Lo hicieron, lo hicieron

Quitaron cualquier referencia a colocación de primera piedra, lo cambiaron por la firma de no se sabe muy bien qué convenio, y para Siete Palmas que se fueron las dignísimas y reverendísimas autoridades insulares y regionales de las Islas Canarias a saltarse a las bravas (de Laguna) la expresa prohibición de celebrar actos propagandísticos en precampaña electoral. Las fotos enviadas por los servicios de prensa nos muestran a dirigentes de Coalición Canaria y del PP pasándoselo en grande en la parcela donde se va a levantar el pabellón multiusos que habrá de acoger en 2014 el Mundial de Baloncesto. Estuvieron Paulino Rivero, Bravo de Laguna, el otro Bravo de Laguna, Juanjo Cardona, Milagros Luis, Rosa Rodríguez, Fernando Bañolas y hasta Juan Domínguez, todos ellos encantados de conocerse y celebrando lo divertida que es la Junta Electoral. Aunque no lo vimos en los magníficos reportajes gráficos, por allí estaba también alguien de la oposición insular, en concreto Román Rodríguez, que no quiso perderse el sublime momento en que se materializaba por fin la adjudicación que tanto costó parir.

Quitaron cualquier referencia a colocación de primera piedra, lo cambiaron por la firma de no se sabe muy bien qué convenio, y para Siete Palmas que se fueron las dignísimas y reverendísimas autoridades insulares y regionales de las Islas Canarias a saltarse a las bravas (de Laguna) la expresa prohibición de celebrar actos propagandísticos en precampaña electoral. Las fotos enviadas por los servicios de prensa nos muestran a dirigentes de Coalición Canaria y del PP pasándoselo en grande en la parcela donde se va a levantar el pabellón multiusos que habrá de acoger en 2014 el Mundial de Baloncesto. Estuvieron Paulino Rivero, Bravo de Laguna, el otro Bravo de Laguna, Juanjo Cardona, Milagros Luis, Rosa Rodríguez, Fernando Bañolas y hasta Juan Domínguez, todos ellos encantados de conocerse y celebrando lo divertida que es la Junta Electoral. Aunque no lo vimos en los magníficos reportajes gráficos, por allí estaba también alguien de la oposición insular, en concreto Román Rodríguez, que no quiso perderse el sublime momento en que se materializaba por fin la adjudicación que tanto costó parir.