La sostenibilidad se alcanza con mucho más que separar envases y reciclar papel y vidrio
La Fundación Canaria para el Reciclaje y el Desarrollo Sostenible y la entidad Ecoembes repasan lo ya logrado en las Islas y el camino que aún queda por recorrer en el ámbito de los ODS
Para llegar a la sostenibilidad en el actual modelo de consumo se necesita mucho más que separar los envases y reciclar el papel y el vidrio. Como dice Íñigo José Núñez Quintana, presidente de la Fundación Canaria para el Reciclaje y el Desarrollo Sostenible, tan importante como reciclar es la reducción y la reutilización, dos claves que por lo general se olvidan. “Nos pasa hasta con nuestro nombre. Siempre se saltan esa parte de la sostenibilidad integral y nos terminan conociendo solo por lo del reciclaje”, explica.
En opinión de Núñez Quintana, eso tiene que ver con que el fenómeno sea aún novedoso: “Nadie hablaba de una gestión correcta de los residuos hasta hace relativamente poco tiempo”, y con las reglas básicas de la comunicación. “Cuando te diriges a las masas, tienes que dar conceptos sencillos, que sean fáciles de aplicar, y el concepto de la reducción es mucho más complicado de introducir que el concepto del reciclaje”, expone. También es verdad que el panorama está cambiando y la gente ya ha empezado a hablar más de sostenibilidad. El objetivo de la fundación que dirige es precisamente educar en sostenibilidad a la población de las ocho islas y contribuir así al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en 2015 por Naciones Unidas (ONU).
Como promotora de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030, esa fundación, coordinada por Gara Romero Sánchez, participa en el programa Crea y Recicla, ideado para formar a estudiantes universitarios y de Formación Profesional en economía circular, ecodiseño y sostenibilidad. También figura entre los patrocinadores del primer título de Experto Universitario de Economía Circular en Territorios Aislados, promovido por el Cabildo de Gran Canaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y colabora con la Fundación Foresta en el mantenimiento de la biodiversidad arbórea en las islas.
“Nuestra participación en la elaboración de la Agenda Canaria 2030 fue bastante activa, acompañando a la Dirección General de Investigación y Coordinación del Desarrollo Sostenible en el proceso de diseño y redacción, asistiendo a los diferentes encuentros y enviando nuestras sugerencias a los borradores enviados”, afirma Romero Sánchez.
Como además señala Carlota Cruz Izquierdo, de Ecoembes, “la propia elaboración de la Agenda Canaria 2030 sirvió para divulgarla por la cantidad de organizaciones que estaban participando en su creación”. “Fue una agenda de todos y todas, con una puesta en común en la que se intentó llegar a consensos sobre las cosas que de verdad eran claves. Tener definidos esos puntos en lo que estábamos todos de acuerdo te garantiza que luego se pueda lograr el objetivo”, remarca Cruz Izquierdo.
Ecoembes es un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) para los residuos de envases domésticos, a través del cual los envasadores y comerciantes financian la recogida y selección de los contenedores azules y amarillos. Además, Ecoembes asesora a las entidades locales para optimizar su gestión y organiza campañas de sensibilización.
En palabras de Cruz Izquierdo, Ecoembes hace de “puente entre la obligación de los ayuntamientos de recoger y separar sus residuos para ser reciclados y la obligación de las empresas de diseñar sus residuos con el menor impacto posible, así como de financiar su tratamiento”.
Desde Ecoembes, apunta la misma fuente, se trabaja en varios de los 17 objetivos que conforman los ODS de Naciones Unidas, además del evidente objetivo número 12 (sobre la producción y el consumo sostenibles) o el 14 y el 15 (sobre los recursos marinos y los ecosistemas terrestres). “Trabajamos también en el objetivo 8 de empleo, porque la gestión de residuos genera mucha oferta laboral; en el objetivo 5 de igualdad de género, o en el objetivo número 4, que hace referencia a una educación de calidad y porque ayudamos a incorporar los valores medioambientales y de la sostenibilidad desde Primaria hasta la Formación Profesional o universitaria, con presencia en biología, claro, pero también en matemáticas, para calcular la huella hídrica, o en lengua, para hacer comentarios de texto sobre cambio climático, por ejemplo”, detalla.
“El mejor residuo es el que no se genera”
Según los datos de Ecoembes aportados por Carlota Cruz, “entre los años 2017 y 2021 creció el 40% el uso del contenedor amarillo en Canarias, lo que refleja que el reciclaje de envases es un hábito asentado entre la sociedad del archipiélago”. En números promedio para 2021, representa 13,3 kilos de envases depositados por cada ciudadano, “el equivalente a bajar la bolsa de envases una vez cada cinco días”. En el caso del contenedor azul, el aumento ha sido del 12,6% en el mismo periodo. “Durante el año pasado, cada canario separó y depositó 13,9 kilos de envases de papel y cartón en los contenedores azules, lo que supone una bolsa cada diez días”, concreta.
En este mismo ámbito de actuación, Romero Sánchez expone que “no hay duda de que la evolución en nuestro archipiélago es muy positiva, aunque aún queda un largo camino por recorrer”, reconoce. “Desde la Fundación seguimos apostando por educar en sostenibilidad, para continuar concienciando y sensibilizando a la población canaria, no solo en reciclaje, sino en reducción y reutilización. El mejor residuo es el que no se genera”, subraya la coordinadora de la Fundación Canaria para el Reciclaje y el Desarrollo Sostenible.