López Pascual, de nuevo en la palestra

Vuelve a ser noticia el ex espía del Cesid Vicente López Pascual, quien durante unos días llegó a ocupar el cargo de director general de Telecomunicaciones e Informática del Gobierno de Manuel Hermoso. Este domingo apareció en el periódico El Mundo defendiéndose de las acusaciones que lo relacionan con extrañas operaciones en El Salvador en las fechas previas al asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría y de algunos de sus colaboradores, del que este lunes se cumplieron veinte años. El caso se revisa actualmente en la Audiencia Nacional y el testimonio del antigo espía español podría ser determinante para esclarecer qué servicios secretos extranjeros estaban en la operación para acabar con la vida del sacerdote. López Pascual, que en El Mundo aparece ocultando su identidad y su lugar de residencia, Las Palmas de Gran Canaria, asegura que él nada tuvo que ver con aquella operación, pero multitud de reportajes y al menos dos libros sobre la cuestión lo sitúan en las cercanías por sus estrechísimas relaciones con los escuadrones de la muerte que mandaban sus amigos salvadoreños.

Vuelve a ser noticia el ex espía del Cesid Vicente López Pascual, quien durante unos días llegó a ocupar el cargo de director general de Telecomunicaciones e Informática del Gobierno de Manuel Hermoso. Este domingo apareció en el periódico El Mundo defendiéndose de las acusaciones que lo relacionan con extrañas operaciones en El Salvador en las fechas previas al asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría y de algunos de sus colaboradores, del que este lunes se cumplieron veinte años. El caso se revisa actualmente en la Audiencia Nacional y el testimonio del antigo espía español podría ser determinante para esclarecer qué servicios secretos extranjeros estaban en la operación para acabar con la vida del sacerdote. López Pascual, que en El Mundo aparece ocultando su identidad y su lugar de residencia, Las Palmas de Gran Canaria, asegura que él nada tuvo que ver con aquella operación, pero multitud de reportajes y al menos dos libros sobre la cuestión lo sitúan en las cercanías por sus estrechísimas relaciones con los escuadrones de la muerte que mandaban sus amigos salvadoreños.