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Entrevista a Valentín Martínez Pillet Director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)

Valentín Martínez Pillet, director del IAC: ''Canarias tiene un cielo privilegiado para la Astronomía a pesar de las calimas''

Valentín Martínez Pillet se mudó a Tenerife atraído por el futuro brillante que tenía la isla en la Astronomía. Aunque comenzó sus estudios en Valencia, se desplazó a La Laguna en 1987 para concluir su especialidad en Astrofísica. Ahora, Martínez regresa a las islas como director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). En estos años, el científico ha construido una larga trayectoria y se ha convertido en una eminencia de la física solar. Martínez realizó su tesis doctoral en el IAC y su investigación postdoctoral en Colorado. Entre 1995 y 2013 trabajó en el Astrofísico de Canarias, colaborando con proyectos como la misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea. Antes de regresar al Archipiélago ha ocupado el cargo de director del Observatorio Solar Nacional de Estados Unidos. 

“Dicen que uno es mitad de donde nace y mitad de donde se jubila, y yo me quiero jubilar en Tenerife”, afirma Martínez. En una entrevista concedida a Canarias Ahora, el investigador habla de los retos que tiene Canarias en la observación de los cielos, de los privilegios del Archipiélago para la Astronomía y de la importancia del estudio del Sol para prevenir catástrofes en las sociedades tecnológicas.

-¿Por qué decidió terminar sus estudios en la Universidad de La Laguna?

Cuando empecé la Licenciatura de Ciencias Físicas quería hacer Astrofísica. En ese momento las opciones eran Madrid, Barcelona y Canarias. Esta materia en las islas aún era incipiente, pero todo el mundo me decía que el sitio con futuro era Canarias. “Si quieres algo más teórico, vete a Madrid, pero si quieres observaciones y telescopios, vete a Canarias”, me decían. Mi promoción fue la primera de la Universidad de La Laguna (ULL) que se licenció en Astrofísica. Desde entonces sigue habiendo muchísima gente joven que quiere hacer astrofísica y que va a La Laguna para ello. Es un polo de atracción de gente joven con interés en Astrofísica y lleva décadas siendo así. Atrae a gente de la Península y de Europa. Es una referencia a nivel mundial para especializarse en Astrofísica y es algo de lo que nos tenemos que sentir orgullosos. 

-¿Qué importancia tiene la observación solar para la vida de las personas?

El Sol es el objeto astrofísico que más puede impactar en nuestra vida diaria. El Sol lleva cinco mil millones de años como está ahora, cambiando un poco la intensidad, pero muy parecido, y le queda un tiempo así. El Sol no es que esté cambiando, lo que ha cambiado es la sociedad tecnológica en la que vivimos. Solemos comunicarnos vía teléfono, y estas comunicaciones en muchos casos utilizan satélites que están orbitando alrededor de la Tierra. Cuando vamos a quedar con nuestros amigos, ponemos el GPS en nuestro teléfono, que siempre utiliza satélite. El Sol, con su actividad magnética, puede influir en estas tecnologías. Hay satélites que pueden cortocircuitar. También las vías que usamos para transmitir la energía en nuestras casas y en nuestras industrias pueden sufrir el impacto de las tormentas electromagnéticas solares. Por ejemplo, las transacciones bancarias utilizan el GPS para saber cuándo se ha enviado el dinero. En las inversiones en bolsa, la hora exacta es muy importante, porque el tipo de moneda cambia, y la temporización del GPS puede verse afectada por estas tormentas. 

-¿De qué forma pueden predecirse estas tormentas solares para preparar a la población?

En Física Solar tenemos ahora mismo un reto de poder entender cómo ocurren y empezar a predecirlas. Necesitamos saber cuándo el Sol va a tener una de estas explosiones. La creación de auroras boreales es la parte bonita, pero lo más peligroso es el cortocircuito de satélites. A mí siempre me gusta comentar que todos tenemos una aplicación que nos dice el tiempo que va a hacer mañana. Si va a llover o no. En 50 años lo que vamos a tener es una aplicación que nos diga cuál es la meteorología espacial que nos sirva, por ejemplo, para saber si nuestro vuelo va a sufrir un retraso porque hay una tormenta electromagnética. Por ejemplo, en unos años vamos a volver a ver astronautas en la Luna, y para ello se tendrá en cuenta la previsión meteorológica espacial. 

