El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
“Es la mujer del fiscal jefe”
Alguien debe estar pensando en delinquir próximamente en el Gobierno de Canarias, sector PSOE. O alguien ya ha delinquido y necesita protección. “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas” fue toda la explicación que recibió Patricia Hernández de boca del consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad, Aarón Afonso, cuando la vicepresidenta del Gobierno le preguntó por Lourdes Quesada, a la que acababa de nombrar el Consejo de Gobierno directora general de Relaciones con la Administración de Justicia. ¿Para qué quiere un Gobierno tener especiales relaciones con la fiscalía de una de las dos provincias de su competencia? ¿Son necesarias esas especiales relaciones para algo más que no sean las normales e institucionales relaciones entre un gobierno autonómico y un órgano del Estado? ¿Un exceso de especiales relaciones no podría convertirse en pernicioso para las funciones de quien tiene que velar precisamente por las “relaciones con la Administración de Justicia”, compuesta por algo más que la Fiscalía de Las Palmas? “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas”, contestó con los ojos como platos el consejero Afonso. Aaaah, estupendo, oye. Quedan por tanto como absolutamente falsas las explicaciones oficiales que tanto el consejero como otros distintos altos cargos del PSOE han repetido como cotorras: Lourdes Quesada ha demostrado una alta competencia como funcionaria (sic) de la Comunidad Autónoma y las dos causas penales en las que se ha visto envuelta no han concluido con una condena firme. “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas” nada tiene que ver con las explicaciones absurdas que están dando los dirigentes socialistas para no dejar al consejero con el culo al aire.
Tampoco Casimiro está condenado
Quizás convenga recordar que Lourdes Quesada fue alto cargo con el Partido Popular y que en su faceta como secretaria general del Servicio Canario de Salud contribuyó decididamente a fortalecer la tendencia de los populares a privatizar el máximo de servicios sanitarios posibles. En el caso concreto de la hemodiálisis de dos hospitales canarios, participó activamente en la elaboración de las bases de un concurso con aportaciones del que luego resultó fugaz ganador, el abogado Javier Artiles, asesor de la Consejería de Sanidad y empleador de la esposa del director general del Servicio Canario de Salud, superior y amigo íntimo de Lourdes Quesada. Algunas de esas bases fueron determinantes, como reveló incluso la Intervención General del Estado durante el proceso judicial que se abrió ante aquel escándalo del caso Lifeblood que algunos socialistas aseguran ahora desconocer. También es bueno recordar que la causa fue provisionalmente archivada a petición de la fiscalía (“Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas”, mira tú) después de que a la imputada y a su marido se les viera en animada cena de confraternidad en la misma mesa que ocupaban el fiscal general del Estado, Torres Dulce (padrino de Guillermo García-Panasco en su toma de posesión) y del mismísimo fiscal que llevaba la causa. Cierto es, como repiten los dirigentes socialistas que dan la cara por el consejero y por la vicepresidenta, que las dos causas penales en las que estuvo encartada Quesada no acabaron en condena firme, como tampoco le ha ocurrido a la causa penal en la que está encartado Casimiro Curbelo, líder socialista de La Gomera al que el PSOE descabalgó de las listas por un comportamiento que consideró inapropiado. El PSOE canario, igual que el presidente Clavijo, sufre el síndrome de Estocolmo con el PP: no sólo mete en el Gobierno a un alto cargo de los populares sino que abraza la doctrina de la sentencia firme para salvar los comportamientos molestos, insalubres y clasificados X. O Y.
Se dispersa lo de Willy
Vaya por dios, tampoco la ex directora financiera de Radiotelevisión Canaria, Lourdes Reyes, confesó ante la jueza que Paulino Rivero, al término de un aquelarre gangochero, ordenó a todos los directivos de la tele que ayudaran a Paco Padrón a salir del trance del embargo de sus bienes por parte de la Tesorería de la Seguridad Social. Reyes hizo algo más que desilusionar a la fanfarria político-mediática que pretende defenestrar eternamente al ex presidente del Gobierno decapitando a quien fuera director general de la tele y la radio públicas, Willy García. Su aportación al potaje en el que se ha convertido esta causa ha sido extender las presuntas responsabilidades al anterior director general, Daniel Cerdán, y casi casi al anterior presidente del Gobierno. La cosa tiene su miga, no se vayan a creer, porque si fuera cierto que la reunión de Lourdes Reyes con la Seguridad Social para ayudar a Paco Padrón se celebró antes de la llegada de Willy García a los predios televisivos, se disipan al menos levemente sus responsabilidades: siempre podrá alegar en su descargo que lo único que hizo tres semanas después de llegar al cargo fue firmar un expediente que venía tramitándose al ritmo habitual. Cerdán se ha adelantado a cualquier posible explicación que le exija la jueza instructora y ya ha desmentido cualquier relación suya con las gestiones de Lourdes Reyes a favor de Paco Padrón. Del que ahora es comisionado para la Transparencia no cabía esperar otra cosa que eso, transparencia absoluta, y además inmediata. Otra cosa será que por buenazo que es este tío le vayan a complicar la existencia por haber firmado una carta de aval para que el que fuera preboste de Radio Club Tenerife pudiera respaldarse con los futuros contratos de la tele ante los organismos públicos a los que por entonces debía un pastizal.
