El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El espía sale de gira
Pero si Marrero Portugués hace más argollas que las que luce el Circo Price, el campeón del escaqueo sigue siendo el letrado de la Armada Vicente López Pascual, espía a la fuga desde que abandonó precipitadamente El Salvador en las fechas anteriores, posteriores o mediopensionistas del asesinato de Ignacio Ellacuría y cinco jesuitas más a manos de los escuadrones de la muerte. El espía ha estado estos días muy atareado en horas de faena visitando la radio amiga, Barrilete Broadcasting, y el periódico Canarias7, con el muy encomiable fin de contar su verdad. Y su verdad se resume en que él nada tuvo que ver con los escuadrones de la muerte, por mucho que frecuentara a sus jefes, ni estaba en El Salvador en el momento de los asesinatos, y que tiene una carta del ex jefe del Cesid, Alfredo Calderón, asegurando que es un chico excelente y siempre lo será y siempre lo será. Es una lástima que López Pascual no contara su verdad en las siete oportunidades anteriores que ha tenido (incluidas las dos entrevistas que le hicieron para otros tantos libros que lo dejan muy mal parado), y que sea ahora, con la Audiencia Nacional pisándole los talones, cuando se ponga serio.
Pero si Marrero Portugués hace más argollas que las que luce el Circo Price, el campeón del escaqueo sigue siendo el letrado de la Armada Vicente López Pascual, espía a la fuga desde que abandonó precipitadamente El Salvador en las fechas anteriores, posteriores o mediopensionistas del asesinato de Ignacio Ellacuría y cinco jesuitas más a manos de los escuadrones de la muerte. El espía ha estado estos días muy atareado en horas de faena visitando la radio amiga, Barrilete Broadcasting, y el periódico Canarias7, con el muy encomiable fin de contar su verdad. Y su verdad se resume en que él nada tuvo que ver con los escuadrones de la muerte, por mucho que frecuentara a sus jefes, ni estaba en El Salvador en el momento de los asesinatos, y que tiene una carta del ex jefe del Cesid, Alfredo Calderón, asegurando que es un chico excelente y siempre lo será y siempre lo será. Es una lástima que López Pascual no contara su verdad en las siete oportunidades anteriores que ha tenido (incluidas las dos entrevistas que le hicieron para otros tantos libros que lo dejan muy mal parado), y que sea ahora, con la Audiencia Nacional pisándole los talones, cuando se ponga serio.