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Métodos un tanto anticuados

Ricardo Peytaví es uno de esos periodistas con un estilo anclado en el pasado que cree que la crítica del competidor se contrarresta con la palabra más gruesa o el insulto más soez. La juez que lo ha condenado le recuerda que, incluso en una supuesta guerra de medios, “no se puede considerar crítica sana la comparación del antiguo director de Diario de Avisos, por muy rival que sea, con las cucarachas, calificadas, además, como nauseabundas”. Y añade la juez que “no hay tampoco crítica sana cuando para referirse a Leopoldo Fernández se utilizan frases, expresiones o palabras como ”embustero“, ”cobarde“, ”insecto rastrero“, ”godo hediondo“ o ”tipo tan deleznable“. ”Con ello“ -afirma la magistrada juez- ”la opinión pública no se enriquece en nada y, sin embargo, la honra, el honor, la fama del actor se dañan gratuitamente“.

Ricardo Peytaví es uno de esos periodistas con un estilo anclado en el pasado que cree que la crítica del competidor se contrarresta con la palabra más gruesa o el insulto más soez. La juez que lo ha condenado le recuerda que, incluso en una supuesta guerra de medios, “no se puede considerar crítica sana la comparación del antiguo director de Diario de Avisos, por muy rival que sea, con las cucarachas, calificadas, además, como nauseabundas”. Y añade la juez que “no hay tampoco crítica sana cuando para referirse a Leopoldo Fernández se utilizan frases, expresiones o palabras como ”embustero“, ”cobarde“, ”insecto rastrero“, ”godo hediondo“ o ”tipo tan deleznable“. ”Con ello“ -afirma la magistrada juez- ”la opinión pública no se enriquece en nada y, sin embargo, la honra, el honor, la fama del actor se dañan gratuitamente“.