Las algas, estas misteriosas plantas acuáticas que acarician por sorpresa los pies de los bañistas, esconden un potencial enorme: son una alternativa sostenible a la creciente demanda de la industria agroalimentaria, farmacéutica y tecnológica. En el marco de la crisis climática y medioambiental, el deterioro de la biodiversidad, la multiplicación de los fenómenos meteorológicos adversos y el crecimiento sostenido de la temperatura se han convertido en amenazas directas para la supervivencia de nuestro planeta. Ante esta realidad, la Unión Europea ha tomado una línea de acción clara: a través del Pacto Verde Europeo ha quedado plasmada la voluntad de transformar la economía, la movilidad y el consumo en Europa para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
De ahí que todas las políticas de la UE vayan orientadas en esta línea, con el objetivo de poner en marcha un proceso de transición que sacuda a todos los sectores de la sociedad. En concreto, la política regional de la UE, que es el único ejemplo de política redistributiva europea desde sus inicios, ha tenido como objetivo fundamental reducir las disparidades socioeconómicas entre sus territorios. En esta línea, la política de cohesión vela por un desarrollo armonioso de las regiones europeas a través de la cofinanciación de proyectos destinados a alcanzar los objetivos medioambientales de la Unión.
Uno de estos proyectos es Macbioblue, dedicado a la investigación de los posibles usos de las algas. Esta iniciativa, liderada por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) busca apoyar el desarrollo de nuevos productos y procesos en el ámbito de la biotecnología azul. La inversión total en este proyecto ha sido de 1.764.352, con una contribución de 1.499.699 del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
A través de un proceso de cooperación transnacional, en el marco Madeira-Azores-Canarias 2014-2020, varias regiones de la Macaronesia trabajan de forma conjunta facilitando el intercambio de buenas prácticas y la transferencia de tecnología entre Canarias, Madeira, Azores, Cabo Verde, Mauritania y Senegal.
El crecimiento azul juega un papel fundamental en el desarrollo económico y social de estos territorios, cuyas características climáticas y geológicas permiten la exportación de proyectos entre sí. Macbioblue aúna innovación y tradición, aprendiendo del pasado para construir un futuro sostenible, fomentando la diversificación de la economía regional, altamente dependiente del sector turístico y abriendo la puerta a la creación de nuevos puestos de trabajos en el sector de la economía azul.
El proyecto trabaja, por un lado, con algas de arribazón, biomasa de algas que llega de forma estacional a las costas de la Macaronesia, especialmente a la playa de las Canteras. Por otro lado, con las llamadas microalgas, que como su propio nombre indica tienen un tamaño microscópico y son imperceptibles al ojo humano. Las algas de arribazón son retiradas de la costa para el confort de los bañistas, a lo largo del año se pueden acumular más de 200 toneladas que, en la actualidad van directamente al vertedero. Es por esto por lo que Macbioblue investiga cómo aprovechar los arribazones siguiendo la lógica de la economía circular. Para ello, diferentes grupos de científicos canarios se han coordinado bajo una óptica transversal para llevar a cabo una serie de investigaciones.
Propiedades anticancerígenas
Así, desde el sector de la medicina se trata de aislar los componentes de las algas para estudiar sus propiedades anticancerígenas, anti fúngicas y antibióticas. El doctor Rafael Zarate, del Instituto Canario de Investigación del Cáncer, ha remarcado la importancia de esta línea de investigación en lo referente a la creciente resistencia antibiótica de las bacterias, fruto del uso excesivo de este tipo de medicamentos. Más allá, Zarate explica que se han obtenido resultados prometedores en la primera fase del estudio de las propiedades anticancerígenas de las algas, abriendo una nueva ventana para la comunidad científica que lucha por mejorar los tratamientos para esta enfermedad.
Por otro lado, en la Universidad de La Laguna (ULL) la doctora Covadonga Rodríguez lidera un grupo que estudia la introducción de las algas en el pienso para especies de interés acuícola, principalmente para los peces. Los resultados muestran que al incluir un 7% de biomasa de algas de arribazón en la dieta aparecen beneficios claros: los peces mejoran en salud y crecen más.
En tercer lugar, el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), la institución a la cabeza de Macbioblue, ha desarrollado un método de cultivo 100% sostenible por medio del cual de microalgas para poder estudiar sus propiedades. En este marco hay un grupo de empresas asociadas al proyecto, entre ellas, las empresas salineras, que han ido incorporando el uso de algas como enriquecedor del producto para generar una sal con mejores propiedades culinarias. Esta sal gourmet se ha patentado y está en vías de desarrollo para lanzar el producto al mercado y sacar provecho de esta nueva tecnología.
Canarias lidera los rankings europeos en cuanto a diversidad biológica, sin embargo, la tasa de aprovechamiento de estos recursos sigue siendo muy limitada. De ahí que el proyecto Macbioblue haya sido seleccionado por la Comisión Europea como uno de los proyectos ejemplares que contribuyen a alcanzar los objetivos de la política de cohesión. En especial, en vistas del proceso de transformación de las economías de la UE, Macbioblue tiene como valor añadido su capacidad para generar nuevas oportunidades laborales en diferentes ámbitos vinculados a la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías en el campo de la economía azul.