El Gobierno de Canarias dice que Cuna del Alma debe introducir condicionantes ambientales para salvar el proyecto
El viceconsejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Pérez, ha afirmado este miércoles en el Parlamento que “a día de hoy” el proyecto turístico Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje (Tenerife), se puede hacer porque cumple los requisitos de planeamiento y evaluación ambiental estratégica. Sin embargo, reconoce que hay abierta una investigación porque una especie vegetal protegida no aparece en los informes de impacto, y su presencia requeriría unos condicionantes al proyecto, algo que reconoce no saber si se ha cumplido.
El proyecto, que pretende urbanizar con hoteles y villas (entre otras infraestructuras) más de 400.000 metros cuadrados en un barranco y playa del sur de Tenerife, cuenta con dos informes negativos (de 2014 y 2017) y una propuesta de sanción por parte de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias, que constató, tras un informe del Cabildo insular, que se había destruido de forma irreversible y sin tomar ninguna medida de protección un importante yacimiento arqueológico.
Pérez sustituyó a José Antonio Valbuena para responder sobre este asunto en comisión parlamentaria al portavoz de Sí Podemos Canarias, Manuel Marrero, aunque afirmó que el consejero “no rehuye ningún debate”.
El viceconsejero dijo que en este proyecto, al que se oponen distintos movimientos ecologistas y partidos como Sí Podemos Canarias y Nueva Canarias, es tan importante garantizar la seguridad jurídica “como todo lo demás”, en referencia a la protección medioambiental, y en este caso se desarrolla sobre un suelo urbanizable desde hace cuarenta años. Corresponde en todo caso al Parlamento cambiar “las reglas del juego”, precisó.
Abierta una investigación
En este caso, reconoció que una de las especies que están en el sector urbanizable está en el catálogo canario de especies protegidas y en el ámbito de protección especial, pero ni está en peligro de extinción, ni es vulnerable ni está en el catálogo de especies protegidas a nivel nacional (se trata de la viborina triste o tajinaste del cardonal). Sin embargo, esa especie en concreto no aparece en los informes de impacto ambiental presentados por los promotores del proyecto.
El proyecto, dice el viceconsejero, se puede hacer porque cumple los requisitos de planeamiento y evaluación ambiental estratégica, indicó. Pero añadió que del proyecto de urbanización no puede hablar “porque las competencias de evaluación ambiental del proyecto y la tramitación absoluta de todo el procedimiento ambiental y territorial de planificación corresponden al ayuntamiento” o, en el caso de espacios naturales protegidos, de los cabildos.
“Con lo remitido por el Cabildo de Tenerife hay especies que, por su especial protección, si se quiere hacer una actividad se tendrá que llevar a cabo una serie de condicionantes”, y sobre si esos condicionantes se han cumplido “no tenemos información”, confirmó Pérez.
La Agencia de Protección del Medio Natural ha abierto una investigación y “estamos a expensas de esa investigación para saber si el procedimiento realizado por las administraciones locales cumple estrictamente” la legislación.
Una destrucción “irreversible”
Marrero ha hecho un “reconocimiento” a las personas que están acampadas en la zona para impedir el desarrollo de las obras que responden a un “modelo desarrollista” propio de los años sesenta que ha conllevado la “destrucción” de parte del litoral y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Adeje.
Ha dicho también que el Cabildo “ha favorecido este proyecto” pues no se ha actuado con la “suficiente diligencia” en la defensa del patrimonio arqueológico y la biodiversidad y en cambio, ha valorado la intervención del departamento de Patrimonio que ha multado a la empresa con 600.000 euros.
Sin embargo ha reconocido que “no se puede cambiar patrimonio por dinero, parece que le cuesta barato y no le importa y lo hacen con impunidad absoluta”.
Ha criticado que muchas autoridades políticas hayan ido a la inauguración de un proyecto que es “innecesario” y supone la “destrucción” de parte del litoral de la isla.
Marrero ha indicado que en su grupo están “expectantes” con el desarrollo del proyecto y aunque la parte de patrimonio “ya es irreversible” cree que aún se puede paralizar la destrucción de la biodiversidad y las especies protegidas.
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