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Fuera de la ley

Con el Ayuntamiento de Telde nuevamente en manos del PP, Sergio Alonso retomó su proyecto de hacer “una cosa bonita” en La Pardilla (La Provincia, 30 de noviembre de 2011). Y nuevamente se tropezó con la legalidad vigente: desde la Corporación indicaron que “los modificados que hizo la empresa del plan parcial en 2010 no han servido para nada” y que la compañía “no ha contestado los requerimientos que se le hicieron en octubre de 2010 y febrero de 2011 para que construyera el vial [de acceso a la obra bonita]”. Ante estas exigencias de ajuste a la legalidad, el empresario contestó que “siempre dicen lo mismo” y “al final todo se reduce a una maraña de normativa urbanística de la que participan Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno canario, Cotmac y hasta el Sursum Corda”. Así hasta que, dos años después, ya en 2013, el veterano empresario ha vuelto a la carga al rechazarle la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, la Cotmac, órgano colegiado multi-institucional, sus pretensiones en La Pardilla. Alonso, que calificó de “pequeñeces” los motivos técnicos de la Cotmac, desempolvó de nuevo la ametralladora de los agravios con Tenerife (“allá no ponen tangas pegas”), de la burocracia, de las trabas administrativas y de las rigideces de las instituciones para, finalmente, acabar lamentando que se pierda una inversión de 25 millones de euros (así se decía en 2005, ahora ya se habla de 19) y unos 200 puestos de trabajo. En su blog personal (21 de junio de 2013) se puede consultar su posición al respecto: “El intervencionismo político en la economía sólo debe practicarse para regular lo imprescindible, pero nunca para controlar la demanda, toda vez que el mercado es más sabio, imparcial y justo”. O esto otro sobre el legislador (diputados y senadores elegidos por los ciudadanos): “Los que dictan los pasos a seguir son personas que normalmente no gestionan propiedades o negocios propios. Luego su conocimiento del riesgo y la demanda sólo pueden ser teóricos”. Y el remache: “El empresario sabe mejor que nadie dónde y cuándo debe invertir (?) el cargo público manipula el dinero ajeno”. Dos días después de que cargara contra la Cotmac por impedirle ejercer su libertad como empresario sabio, conocedor de las necesidades de la sociedad por encima de sus normas y regulaciones, el Gobierno le explicaba los motivos por los que es imposible aprobarle su proyecto de Ciudad del Motor en La Pardilla: “Los terrenos que usted pretende recalificar se encuentran a 25 metros de una autovía, la GC-1, un espacio donde está prohibido desarrollar ningún tipo de estructuras ni edificaciones”, y su revisión del plan parcial de la zona “contiene sustanciales carencias legales y medioambientales para su aprobación, como le advertimos hace cuatro meses y usted sigue empeñado en contravenir la legalidad vigente”. Silencio en el gallinero.

Con el Ayuntamiento de Telde nuevamente en manos del PP, Sergio Alonso retomó su proyecto de hacer “una cosa bonita” en La Pardilla (La Provincia, 30 de noviembre de 2011). Y nuevamente se tropezó con la legalidad vigente: desde la Corporación indicaron que “los modificados que hizo la empresa del plan parcial en 2010 no han servido para nada” y que la compañía “no ha contestado los requerimientos que se le hicieron en octubre de 2010 y febrero de 2011 para que construyera el vial [de acceso a la obra bonita]”. Ante estas exigencias de ajuste a la legalidad, el empresario contestó que “siempre dicen lo mismo” y “al final todo se reduce a una maraña de normativa urbanística de la que participan Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno canario, Cotmac y hasta el Sursum Corda”. Así hasta que, dos años después, ya en 2013, el veterano empresario ha vuelto a la carga al rechazarle la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, la Cotmac, órgano colegiado multi-institucional, sus pretensiones en La Pardilla. Alonso, que calificó de “pequeñeces” los motivos técnicos de la Cotmac, desempolvó de nuevo la ametralladora de los agravios con Tenerife (“allá no ponen tangas pegas”), de la burocracia, de las trabas administrativas y de las rigideces de las instituciones para, finalmente, acabar lamentando que se pierda una inversión de 25 millones de euros (así se decía en 2005, ahora ya se habla de 19) y unos 200 puestos de trabajo. En su blog personal (21 de junio de 2013) se puede consultar su posición al respecto: “El intervencionismo político en la economía sólo debe practicarse para regular lo imprescindible, pero nunca para controlar la demanda, toda vez que el mercado es más sabio, imparcial y justo”. O esto otro sobre el legislador (diputados y senadores elegidos por los ciudadanos): “Los que dictan los pasos a seguir son personas que normalmente no gestionan propiedades o negocios propios. Luego su conocimiento del riesgo y la demanda sólo pueden ser teóricos”. Y el remache: “El empresario sabe mejor que nadie dónde y cuándo debe invertir (?) el cargo público manipula el dinero ajeno”. Dos días después de que cargara contra la Cotmac por impedirle ejercer su libertad como empresario sabio, conocedor de las necesidades de la sociedad por encima de sus normas y regulaciones, el Gobierno le explicaba los motivos por los que es imposible aprobarle su proyecto de Ciudad del Motor en La Pardilla: “Los terrenos que usted pretende recalificar se encuentran a 25 metros de una autovía, la GC-1, un espacio donde está prohibido desarrollar ningún tipo de estructuras ni edificaciones”, y su revisión del plan parcial de la zona “contiene sustanciales carencias legales y medioambientales para su aprobación, como le advertimos hace cuatro meses y usted sigue empeñado en contravenir la legalidad vigente”. Silencio en el gallinero.