deprisa y corriendo para evitar el bochorno de ver a la Policía Nacional desahuciando al Ministerio del Interior de una comisaría de la Policía Nacional. El caos es mayúsculo en la Jefatura Superior de Canarias, y a las cosas que habitualmente ocurren dentro de la casa, de las que en parte nos hacemos eco aquí, se ha sumado esta de extramuros que se ha saldado con una mudanza desastrosa y con un nuevo contratiempo para los sufridos ciudadanos. Los de la zona centro tendrán que irse ahora a San Cristóbal o a La Isleta a presentar una denuncia. Precioso. Sin contar, claro, el trastorno y las apreturas para los agentes que allí prestaban sus servicios. O la pérdida de operatividad que ya se está generando. El caos acabó incluso obligando a la primera empresa de mudanzas que se contrató, Esmenso, a salir por patas harta de la pollá, práctica consistente en aprovechar su presencia en la Supercomisaría haciendo el acarreo para pedirle que trasladara mesas, sillas, armarios y archivadores de planta en planta: “Oiga, pollá que está aquí, hágame el favor de llevarme esto a la sexta”. Esmenso fue sustituida por Gil & Staufer, que a duras penas acabó con el encargo, pero no con el caos. ¿Cuál será el siguiente capítulo? Tengan paciencia, que no tardará.