-¿Qué instrumentos tiene Canarias para la observación solar?

En Hawái hemos construido un telescopio solar de cuatro metros, el Inouye Solar Telescope. Está en fase de prueba y dentro de nada comenzará a operar. En Canarias hay un proyecto similar, el European Solar Telescope. Tiene también cuatro metros. Además, hay que recalcar una coincidencia entre Canarias y Hawái que tiene un componente científico muy importante: están separadas por doce horas. Cuando es de noche en Hawai, es de día en Canarias y viceversa. Por ejemplo, para mirar regiones del sol que son potencialmente peligrosas, esta coincidencia permite empezar en Hawai y continuar en Canarias. 

-¿Qué ventajas tiene Canarias para la observación de los cielos?

Las tecnologías en Canarias están al mismo nivel que el resto del mundo y son punteras. Además, el Instituto de Astrofísica de Canarias es un hito y es una historia de éxito científico en España y en el mundo. Canarias continúa siendo un sitio muy competitivo tanto por sus cielos como por su tecnología. Canarias, Chile y Hawái están al mismo nivel y tenemos una competencia sana. Hay mucha colaboración y muchos intercambios. Puedo decirte con toda seguridad que Canarias está al mismo nivel como en la calidad de los cielos, que es algo que hay que seguir promoviendo, como en tecnología y en investigación. Además, durante el mandato de Rafael Rebolo, se creó el proyecto IACTEC. Se ha hecho una apuesta muy fuerte para estar a la última en todos los temas tecnológicos. Cuando yo hacía Espacio me tuve que ir a Madrid para hacer cosas en el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial). Ahora Canarias no tiene nada que envidiar. Yo, con la ayuda de todos, voy a intentar aportar para seguir manteniendo al IAC donde se merece. Es un reto. 

-¿De qué forma ha impactado la contaminación en la observación de los cielos?

Desde que se creó el IAC, su fundador, Francisco Sánchez, tuvo muy claro que había que proteger los cielos canarios, y hay una ley para ello que es un ejemplo. Yo estoy viendo cómo en Chile la están copiando décadas después. Canarias ha sido un ejemplo de cómo hay que proteger los cielos. La única contaminación que hay que seguir haciendo un esfuerzo por desmitificar son las contaminaciones provocadas por el polvo sahariano, las calimas. Sigue siendo algo que aún impacta a mucha gente, pero nuestras calimas son como un día nublado en otros sitios, donde tampoco se puede hacer observación. Por eso, hay que contar los días en los que puedes observar e investigar y los días que no, ya sea por nubes o por calima. Canarias sigue ganando a pesar de las calimas, porque tiene cielos privilegiados para la Astronomía. El futuro de Canarias sigue siendo brillante. 

-¿Se han identificado ya tecnomarcadores que evidencien la existencia de civilizaciones tecnológicas?

Con los tecnomarcadores estamos hablando de buscar vida en otros planetas. Los tecnomarcadores son señales que toda civilización genera y que demuestra que hay vida de alguna manera inteligente, capaz de crear tecnología. Un tecnomarcador permite buscar vida en otros planetas y galaxias. Normalmente cuando buscamos vida en el sistema solar a través de sondas en planetas y en las lunas de Júpiter y de Saturno. Ahí lo que vamos a encontrar son moléculas orgánicas. Un primer paso para decir que hemos encontrado los bloques de la vida. Queremos dar un paso más allá y encontrar sociedades tecnológicas. Los primeros tecnomarcadores que se generaron fueron las ondas de radio. Va a costar mucho, como todo en la ciencia, pero poco a poco se van construyendo los casos necesarios para poder investigar este tipo de señales.

Esto se puede hacer de varias maneras. Desde el espacio y desde la tierra se van a intentar grandes telescopios, los Telescopios Extremadamente Grandes (ELT por sus siglas en inglés). Estos tienen sensibilidad para detectar ciertos marcadores. Ahora mismo se ha lanzado el Telescopio Espacial James Webb (JWST), que está viendo moléculas que podrían indicarnos que puede haber algo de vida. Mide seis metros y tiene unas capacidades enormes. Será la primera oportunidad de poder detectar estas moléculas, pero necesitamos esas tecnologías que podrían tardar 20 o 50 años en estar disponibles.