El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Melchor Camón: no hay dinero para eso
No hay dinero en el Patronato de Turismo, por mucho que el alcalde de Santa Brígida haya pretendido presentar ese puchero canario como un evento de alto valor promocional, de esos que aparecen en los grandes catálogos mundiales como la Fiesta de la Cerveza de Munich o la Gay Parade de Sau Paulo. Se han reducido todas las partidas, incluidas las del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, que apenas recibe 25.000 euros, o a las compañías aéreas de bajo coste, que como mucho se llevan una subvención de 7.000. El consejero del ramo, Melchor Camón, intenta derivar a Deportes las subvenciones a equipos y acontecimientos deportivos. Imposible un puchero. Los funcionarios lo han explicado por activa y por pasiva, y temen que el consejero termine cediendo ante el bravismo. Él dice que no es verdad, que nadie le ha presionado, y que en ningún caso saldrá esa partida de 60.000 euros para tamaño pucherazo. Lo siguiente será que nos enteremos que el mismo empresario que pagará el capricho de la bandera termine pagando el tenderete del Niño Bravo. Tarde o temprano nos enteraremos de la compensación.
No hay dinero en el Patronato de Turismo, por mucho que el alcalde de Santa Brígida haya pretendido presentar ese puchero canario como un evento de alto valor promocional, de esos que aparecen en los grandes catálogos mundiales como la Fiesta de la Cerveza de Munich o la Gay Parade de Sau Paulo. Se han reducido todas las partidas, incluidas las del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, que apenas recibe 25.000 euros, o a las compañías aéreas de bajo coste, que como mucho se llevan una subvención de 7.000. El consejero del ramo, Melchor Camón, intenta derivar a Deportes las subvenciones a equipos y acontecimientos deportivos. Imposible un puchero. Los funcionarios lo han explicado por activa y por pasiva, y temen que el consejero termine cediendo ante el bravismo. Él dice que no es verdad, que nadie le ha presionado, y que en ningún caso saldrá esa partida de 60.000 euros para tamaño pucherazo. Lo siguiente será que nos enteremos que el mismo empresario que pagará el capricho de la bandera termine pagando el tenderete del Niño Bravo. Tarde o temprano nos enteraremos de la compensación.