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Estampida sin luz

Otra compañía de bandera. Una avería le puede pasar a cualquiera, incluida Endesa-Unelco, que en ocasiones tiene esa mala fortuna y deja sin luz a un buen puñado de sus sufridos abonados. A veces pasan desapercibidos los cortes porque sólo afectan a particulares, que aguantan pacientemente, pero otras veces, como es el caso, alcanza a servicios públicos con desiguales consecuencias. Por ejemplo, este jueves se fue la luz en la zona en la que se encuentra el Registro Auxiliar de la Consejería de Sanidad, ubicado en el edificio principal de la Dirección General de Recursos Humanos (calle Pérez de Rozas, número 5, en Santa Cruz de Tenerife). Sobra las once, más o menos, desapareció el suministro, y con él, como si alguien hubiera hecho sonar una sirena de bombardeos, desapareció todo el personal de ese servicio. Sólo quedó en el Registro una ímproba funcionaria, no sabemos si porque es una pedazo de profesional, solidaria con el contribuyente, o porque sus compañeros le endilgaron el muerto. Pero, en serio, una estampida en condiciones, con oscuridad y alevosía.

Otra compañía de bandera. Una avería le puede pasar a cualquiera, incluida Endesa-Unelco, que en ocasiones tiene esa mala fortuna y deja sin luz a un buen puñado de sus sufridos abonados. A veces pasan desapercibidos los cortes porque sólo afectan a particulares, que aguantan pacientemente, pero otras veces, como es el caso, alcanza a servicios públicos con desiguales consecuencias. Por ejemplo, este jueves se fue la luz en la zona en la que se encuentra el Registro Auxiliar de la Consejería de Sanidad, ubicado en el edificio principal de la Dirección General de Recursos Humanos (calle Pérez de Rozas, número 5, en Santa Cruz de Tenerife). Sobra las once, más o menos, desapareció el suministro, y con él, como si alguien hubiera hecho sonar una sirena de bombardeos, desapareció todo el personal de ese servicio. Sólo quedó en el Registro una ímproba funcionaria, no sabemos si porque es una pedazo de profesional, solidaria con el contribuyente, o porque sus compañeros le endilgaron el muerto. Pero, en serio, una estampida en condiciones, con oscuridad y alevosía.