El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Las majaderías de Sánchez Limiñana
Todavía no tenemos en nuestro poder la segunda pendejada del tal Vargas y su abogado Sánchez Limiñana, pendejada que ha servido a Soria para montar su recurrente show mediático y calificar como el mayor escándalo de la democracia algo que sólo está en una denuncia sin imputados. Pero como no consideramos ni al letrado ni a su cliente personas de mucha originalidad, nos hemos remitido a la primera denuncia que ambos presentaron en febrero de 2009 por los mismos hechos, y es ahí donde nos hemos reencontrado con las obsesiones del señor Sánchez Limiñana con este periódico y con su director. No hemos contado las veces que nos cita, pero les podemos garantizar que aparecemos tantas como páginas tiene la denuncia, y siempre atribuyéndonos una suerte de comportamiento delictivo relacionado con nuestra profesión, que es la de contar las cosas que ocurren. Nos acusa reiteradamente el ilustre letrado de revelación de secretos por aventar, como hicieron otros medios informativos, los pormenores de las investigaciones que afectaban a clientes tan ejemplares como los ya citados. Lo que nos lleva a preguntarnos quién filtró a Soria y a El Mundo esta última denuncia de este dúo tan dinámico: Vargas dice que fue su abogado, que éste se la trasladó a Soria y Soria al periódico de Pedrojota. Dando por descontado que, salvo este último, ninguno de los otros filtradores es periodista, ¿quién ha incurrido en el delito de revelación de secretos? ¿El funcionario Vargas? ¿El abogado Sánchez? Lo sabremos muy pronto.
Todavía no tenemos en nuestro poder la segunda pendejada del tal Vargas y su abogado Sánchez Limiñana, pendejada que ha servido a Soria para montar su recurrente show mediático y calificar como el mayor escándalo de la democracia algo que sólo está en una denuncia sin imputados. Pero como no consideramos ni al letrado ni a su cliente personas de mucha originalidad, nos hemos remitido a la primera denuncia que ambos presentaron en febrero de 2009 por los mismos hechos, y es ahí donde nos hemos reencontrado con las obsesiones del señor Sánchez Limiñana con este periódico y con su director. No hemos contado las veces que nos cita, pero les podemos garantizar que aparecemos tantas como páginas tiene la denuncia, y siempre atribuyéndonos una suerte de comportamiento delictivo relacionado con nuestra profesión, que es la de contar las cosas que ocurren. Nos acusa reiteradamente el ilustre letrado de revelación de secretos por aventar, como hicieron otros medios informativos, los pormenores de las investigaciones que afectaban a clientes tan ejemplares como los ya citados. Lo que nos lleva a preguntarnos quién filtró a Soria y a El Mundo esta última denuncia de este dúo tan dinámico: Vargas dice que fue su abogado, que éste se la trasladó a Soria y Soria al periódico de Pedrojota. Dando por descontado que, salvo este último, ninguno de los otros filtradores es periodista, ¿quién ha incurrido en el delito de revelación de secretos? ¿El funcionario Vargas? ¿El abogado Sánchez? Lo sabremos muy pronto.