Dos especies marinas tropicales típicas de Canarias han sido detectadas por primera vez en la costa de Catalunya, lo cual es un indicador del calentamiento del mar Mediterráneo, según ha informado el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC).
Estos hallazgos han sido detectados en la cuarta edición de BioMARató, un evento de ciencia ciudadana que busca censar la biodiversidad marina y costera catalana mediante una competición amistosa entre personas aficionadas al mar.
Esta iniciativa, coordinada por el Instituto de Ciencias del Mar, ha movilizado a más de 480 voluntarios para censar la biodiversidad de la costa catalana y ha alcanzado un récord de datos con 1.731 especies y 91.211 observaciones registradas en la plataforma MINKA, entre mayo y octubre de 2024.
También se han registrado otras especies indicadoras del calentamiento del mar y la alteración de los ciclos biológicos, como la ovulación prematura de las gorgonias o la floración adelantada de la posidonia.
Las especias canarias encontradas son la vieja canaria y el gusano de fuego. El pez vieja canaria fue detectado por una pareja que hacía apnea en el mar en Blanes (Girona), y que el pasado año también avistaron un cangrejo violinista.
Otra especie típica de Canarias y que también se ha encontrado por primera vez en Catalunya este año ha sido el gusano de fuego (Hermodice carunculata), un poliqueto marino que puede medir hasta 30 centímetros y que tiene el cuerpo cubierto de queta o pelos urticantes.
El gusano de fuego fue visto entre las rocas de unos espigones mientras uno de los participantes de la BioMARató hacía submarinismo en el Parque Submarino del SES (Sociedad de Exploraciones Submarinas) de Tarragona, han informado las mismas fuentes.
Además, se han registrado evidencias de especies típicas de aguas cálidas en la costa catalana, como la salpa brasileña (Kyphosus saltatrix), también en el Parque Submarino de Tarragona, y la estrella de mar púrpura (Ophidiaster ophidianus), de origen subtropical y poco frecuente en Catalunya, y que se observó en l'Ametlla de Mar (Tarragona).
En Llafranc (Girona) se ha visto que la gorgonia roja (Paramuricea clavata) está ovulando antes de tiempo y en l'Ametlla de Mar se ha confirmado que la Posidonia oceanica comienza a florecer casi dos meses antes de lo habitual.
Otra evidencia de los efectos que puede provocar el calentamiento del agua es el blanqueamiento de los corales, observado en un caso de la madrépora mediterránea (Cladocora caespitosa) en Tossa de Mar (Girona), un fenómeno que bloquea la reproducción de estos organismos hasta el punto de provocar su muerte, ha informado el Instituto de Ciencias del Mar.
“Lo que no ha pasado desapercibido es que 2024 ha sido el año de las mantas, y durante la BioMARató se han registrado más de quince observaciones de raya pelágica (Pteroplatytrygon violacea) en Catalunya, incluida la zona de Barcelona”, han apuntado.
Esta especie vive habitualmente en alta mar, pero cada vez se acerca más a la cosa debido al calentamiento del mar, buscando lugares tranquilos para gestar y, aunque no son peligrosas, su presencia ha provocado el cierre de varias playas, también en la ciudad de Barcelona.
Otros fenómenos poco frecuentes o curiosos que han reportado los participantes en esta iniciativa han sido la floración de la seba (Cymodocea nodosa) en l'Ametlla de Mar, un hecho extraño y muy difícil de ver, y ejemplares de falso percebe rayado (Conchoderma virgatum), una especie poco frecuente, sobre objetos flotantes en la Costa Brava.
Un participante de la BioMARató ha documentado una ascidia blanca (Rhopalea neapolitana), que normalmente está a mucha profundidad, y otro vio un ejemplar juvenil de tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) en l'Ametlla de Mar, una especie de interés por sus patrones migratorios.