Se disparata Nacho Brea
De todas las productoras televisivas que hay en Canarias, de todas las productoras televisivas de Canarias que ayer mencionábamos en esta sección en relación al caso que se sigue en los juzgados de Santa Cruz, sólo una nos llamó para quejarse. Fue Brea Producciones de la mano de su propietario, Nacho Brea, que en su conversación telefónica se mostró como fuera de sí, como sobre-excitado por algo que no podemos precisar muy bien qué era. O qué fue. Su insultante conversación se puede resumir en dos ítems: 1) Canarias Ahora me difama y 2) yo no he cobrado nunca de la Televisión Canaria ni de ningún ayuntamiento o cabildo gobernado por José Manuel Soria. Del segundo lote debemos desechar la parte segunda, la referida a cabildos o ayuntamientos gobernados por su amigo José Manuel Soria, básicamente porque no era ese el objeto del artículo. La primera parte del lote sí debe ser explicada porque, a partir de esa explicación, queda diluido el ítem número uno (Canarias Ahora me difama). Miente Brea cuando dice que jamás ha contratado ni cobrado nada de la televisión canaria. Según los documentos que obran en nuestro poder (y que Águeda Montelongo, la justiciera del plasma, podría tener a poco que se lo propusiera) Brea Producciones fue la productora que más facturó por retransmisiones al ente público en el año 2008, el primero de la era Willy García. Y no fueron cuatro duros, sino la módica cantidad de 280.302,84 euros, que si hay alguien interesado en que se lo desglosemos, se corresponden a 26 retransmisiones entre romerías, luchadas, fútbol y baloncesto, básicamente. En 2009 la facturación de Brea sufrió una estrepitosa caída, pasando de los 280.000 a los 18.690 euros por tan solo dos retransmisiones, es decir, a más de 9.000 euros la retransmisión. ¿Algo que objetar? Nadita, porque como decíamos ayer, lo único escamante de la denuncia de la señora Montelongo, de la rama dura del PP, es que sólo se haya mandado a la fiscalía la relación de contratos de dos productoras, Siete Mares y Doble Diez Canarias, y no el listado completo de compañías que han facturado a lo largo de estos últimos siete años. ¿Y por qué dejó la tele de contratarle a Brea? Muy sencillo: su unidad móvil quedó obsoleta en 2009 frente a otras competidoras radicadas en Gran Canaria que se actualizaron, como Siete Mares. De ahí que Nacho Brea fuera el que hizo correr del bulo de que el director de Producción de Televisión Canaria, Rubén Fontes, era socio de ese competidor que le arrebató los contratos. Esperamos que la próxima vez que nos llame esté más calmadito.
Juan Santana regresa a Madrid
La rehabilitación política que ha recibido José Manuel Soria de manos del nuevo presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, le ha dado al presidente del PP un chute de optimismo. Después de cuatro años de declive, de caída en picado, de pérdida de prestigio producto de sus agresiones y desprecios a Canarias, y de una respuesta contundente del anterior Gobierno, el señor ministro ha conseguido recuperar en unas pocas semanas el terreno perdido: ahora ya nadie habla del petróleo porque él ha engañado a Clavijo para que se hable del gas; ahora nadie habla de los durísimos recortes presupuestarios ni de los incumplimientos en los convenios inversores. Ahora hablamos del REF, claro, que el PP va a solventar en lo que queda de legislatura con la ayuda inestimable, atención, de su majestad el Rey. En fin. Con Soria rehabilitado, su plan de fuga se ha tornado plan de permanencia, motivo por el cual necesita de nuevo el concurso de algún fontanero que le pueda mantener tensionadas las relaciones entre su despacho ministerial y el que comparte en Canarias con Fernando Clavijo. El elegido ha sido, una vez más, el gran Juan Santana, que hasta ahora ejercía de jefe de gabinete de la delegada del Gobierno tras pedirle a Soria hace ya más de un año que le dejara regresar a Canarias, que echaba de menos las verbenas. Sí, Santana se ha ido de vacaciones pero se reincorporará en septiembre en el Ministerio de Industria. Le deseamos suerte, claro. Y a su sucesora en la Delegación del Gobierno también. Se llama Zumaya Cerpa y fue la jefa de protocolo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria durante la alcaldía de Juan José Cardona. Perdonen que no les concretemos que número de jefa de gabinete ocupa porque hace tiempo que perdimos la cuenta.
Alguien debe estar pensando en delinquir próximamente en el Gobierno de Canarias, sector PSOE. O alguien ya ha delinquido y necesita protección. “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas” fue toda la explicación que recibió Patricia Hernández de boca del consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad, Aarón Afonso, cuando la vicepresidenta del Gobierno le preguntó por Lourdes Quesada, a la que acababa de nombrar el Consejo de Gobierno directora general de Relaciones con la Administración de Justicia. ¿Para qué quiere un Gobierno tener especiales relaciones con la fiscalía de una de las dos provincias de su competencia? ¿Son necesarias esas especiales relaciones para algo más que no sean las normales e institucionales relaciones entre un gobierno autonómico y un órgano del Estado? ¿Un exceso de especiales relaciones no podría convertirse en pernicioso para las funciones de quien tiene que velar precisamente por las “relaciones con la Administración de Justicia”, compuesta por algo más que la Fiscalía de Las Palmas? “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas”, contestó con los ojos como platos el consejero Afonso. Aaaah, estupendo, oye. Quedan por tanto como absolutamente falsas las explicaciones oficiales que tanto el consejero como otros distintos altos cargos del PSOE han repetido como cotorras: Lourdes Quesada ha demostrado una alta competencia como funcionaria (sic) de la Comunidad Autónoma y las dos causas penales en las que se ha visto envuelta no han concluido con una condena firme. “Es la mujer del fiscal jefe de Las Palmas” nada tiene que ver con las explicaciones absurdas que están dando los dirigentes socialistas para no dejar al consejero con el culo al aire.