Un puñetero escalón

Ya ha costado la rotura de cadera de una señora, que sepamos, y supone cada día varias caídas de usuarios de las guaguas municipales y de viandantes despistados. Se trata de un pequeño socavón que, a su vez, ha producido un escalón que sobresale sobre la acera justo en la parada de guaguas situada a la altura del colegio Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria. Los vecinos ya no saben qué hacer para que el Ayuntamiento corrija esos defectos del firme, posiblemente producidos por el tránsito continuo de vehículos pesados. Lo malo es que el muy puñetero escalón no se aprecia si el usuario no se fija bien, con lo que los talegazos suelen ser de aúpa.

Ya ha costado la rotura de cadera de una señora, que sepamos, y supone cada día varias caídas de usuarios de las guaguas municipales y de viandantes despistados. Se trata de un pequeño socavón que, a su vez, ha producido un escalón que sobresale sobre la acera justo en la parada de guaguas situada a la altura del colegio Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria. Los vecinos ya no saben qué hacer para que el Ayuntamiento corrija esos defectos del firme, posiblemente producidos por el tránsito continuo de vehículos pesados. Lo malo es que el muy puñetero escalón no se aprecia si el usuario no se fija bien, con lo que los talegazos suelen ser de aúpa.