El que tiene pase pasa

Terminada la función, Jerónimo Saavedra acudió a los camerinos para saludar a las actrices. Pero hete ahí que el protocolo ahora es rígido como en tiempos. Así que al ex ministro de Cultura le hicieron esperar porque se le habían adelantado el presidente Soria y su hombre para la Cultura, Pedro Luis Rosales. Cuentan las lenguas malas que la conversación entre el Excelentísimo y las doñas era rígida, como si pertenecieran a mundos diametralmente opuestos y no tuvieran nada que decirse. Cuando a Saavedra se le franqueó el paso, Nuria Espert acudió rauda a interesarse por lo que era de su vida, a qué se dedicaba en estos tiempos y esas cuestiones de las que pueden tratar los que hablan un mismo idioma. Hay cosas que no pueden tenerse ni en el hipotético caso de que los Reyes Magos no fueran los padres. Para la próxima, un poquito más de vista. Se evita un feo a un ex ministro y con un poco de habilidad se aprovecha su presencia para darle algo de calor a la conversa. Hasta ideas les damos.

Terminada la función, Jerónimo Saavedra acudió a los camerinos para saludar a las actrices. Pero hete ahí que el protocolo ahora es rígido como en tiempos. Así que al ex ministro de Cultura le hicieron esperar porque se le habían adelantado el presidente Soria y su hombre para la Cultura, Pedro Luis Rosales. Cuentan las lenguas malas que la conversación entre el Excelentísimo y las doñas era rígida, como si pertenecieran a mundos diametralmente opuestos y no tuvieran nada que decirse. Cuando a Saavedra se le franqueó el paso, Nuria Espert acudió rauda a interesarse por lo que era de su vida, a qué se dedicaba en estos tiempos y esas cuestiones de las que pueden tratar los que hablan un mismo idioma. Hay cosas que no pueden tenerse ni en el hipotético caso de que los Reyes Magos no fueran los padres. Para la próxima, un poquito más de vista. Se evita un feo a un ex ministro y con un poco de habilidad se aprovecha su presencia para darle algo de calor a la conversa. Hasta ideas les damos.