Siempre habrá una campaña mediática

Para que no faltara de nada en este esperpéntico comportamiento de un alcalde del siglo XXI, Lucas Bravo de Laguna ha incluido en su catálogo de defensa la existencia de una campaña mediática en su contra por la irrupción de su señor padre de él en la lista del PP al Cabildo de Gran Canaria. Error por partida doble, proclamamos, porque ya nos explicará el Niño Bravo cuál es la dimensión que él abarca para que se pueda dañar la imagen política de su padre sencillamente con relatar sus disparates en Santa Brígida. Salvo que lo que pretenda insinuar este aspirante a buen alcalde es que la prensa pretende evitar que el Bravo Senior lo incluya en la lista del Cabildo, en la que tiene pensado meter a los pocos alcaldes del PP que han aguantado el tirón. En declaraciones al periódico La Provincia, Lucas Bravo ha asegurado ser víctima de una campaña mediática de ese diario. Y suponemos que nuestra también, que para eso fuimos los que destapamos el escándalo del Club de Lectura Drago de Sataute, un grupo de personas inquietas que, por la cabeza loca de este intolerante, amenazan con abrirle una brecha política de dimensiones ahora mismo incalculables.

Para que no faltara de nada en este esperpéntico comportamiento de un alcalde del siglo XXI, Lucas Bravo de Laguna ha incluido en su catálogo de defensa la existencia de una campaña mediática en su contra por la irrupción de su señor padre de él en la lista del PP al Cabildo de Gran Canaria. Error por partida doble, proclamamos, porque ya nos explicará el Niño Bravo cuál es la dimensión que él abarca para que se pueda dañar la imagen política de su padre sencillamente con relatar sus disparates en Santa Brígida. Salvo que lo que pretenda insinuar este aspirante a buen alcalde es que la prensa pretende evitar que el Bravo Senior lo incluya en la lista del Cabildo, en la que tiene pensado meter a los pocos alcaldes del PP que han aguantado el tirón. En declaraciones al periódico La Provincia, Lucas Bravo ha asegurado ser víctima de una campaña mediática de ese diario. Y suponemos que nuestra también, que para eso fuimos los que destapamos el escándalo del Club de Lectura Drago de Sataute, un grupo de personas inquietas que, por la cabeza loca de este intolerante, amenazan con abrirle una brecha política de dimensiones ahora mismo incalculables.